Derechos Humanos

La falta de legitimidad en América permite la impunidad en Nicaragua

2018-05-29

Una muerte, igual que muchas otras, que no se ha reconocido y por la que no han visto "la...

Patricia Pernas

Managua, 29 may (EFE).- Los Gobiernos de América, que están demostrando poco liderazgo y que en su gran mayoría están implicados en cuestiones de corrupción, son en parte responsables de la crisis sociopolítica que vive Nicaragua, pues la falta de legitimidad y de unión perpetua la impunidad.

"Lamentablemente la falta de un consenso regional, de un posicionamiento, permite que siga la impunidad en estas graves crisis", asegura en una entrevista con Efe la directora para las Américas de Amnistía Internacional, Erika Guevara, después de presentar en Managua el informe "Disparar a matar", en el que acusa al Gobierno de Daniel Ortega de implementar una represión "letal".

La situación actual de Nicaragua, un riesgo que enfrentan otros países de la región, forma parte de un "patrón generalizado" en los Estados del continente americano, cuyos Gobiernos reprimen a quienes disienten con sus políticas, como sucede en Venezuela o como ha pasado en Honduras, afirma la representante de AI.

Es en este escenario, dice Guevara, donde la falta de legitimidad genera "que no haya una coadyuvancia" en la protección de los derechos humanos, una responsabilidad compartida por todos los países pero ante la cual la comunidad internacional "se silencia" y esconde esas "atrocidades" en contra de la población porque tiene "miedo" de perder sus réditos políticos y económicos.

Nicaragua, que hoy cumple 42 días de una crisis que ha dejado 83 muertos, "no es la excepción", pues países de Europa o la misma China, que tiene encomendada la "fantasía" de Ortega de construir un gran canal interoceánico, ven amenazados sus intereses.

Para hacer frente a esta situación, prosigue la experta, la única solución "viable viene de los nicaragüenses" a través del diálogo que ha convocado el propio presidente, al que pide no quitarle el ojo de encima pues no puede ser factible sino hay determinadas condiciones, como una investigación imparcial de todos los asesinatos.

Dado que el poder y el sistema judicial en el país ha estado "cooptado" por muchos años y ahora "ha colapsado", Guevara dice que la única forma de dar luz a esas muertes es la creación de una comisión internacional de expertos independientes.

Pero en ese diálogo emprendido, en el que participan todos los sectores de la sociedad nicaragüense, la encargada de Amnistía Internacional advierte de la desconfianza que le produce la postura del Gobierno, pues todos los intentos "fallidos" de buscar una solución son "una simulación por parte de las autoridades", que no están dispuestas a escuchar las propuestas de la ciudadanía.

"Hay poca confianza en que el Gobierno, y particularmente el presidente Ortega y la vicepresidenta Rosario Murillo, tenga una verdadera voluntad de buscar una solución pacífica y duradera", proclama, y añade que todo lo que han dicho hasta el momento han sido "promesas retóricas" que no han llegado a afectar e incidir en la vida de las personas.

Negar la realidad del país, utilizar a los grupos paramilitares (juventud sandinista), hacer un uso excesivo de la fuerza, practicar ejecuciones extrajudiciales, cometer irregularidades en las investigaciones, denegar atención médica a los heridos e intentar controlar a la prensa son actos que, a juicio de Guevara, denotan la falta de una voluntad política.

Y es que Nicaragua, un país que en los dos últimos años ha visto un deterioro de su realidad con restricciones a los derechos civiles y políticos, además de la persecución a activistas y defensores de derechos humanos, tiene un "aparato de represión" que busca "eliminar de alguna manera todas las voces que puedan ser contrarias al Gobierno".

Y durante los últimos días, desde que estalló la crisis el pasado 18 de abril, se han evidenciado "las diferentes estrategias que el Estado ha empleado durante años", pero también el descontento acumulado de la población, que ha detonado en "un estallido social".

"Lo que hoy estamos viendo es que se ha generado una concienzación pública de esta ciudadanía (...), pero sobre todo ese movimiento emergente desde los estudiantes", que están unidos por un "común denominador", la exigencia de justicia, libertad y respeto a los derechos humanos.

Es este "movimiento cívico" y de "resistencia pacífica" liderado por los universitarios el que ha alzado la voz, pero el que también ahora sufre una "violencia selectiva" en contra de sus líderes, denuncia Guevara, y añade que hace dos días el cuerpo de un joven apareció con signos de tortura abandonado en una carretera.

Una muerte, igual que muchas otras, que no se ha reconocido y por la que no han visto "la conmoción" de las autoridades.



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