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Israel, setenta años de existencia, setenta años de historias encontradas

2018-05-12

"Mis padres eran sionistas" -explica- un londinense y una austríaca que...

María Sevillano

Jerusalén, 12 may (EFE).- Iván llegó a Israel en los 50, tras la "revolución", como llama a la creación del Estado en 1948 y que para muchos palestinos, como el padre de Raje-a Busailah, fue la materialización del temor a que los miles de inmigrantes judíos arribados en esos años "venían para quedarse" con el país.

Originario de Hungría, Iván viajó con su familia a Jerusalén "porque no les quedaba nada tras la II Guerra Mundial", explica a Efe junto a Judy, su esposa, nacida en el Reino Unido y emigrada tras la Guerra de los Seis Días de 1967 cuando se ocupó Jerusalén Este, Cisjordania y Gaza.

"Mis padres eran sionistas" -explica- un londinense y una austríaca que sobrevivió al Holocausto. "Siempre hablaban de venir. Antes de la Guerra pensaban en otros sitios, pero después, decidieron que el único lugar donde querían estar era Jerusalén".

Ella sigue en la misma urbe, en la que desde hace 30 años regenta una tienda de cuadros, muy cerca de la Ciudad Vieja, y recuerda la emoción de "ir a vivir a un país donde la gran mayoría de la gente también era judía", una experiencia que empezó en un centro de absorción donde se instalaron junto a nuevos inmigrantes que llegaban masivamente desde Rusia, EU, Australia o Canadá.

"Aún hay fronteras en Jerusalén", opina Judy de las barreras invisibles entre el Este palestino y el Oeste israelí. Antes dice que paseaba "con libertad" y ahora evita zonas, como la ciudadela amurallada, donde vive una mayoría árabe, una parte que sin embargo Iván frecuenta: "Porque voy donde me da la gana", espeta, eso sí, quitando de su cabeza la kipá (solideo judío).

Tsurit tiene dos años menos que el país donde nació. Se crió en un kibutz (colectivo agrícola) y después se fue a vivir a Kiryat Gat (sur), donde constantemente llegaba gente "de Marruecos, otros países del norte de África, Polonia...Vivían en tiendas, en casas hechas de telas, y muchos apenas podían encontrar trabajo", rememora.

"Era muy importante para Israel que vinieran y vivieran aquí" y, para ellos, el nuevo país "les daba un lugar al que ir". "Aunque estaban asustados, no tenían otra opción", dice a Efe.

Cree que lo que ha ocurrido aquí en los últimos 70 años "es algo parecido a un milagro" y agradece las "buenas decisiones" que permitieron un crecimiento de los 600,000 habitantes que había en los años 40 a los más de 8 millones que hay ahora, una mejor economía, el desarrollo urbano, industrial, tecnológico... Pero "no todo ha sido bueno", valora.

"El hecho de que sigamos ocupando a otro pueblo y de que no estemos en el camino de encontrar una solución", ejemplifica sobre una tierra donde la historia anterior a 1948 "es algo que recuerdan los palestinos, los árabes", quienes sentían que los judíos "se estaban haciendo con el país".

"Quiero ser optimista sobre Israel. Nuestro vecindario no es el más fácil. Tenemos que hacer algo muy sincero para encontrar una solución y resolver el conflicto", desea Tsurit.

Reja-e Busailah, refugiado de la ciudad palestina de Lyda que con el establecimiento de Israel se convirtió en Lod y autor de un libro en el que narra su infancia, recuerda a sus 88 años, la deriva de una región que se ha transformado enormemente.

"Nuestro país está en peligro. Estos judíos vienen para quedarse con nuestro país", repetía en referencia a Palestina su padre ante la incredulidad de su familia, que creía que "exageraba".

Pero los recién llegados "no eran tan débiles o sencillos como pensarías (...) Comenzó un sentimiento de recelo que se hacía más y más fuerte hasta la realidad de lo que ocurrió en 1948", narra este anciano, que describe el posterior exilio y desposesión de cerca de 700,000 palestinos forzados a dejar sus hogares en lo que pasó a llamarse en su historia 'la Nakba' (Catástrofe).

"Fue espantoso. Y lo sigue siendo. Lo que hicieron fue imperdonable e inolvidable. Pero entendible, desafortunadamente. La manera en que Europa trató a los judíos fue fea. Desde el principio de la cristiandad hubo cientos y cientos de años de antisemitismo que culminaron en el Holocausto. Sufrieron mucho injustamente (...) Fueron perseguidos y después vinieron a nuestro país a perseguirnos", opina.

Entre las callejuelas empedradas de la Ciudad Vieja, sede de algunos de los lugares santos más importantes para el cristianismo, el judaísmo y el islam, el periodista Abu Yusef cuenta que antes de 1948 "judíos y árabes, o palestinos, vivían juntos bajo el Mandato Británico. Como en cualquier otro país del mundo. Pero cuando interfiere la política, todo se estropea".

Los nacionalistas, narra, "querían tomar represalias contra Israel, liberar sus casas, tierras y ciudades", pero con la Guerra de 1967, la ocupación militar se instaló y "todo el mundo sigue hoy con muchos problemas", aunque no pierde la esperanza de que todo tenga un final.

"Creo que el Estado palestino está más cerca. No por la lucha palestina o el liderazgo, nada de eso. Por la comunidad internacional: Europa, EU, etc. Quieren tener un Estado palestino, acabar con este conflicto. Es la única ocupación que se mantiene. Es un deber el que tengamos un Estado", aspira, setenta años después de que el 14 de mayo naciese el de Israel.



JMRS

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