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Argentina, al borde de la eliminación tras caer goleada contra Croacia

2018-06-21

Y le sobró también el error monumental de Caballero cuando quiso pasar el...

Ramon Besa, El País

Messi no levanta cabeza y la suerte de Argentina depende de Islandia y Nigeria, selecciones que se suponen de entretiempo en un Mundial, también en el de Rusia. La vida siempre puede ir a peor en la angustiada Albiceleste. Ya no sobrevive para vencerse en la final sino que ahora se pierde a mitad de camino en partidos de clasificación como el que le enfrentó a Croacia. Ni siquiera depende solo de su capacidad agonística, manifiesta en partidos como el que le llevaron en el último momento a Rusia, cuando ganó en Quito. Hoy queda a merced de la corriente, de terceros equipos, paralizada ante el equipo de Modric y Rakitic. Ya no sabe qué hacer Sampaoli después de juntar desesperadamente a dos futbolistas que se suponían incompatibles como Dybala y Messi. El delantero de la Juve tampoco pudo corregir el partido que no supo enderezar el 10 del Barcelona.

Argentina busca desde hace tiempo un punto de inflexión, un gesto inequívoco en una jugada que le saque de una rutina de hace años, convencida de que su desorientación no obedece a una cuestión estructural sino más bien nominal, ni que sea porque cuenta con Messi. Así que se trata de dar vueltas y más vueltas a cada alineación, a cada partido, a cada torneo, para dar por fin con un equipo capaz de dignificar al 10 y por consiguiente alcanzar un título que siempre se le negó cuando se cruzaba con Alemania. Ya van 13 formaciones en 13 encuentros con Sampaoli, 59 jugadores y el dramatismo aumenta después del rotundo 0-3 con Croacia. Tener al mejor jugador del mundo no garantiza la victoria en Argentina. La sorpresa es que Messi empeoró en un equipo mejorado de salida respecto al encuentro empatado con Islandia.

Vulnerables y chatos

Todavía no se había atado las botas Messi y Perisic ya había exigido una excelente intervención de Caballero. A Croacia no le costaba nada llegar al área de Argentina, que se paró con una defensa de tres, vulnerable por las bandas, bien atacadas por Perisic y Vrsaljko. El equipo de Dalic, sin embargo, se confió en exceso por la permeabilidad del rival, se tiró atrás a pesar de contar con excelentes centrocampistas parar manejar el balón y dejó la iniciativa a la Albiceleste. Muy poco a poco desperezaron los muchachos de Sampaoli. A pesar de ser un equipo lento y previsible, empezó a pisar el área con llegadores como Meza. Aunque a Messi le costaba recibir, sin espacio para maniobrar y enganchar con Agüero, el partido tenía vida: Enzo Pérez perdonó un gol en un remate a puerta vacía después de una entrada por la izquierda de Acuña y acto seguido Mandzukic cabeceó fuera un centro que se comieron los centrales y Caballero.

Las defensas eran igualmente vulnerables en ambos equipos, especialmente la argentina por el flanco cubierto por Mercado y Salvio, y a los delanteros les fallaba la puntería para desespero de los entrenadores, sobre todo de Sampaoli, al que le daban ganas de salir a la cancha del Nizhny Nóvgorod. Argentina se esmeró en la presión y Brozovic procuraba que no se soltara Messi. La poca participación del 10 penalizó a un equipo más comprometido y mayor capacidad de asociarse que el dispuesto en el estreno con Islandia. El contraataque croata, sin embargo, siempre tenía más picante que el despliegue albiceleste en un partido trabado y con poco juego, plagado de faltas y agitado por las ocasiones claras de gol, sobre todo por parte de Croacia, que jugó siempre con los nervios del contrario y el 2-0 a favor del encuentro con Nigeria. Al voluntarioso fútbol de Argentina le faltaba la creatividad y el ingenio de jugadores como Messi.

Y le sobró también el error monumental de Caballero cuando quiso pasar el balón después de una cesión y lo dejó a los pies de Rebic para que pusiera el 0-1. Tiene dudas Argentina en las once demarcaciones, también en la de portero después de la lesión de Romero. Sampaoli se la jugó con Higuaín, Pavón y Dybala. Aunque la pelota rondó más cerca del marco de Subasic y se aguardó largo rato que apareciera por fin Messi, tampoco resultó para desdicha de la hinchada albicelete. La selección de Sampaoli, desdichada de inicio a fin, quedó a merced de la contra y pegada de Croacia. Modric y Rakitic remataron a la red del desdichado Caballero. El portero precipitó la caída imparable de un equipo inseguro, falto de fútbol y de coraje, reflejado en dos rostros, el apagado de Messi y el encendido de Sampaoli.

El mal papel de Sampaoli

El seleccionador nunca supo contagiar su entusiasmo, extraviado y confundido en la pizarra y en la cancha, pendiente ahora de una última jornada que tiene tintes todavía más trágicos que la última visita a Ecuador, cuando compró el billete para Rusia. Sampaoli siempre supo cómo jugarle a Argentina y en cambio no ha descubierto todavía cómo poner en marcha a la Albiceleste.

Quiso Sampaoli complacer a Messi y salió un equipo despersonalizado, con más amigos que socios del rosarino, incapaz por su parte de desequilibrar el partido y de generar situaciones de superioridad para Agüero o Higuaín. El martirio del 10 ha sido constante después de fallar un penalti contra Islandia y no marcar con Croacia, clasificada para octavos después de dos victorias, la última facilitada por la dimisión de la caducada Argentina.

Las sensaciones de la Albiceleste son tan malas que ni siquiera sus seguidores apuestan por una última jornada reparadora con la participación de Islandia y Nigeria. No tiene sangre ni rebeldía, agachada y abatida, sin equipo ni liderazgo, ahora mismo carne de cañón en Rusia.



regina
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