Nacional - Política

Guerra electoral en el bastión de las buenas noticias

2018-06-21

Yucatán, con una población de 2.1 millones de personas, tuvo en abril su mes...

Luis Pablo Beauregard, El País

 

En una de las esquinas de La Gran Plaza de Mérida un veterano vendedor de periódicos se refugia del sol. En su puesto frente a él tiene el menú del día. Los principales diarios de Yucatán están apilados bajo una herradura que impide que salgan volando por las calles del centro de la capital. De Peso, uno de los tabloides locales de nota roja, muestra en su primera página un choque en el mercado de abastos y un motociclista accidentado tras derraparse por las lluvias del verano.

En este Estado no hay decapitados ni salvajes asesinatos del narcotráfico que satisfagan el morbo de la prensa de sucesos. Yucatán, con una población de 2.1 millones de personas, tuvo en abril su mes más violento desde agosto de 2016 con ocho homicidios. El 2017 sumó 36, una cifra que Estados como Guerrero o Baja California acumulan en cuatro o cinco días de violencia desbocada. Además, fueron reportados cero secuestros y cero casos de extorsión. Los nueve vehículos que se robaron ese mes fueron sin violencia. Desde 1847, cuando los descendientes de los antiguos mayas tomaron las armas para rebelarse en contra de sus dominadores en el episodio conocido como la Guerra de Castas, Yucatán vive en paz sin movimientos armados.

El mes pasado fue noticia el robo de un corno francés. La víctima fue Juan José Pastor, un músico español de la Sinfónica de Yucatán, quien detalló el suceso en su página de Facebook. El instrumento fue robado la madrugada de un sábado de una casa en la que se hospedaba en la costa. Los medios locales recogieron la noticia y sumaron el incidente a una supuesta creciente ola de robos en el norte del Estado. El Gobierno de Yucatán recuperó el instrumento de una casa de empeño del puerto de Progreso nueve días después del robo.

“Los periódicos yucatecos se llenan con declaraciones”, dice Faulo Sánchez, quien por las mañanas es funcionario de la Biblioteca Yucatanense y por la noches se convierte en periodista en Por Esto!, uno de los diarios líderes en la península. Las primeras páginas informativas de los 22 diarios de Yucatán muestran fotografías de políticos vestidos con guayaberas blancas, la popular prenda de esta región de México. La proliferación de sonrientes funcionarios en las tapas ha aumentado en esta época. El 1 de julio la entidad elegirá un nuevo gobernador, 25 diputados locales y 106 alcaldes, además de legisladores y senadores para el Congreso federal.

Uno de esos políticos de sonrisa ensayada es Mauricio Vila, el candidato a gobernador por el Partido Acción Nacional (PAN) y Movimiento Ciudadano (MC). Vila, un empresario originario de Ciudad de México y dueño de restaurantes de sándwiches, saltó a la política para convertirse en legislador local en 2012. Tres años después conquistó el ayuntamiento de Mérida, donde se convirtió en uno de los alcaldes mejor evaluados por su transparencia en el uso de los recursos públicos. Ahora intenta poner fin a once años ininterrumpidos en el poder del Partido Revolucionario Institucional (PRI).

Yucatán se ha asentado cómodamente en el bipartidismo desde que el PAN puso fin en 2001 a la hegemonía del PRI y al estilo que el cacique Víctor Cervera Pacheco, quien fue gobernador 10 años, impuso en la política local. Morena ha crecido gracias a una escisión del PAN, pues uno de sus líderes saltó al partido de López Obrador con escasas posibilidades de convertirse en gobernador en julio.

Hace algo menos de un siglo, la entidad fue escenario de uno de los experimentos políticos y sociales más fascinantes en la historia de México. Entre 1918 y 1924, un par de políticos pusieron en marcha ligas de resistencia socialistas que educaban a los obreros por las noches y donde se discutían los problemas económicos de los indígenas. En esa época también comenzó una ola de derechos a las mujeres locales. Fue promulgada una ley progresista para que pudieran divorciarse y se repartieron, casa por casa, 500 copias de un libro que hablaba sobre el control de la natalidad, lo que significó un escándalo para los sectores conservadores. Este ambiente de libertades llevó a que Yucatán eligiera, en noviembre de 1922, a la primera mujer que aspiraba a un cargo público. En esa época también se inauguraron 448 escuelas, el 20% de las que la entidad tiene hoy. La racha progresista culminó abruptamente en enero de 1924, cuando fue fusilado en Mérida el gobernador Felipe Carrillo Puerto, quien había tocado profundamente los intereses de los empresarios de la industria del henequén y a los conservadores. Algo de esa época permanece en los yucatecos, que han elegido a dos de las siete mujeres gobernadoras que ha tenido México en el siglo XX.

El objetivo del candidato Mauricio Vila para desbancar al PRI no es fácil. A diferencia de los otros ocho Estados en liza el 1 de julio, envueltos en escándalos de corrupción y pésimos resultados en materia de seguridad, la idea del cambio es compleja para promover aquí. Los yucatecos están, en términos generales, satisfechos con la Administración del gobernador Rolando Zapata, quien tiene una aprobación cercana al 80%. El mandatario, formado como oficial mayor en los despachos de Cervera Pacheco, concluye su Gobierno el próximo 30 de septiembre. Zapata ha apostado por que su delfín, Mauricio Sahuí, quien fue su secretario de Desarrollo Social, tome el relevo de su legado.

“Yucatán está bien, pero no podemos conformarnos. Puede estar aún mejor”, asegura Vila en una entrevista. Los buenos índices de seguridad, que han convertido al Estado en el receptor del 4% de la migración interna, han creado una ilusión de bonanza que opaca otros indicadores. El 42% de los yucatecos vive en condición de pobreza, el 6% de ellos en la miseria. Más de un millón de pobladores no tiene acceso a la seguridad social, según datos de 2015.

Únicamente tres de cada diez empresarios yucatecos consideran la inseguridad como un obstáculo para su crecimiento. La economía yucateca, que contribuye con el 1,5% del PIB nacional, no es tan boyante como se esperaba. En promedio ha crecido un 3.7% en los últimos trimestres. Pero es también una de las más desiguales de México en ingresos, ocupando el sitio 29 de 32 Estados. Esos son los secretos que guarda el bastión más seguro de México y que el próximo 1 de julio podrían ser revelados.



Jamileth