Nacional - Política

Los candidatos a la presidencia refuerzan sus equipos económicos antes de la campaña 

2018-03-14

La lucha contra la corrupción y la inseguridad se perfilan como los grandes temas que...

Ignacio Fariza, El país


La lucha contra la corrupción y la inseguridad se perfilan como los grandes temas que marcarán el devenir de la campaña electoral mexicana que echará a andar en dos semanas. Esta vez, negando la máxima de James Carville, asesor de Bill Clinton, repetida hasta la saciedad en los meses previos a las elecciones estadounidenses de 1992 -"es la economía, estúpido"-, parece que no serán los temas financieros los que definan la elección presidencial. Sin embargo, en plena renegociación del Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLC), con la amenaza permanente de Trump sobre los intereses mexicanos y con un crecimiento más lento de lo que cabría esperar por fundamentales, los candidatos a la presidencia de la segunda mayor potencia de América Latina perfilan sus equipos económicos rumbo a los comicios. La economía no estará en primerísima línea, pero será esencial para muchos votantes.

El último en mover ficha ha sido el izquierdista Andrés López Obrador -líder en los sondeos-, que este miércoles ha incorporado a Gerardo Esquivel, profesor de El Colegio de México en excedencia, como asesor externo en materia económica. Esquivel, especialista en temas de desigualdad, es coordinador de investigación del Instituto Belisario Domínguez -una suerte de servicio de estudios del Senado mexicano- y ha sido investigador visitante del Fondo Monetario Internacional (FMI) y consultor del Banco Mundial, el Banco Interamericano de Desarrollo, la Cepal (el brazo de Naciones Unidas para el desarrollo económico de América Latina y el Caribe) y la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE). El martes, en su último evento público antes de su nombramiento, precisamente en un foro de la OCDE, Esquivel incidió en la necesidad de ampliar la inversión pública en infraestructura con un doble propósito: acelerar el crecimiento y combatir la pobreza. Su objetivo ahora, como el del resto de miembros del equipo de López Obrador -que ha asegurado que no subirá impuestos, pero sí ha dejado entrever que introducirá cambios en la reforma energética que abrió el sector a la iniciativa privada y que revocará el proyecto de construcción del nuevo aeropuerto de la Ciudad de México-, será convencer a los inversores nacionales e internacionales de que su potencial llegada a Los Pinos no pondrá en riesgo sus posiciones en el país norteamericano, un ejemplo mundial de políticas ortodoxas en las dos últimas décadas.

El investigador de El Colegio de México es el último nombre de una larga lista de asesores del candidato de Morena. El más antiguo de ellos es Alfonso Romo, un veterano empresario que desarrolló casi toda su carrera profesional en Monterrey (Nuevo León, norte de México, uno de los Estados menos proclives para López Obrador) que ha acompañado al candidato en sus dos últimos envites electorales -en 2012 y en 2016- tras haber apoyado a los conservadores Vicente Fox y Felipe Calderón en los comicios de 2000 y 2006. En su equipo de asesores también figura Abel Hibert, profesor de la Universidad Metropolitana de Monterrey conocido por su pragmatismo y que recientemente admitió que la cancelación del nuevo aeropuerto mandaría una "mala señal". De alcanzar la presidencia, al frente de las carteras de Economía y de Hacienda estarían, respectivamente Graciela Márquez -historiadora, en una estancia sabática en la Universidad de California en San Diego- y Carlos Urzúa -profesor del Tecnológico de Monterrey y responsable de Hacienda en la etapa de López Obrador como jefe de Gobierno de la Ciudad de México-. Este último ha sido el encargado de esbozar las líneas generales del programa de López Obrador ante los bancos y fondos de inversión internacionales.

Ricardo Anaya, cabeza de cartel de por México al Frente -una coalición integrada por el PAN (centroderecha), PRD (centroizquierda) y Movimiento Ciudadano (centro)- para la cita electoral de julio ha optado por Salomón Chertorivski como gran asesor en materia económica -y más que probable secretario de Economía en caso de alzarse con la victoria en las urnas-. Chertorivski, economista por el Instituto Tecnológico Autónomo de México (ITAM) y maestro en Políticas Públicas por la Escuela de Gobierno John F. Kennedy de la Universidad de Harvard, se desempeñó como secretario federal de Salud durante el mandato de Felipe Calderón (PAN) y como titular de Desarrollo Económico en el Gobierno de la Ciudad de México dirigido por Miguel Ángel Mancera (PRD), en el que hizo de la subida del salario mínimo una de sus principales batallas. De llegar al Gobierno tendrá trabajo en este ámbito: el suelo salarial mexicano es el tercero más bajo de América Latina.

La ruptura que Anaya -segundo en las encuestas- promete respecto al Gobierno de Enrique Peña Nieto (PRI) en asuntos como Estado de derecho, lucha contra la corrupción o independencia de la fiscalía se torna en continuidad en materia económica. A su apuesta por la estabilidad fiscal y macroeconómica se añade el aval a las reformas estructurales -fiscal, energética y de telecomunicaciones, entre otras- puestas en marcha por el Ejecutivo actual. "Sería un gran error dar marcha atrás en las reformas estructurales", dijo el viernes pasado en su presentación oficial ante la plana mayor del sector financiero mexicano, en la cita anual de la banca en Acapulco. Anaya apuesta por mantener el actual equipo técnico en la negociación del TLC, liderado por Kenneth Smith. "Es el más robusto", dice. López Obrador todavía no se ha pronunciado en ese punto, mientras que una potencial victoria del candidato priista José Antonio Meade también supondría la continuidad de los actuales negociadores.

El exlíder del PAN sí ha marcado diferencias con el Gobierno de Peña Nieto en uno de los temas más acuciantes de la agenda económica mexicana: el combate contra la desigualdad y la pobreza -que propone enfrentar, entre otras herramientas, con una renta básica universal- y ha incidido, como su rival de Morena, en la necesidad de incrementar la inversión en infraestructuras.

Meade es, por su parte, el candidato más familiarizado con los temas económicos. Economista por el ITAM y doctor en Economía por la Universidad de Yale, fue secretario de Hacienda hasta su designación y ha integrado a su particular guardia de corps a parte de su equipo en su etapa al frente de las finanzas públicas mexicanas. Vanessa Rubio, maestra en Ciencia Política por la London School of Economics y número dos de Hacienda con Meade, es ahora coordinadora de su campaña; Luis Madrazo, ex jefe de Planeación Económica de la Secretaría de Hacienda y ex vicepresidente del Comité de Política Económica de la OCDE, ha asumido las riendas del equipo económico del candidato del PRI; y Jaime González Aguadé, uno de sus hombres de máxima confianza, dejó la Comisión Nacional Bancaria y de Valores -el regulador del mercado bursátil- para ser enlace con el empresariado, en el que más apoyos ha recabado Meade.

La última incorporación al equipo del PRI rumbo a las elecciones -que promete dar continuidad a las políticas económicas de Peña Nieto de las que, no en vano, Meade ha sido uno de sus principales diseñadores- ha sido el ingeniero Sergio Alcocer, desde este miércoles coordinador de proyectos regionales tras haber pasado por diversos puestos de responsabilidad de Gobierno en las carteras de Energía y Relaciones Exteriores -donde fue subsecretario para América del Norte-.



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