Internacional - Política

Nicaragua vive un ambiente enrarecido tras masiva movilización contra Ortega

2018-04-24

En la marcha del lunes los nicaragüenses insistieron en que los reclamos ya no eran por la...

 

Managua, 24 abr (EFE).- Nicaragua vive hoy un ambiente enrarecido con calles que amanecieron inusualmente vacías y comerciantes calculando pérdidas por los saqueos del fin de semana, un día después de que una multitudinaria movilización nacional pidió la salida del poder de Daniel Ortega.

A una semana del inicio de unas protestas desatadas por la reforma a la seguridad social que subía cuotas y bajaba pensiones, derogada el domingo, las calles en Managua lucen aún con barricadas erigidas para frenar a la Policía y las fuerzas de choque del Gobierno o "turbas".

Como resultado de los actos de violencia las organizaciones no gubernamentales y la Cruz Roja Nicaragüense cuentan al menos 28 muertos, entre ellos dos policías, un adolescente y un periodista, 428 heridos, y más de 200 manifestantes arrestados o desaparecidos.

Este martes en los mercados los comerciantes calculaban los montos de sus pérdidas por los saqueos del fin de semana, y los trabajadores tomaban los pocos autobuses de transporte urbano colectivo que pasaban.

Por el contrario en zonas del Pacífico, centro y sur de Nicaragua, las manifestaciones continuaban este martes desde temprano, incluyendo en la paradisíaca isla de Ometepe, uno de los destinos más apetecidos por los turistas extranjeros.

Un grupo de campesinos del sureste de Nicaragua y otro de estudiantes universitarios amanecieron exigiendo la libertad de jóvenes que fueron arrestados durante las manifestaciones.

El Gobierno ha reconocido que hay detenidos, sin dar cifras, y el lunes anunció la liberación de 10 para sentar así "las bases" de un diálogo.

En la Asamblea Nacional se vivieron momentos de tensión este martes, cuando los diputados del opositor Partido Liberal Constitucionalista (PLC) protestaron de forma airada contra el oficialista Frente Sandinista de Liberación Nacional (FSLN), sin llegar a la violencia.

El Consejo Superior de la Empresa Privada (Cosep) reiteró por su parte su disposición a dialogar con el Gobierno una vez que la Iglesia Católica acepte ser garante de las pláticas y convoque a discusiones.

No obstante, los obispos han advertido que no están dispuestos a mediar el diálogo mientras el Gobierno no libere a los presos y cese la represión contra quienes protestan en su contra.

Ortega expresó el fin de semana su disposición de retomar el diálogo señalando entonces a los empresarios como interlocutores con la mediación de la Iglesia, y advirtió que actuaría con "firmeza "para restablecer el orden".

Mientras Ortega ha acusado a "pequeños grupos de la oposición" de los desórdenes, incluidos saqueos a comercios y destrucción de bienes públicos y privados, los manifestantes acusan a las fuerzas de choque del Gobierno, conocidas como "turbas" que actúan con el apoyo de la Policía y exhiben videos en redes sociales como prueba.

En la marcha del lunes los nicaragüenses insistieron en que los reclamos ya no eran por la fallida reforma a la seguridad social, sino para exigir la salida del poder del presidente y su esposa, a quienes señalan de represión, violación de los derechos humanos, abuso de poder, fraude electoral, entre otras acciones contra la población.



Jamileth