Internacional - Economía

La Casa Blanca intenta sacar del abismo al TLCAN 

2018-04-09

El presidente Trump -quien recientemente calificó al TLCAN como una

Ana Swanson, The New York Times

WASHINGTON — Después de meses de tensas negociaciones y conversaciones sin mayor progreso, el gobierno de Donald Trump se dispone a anunciar un acuerdo preliminar sobre el Tratado de Libre Comercio de América del Norte este mes, apresurándose a resolver ese conflicto comercial mientras se avecina un enfrentamiento con China.

La perspectiva de que sea un acuerdo final parece lejana, pero la Casa Blanca ya revisa algunas de sus exigencias más estrictas, particularmente las relacionadas con los automóviles, que se habían convertido en una fuente de tensiones con Canadá y México. Una nueva propuesta plantea que los autos deberán tener componentes fabricados por trabajadores que ganen un nivel salarial específico con el fin de poder calificar para los aranceles preferenciales del TLCAN. El gobierno de Trump ya había exigido que los vehículos tengan un gran porcentaje de autopartes fabricadas en Estados Unidos.

La nueva propuesta busca evitar que los fabricantes de automóviles trasladen su producción a México en busca de mano de obra barata, según personas que conocen el plan.

El presidente Trump —quien recientemente calificó al TLCAN como una “vergüenza”— comentó en un evento celebrado en Virginia Occidental el 5 de abril que próximamente podría anunciarse un acuerdo. “Estamos trabajando arduamente en el TLCAN con México y Canadá”, dijo. “Creo que muy pronto tendremos algo”.

Trump agregó que sus asesores estaban ejerciendo presión para lograr algo concreto antes de la Cumbre de las Américas que se celebrará esta semana en Perú, pero también afirmó que no es algo seguro.

“Dijeron: ‘Ah, lograremos un acuerdo para el TLCAN antes’. Yo les respondí: ‘No se apresuren. Nos tomaremos el tiempo necesario, lo haremos como se debe o lo finalizaremos’”, comentó el mandatario.

Para que el congreso estadounidense —actualmente controlado por los republicanos— apruebe las nuevas condiciones del TLCAN, el gobierno de Trump debería concluir las negociaciones antes de que termine el mes de mayo y así el tratado podría ser discutido según el calendario de la Cámara de Representantes y el Senado.

Otras tensiones comerciales ayudaron a forzar el inicio de las discusiones, incluyendo el tema de los nuevos aranceles al acero y el aluminio. La Casa Blanca estableció una exención temporal para Canadá y México hasta el 1 de mayo y señaló que la medida sería permanente si los tres países llegaban a un acuerdo en torno a la revisión del TLCAN. El gobierno debe cumplir esa promesa y negociar un tratado que les permita a sus aliados seguir importando metales a Estados Unidos. Canadá es el principal proveedor de metales para el ejército estadounidense.

El primer ministro de Canadá, Justin Trudeau, se mostró optimista y dijo la semana pasada que los países estaban teniendo “un momento muy productivo”, un cambio drástico de tono en comparación con los comentarios previos acerca de una resolución del TLCAN.

“Es un momento en el que estamos avanzando de manera significativa”, dijo Trudeau. “Ojalá que haya buenas noticias”.

Se espera que el líder canadiense asista también a la Cumbre de las Américas, junto con Trump y el presidente de México, Enrique Peña Nieto.

Sin embargo, aún hay obstáculos, incluyendo cuán lejos está dispuesto a llegar el gobierno estadounidense a la hora de ceder sus metas de negociación, dadas las críticas frecuentes que Trump ha hecho sobre el TLCAN. Los socios aún esperan por las posibles concesiones de Estados Unidos en torno a las estrictas peticiones que ha hecho a lo largo de los últimos ocho meses de negociaciones. Muchas de esas demandas, incluyendo las relacionadas con la producción de automóviles en Estados Unidos, han enfurecido a los grupos empresariales y a los legisladores, quienes dicen que ese tipo de requisitos afectarían a las industrias y trabajadores al trasladar más manufactura fuera de Estados Unidos.

Una resolución rápida requeriría concesiones por parte del gobierno estadounidense, lo cual potencialmente daría como resultado un tratado no muy distinto del que Trump ha denunciado como un absurdo y una vergüenza.

“A menos que Estados Unidos sea más flexible, no veo cómo será posible tener un acuerdo rápido, aunque sea en cuanto a principios”, dijo Antonio Ortiz Mena, vicepresidente sénior en el Albright Stonebridge Group y exdiplomático mexicano en Estados Unidos.

Algunas concesiones se vislumbran en el horizonte. Estados Unidos ha renunciado a una propuesta que requeriría que la mitad del valor de un automóvil se fabrique en ese país con el fin de calificar para los aranceles preferenciales del TLCAN. En cambio, ahora propone un sistema que exige que cierto porcentaje de las autopartes sea fabricado por trabajadores que ganan salarios específicos.

Es probable que esa propuesta sea más aceptable para Canadá y también podría animar a México a finalmente pagar salarios más altos. Además, podría ayudar a que Trump atraiga los votos de los demócratas en el Congreso, quienes se quejan de que los bajos salarios en México son la razón por la que las empresas han mudado la producción de autos a ese país.

Aun así, es probable que la propuesta enfrente oposición por parte de los negociadores mexicanos, puesto que las escalas salariales actuales son demasiado bajas para calificar. Algunos ejecutivos del sector automotriz criticaron la nueva propuesta y dijeron que sería difícil que las empresas cumplan con esos requisitos, lo que podría terminar por sacar la manufactura de América del Norte para llevarla a zonas más baratas.

También quedan otras áreas clave de la disputa: los negociadores hasta ahora han concluido el trabajo en solo seis de los casi treinta apartados del acuerdo y se ha logrado poco en torno a temas controversiales, como los mecanismos para establecer disputas comerciales o las reglas para compras gubernamentales.

Tanto los simpatizantes como los críticos del gobierno de Trump han señalado el acuerdo comercial que Estados Unidos concluyó con Corea del Sur a finales de marzo como un precedente. Trump criticó ferozmente ese pacto, pero al final su gobierno declaró la victoria después de negociar cambios bastante modestos.
 



yoselin

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