Internacional - Política

Secretario de Estado de EU, Mike Pompeo, muestra una falsa preocupación por Venezuela

2018-05-07

Fuentes cercanas a las negociaciones sugirieron que hay una sensación creciente de...

Por Anthony Esposito

WASHINGTON, 7 mayo (Reuters) - Las conversaciones para modernizar el Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN) entran en una semana crucial el lunes, cuando funcionarios de alto rango de Canadá, Estados Unidos y México intentarán superar un estancamiento sobre temas clave antes de que las próximas elecciones en México y Estados Unidos dificulten el proceso.

Las discusiones se centrarán en las reglas de origen que rigen qué porcentaje de un automóvil debe ser construido en la región que abarca el TLCAN para evitar aranceles, así como mecanismos de resolución de controversias y la demanda estadounidense de una cláusula de expiración que obligue a renegociar el pacto cada cinco años.

El representante comercial de Estados Unidos, Robert Lighthizer, advirtió que si el acuerdo tarda demasiado, la aprobación del actual Congreso, controlado por los republicanos, podría estar en riesgo.

Fuentes cercanas a las negociaciones sugirieron que hay una sensación creciente de incertidumbre y pesimismo en esta nueva ronda debido al estancamiento en los asuntos más críticos.

El secretario mexicano de Economía, Ildefonso Guajardo, quien se reuniría con Lighthizer y la canciller canadiense, Chrystia Freeland, dijo que a menos que se alcance un acuerdo en principio para mediados de mayo no habría casi oportunidad de que el actual Congreso estadounidense vote el nuevo acuerdo.

“El problema es que ese 20 por ciento restante es altamente complejo y estratégico de hacer, incluso puede ser más difícil que el 80 por ciento que se ha avanzado”, dijo Guajardo en una entrevista con el diario El Heraldo publicada el lunes.

México celebrará el 1 de julio su elección presidencial y el favorito en las encuestas, el izquierdista Andrés Manuel López Obrador, ha manifestado su intención de participar en la modernización del TLCAN si es electo. El nuevo presidente mexicano tomará posesión del cargo en diciembre.

En el corazón de la renovación del acuerdo de 24 años está el deseo del presidente estadounidense, Donald Trump, de reformar las reglas para el sector automotor para tratar de regresar empleos e inversiones a su país desde México, donde los costos son más bajos.

Guajardo dijo que si no se puede alcanzar un acuerdo, “estaría operando lo que algunos analistas han llamado el ‘TLCAN zombie’, es decir, el TLCAN 1.0, que ni se mata ni se moderniza”.

El principal grupo de presión de la industria automotriz en México ha descrito las demandas estadounidenses más recientes, que incluyen elevar el contenido regional a un 75 por ciento desde el actual 62.5 por ciento durante un periodo de cuatro años, como “inaceptables”.

Flavio Volpe, presidente de la Asociación de Fabricantes de Partes Automotrices de Canadá, predijo “una serie de reuniones potencialmente estresantes cuando abordemos de nuevo el tema”.

La propuesta estadounidense también requeriría que el 40 por ciento del valor de los vehículos de pasajeros ligeros y el 45 por ciento de las camionetas pickup sean construidas en áreas con salarios equivalentes a 16 dólares la hora o más.

Esto es visto como una píldora difícil de tragar para México, donde el Centro de Investigación Automotriz con sede en Ann Arbor, Michigan, ha estimado los salarios de los trabajadores automotrices se ubican en promedio por debajo de los seis dólares la hora, y son de menos de tres dólares la hora en el caso de los empleados de las plantas de autopartes.

PESADILLA BUROCRÁTICA

Los críticos también señalan que crearía una pesadilla burocrática de papeleo.

Las negociaciones para renegociar el TLCAN comenzaron en agosto del año pasado para cumplir con una promesa de campaña de Trump, quien se comprometió a devolver empleos manufactureros a Estados Unidos.

Nueves meses después los temas más polémicos siguen sin resolver.

Estados Unidos se ha aferrado a una cláusula de expiración en el nuevo tratado, la cual significaría que este tendría que renovarse cada cinco años, algo que los críticos dicen generaría una gran incertidumbre en las empresas.

Otra propuesta controvertida de los estadounidenses es repatriar la resolución de controversias de los tribunales internacionales al sistema legal de Estados Unidos. Tanto Canadá como México se oponen a esta medida, así como empresarios en Estados Unidos.

Cuando se le consultó si un acuerdo era posible esta semana, una fuente mexicana cercana a las conversaciones dijo: “la posibilidad está ahí, pero dependerá de si Estados Unidos es flexible”.

Trump ha dicho con frecuencia que se retiraría del TLCAN si no consigue un mejor tratado para su país, aunque ha sonado más positivo sobre el acuerdo en las últimas semanas.

No está claro dónde Estados Unidos cederá terreno para lograr un acuerdo rápido, pues el Gobierno de Trump ha adoptado políticas de confrontación en sus negociaciones comerciales. 



regina