Summum de la Justicia

México, cementerio de periodistas

2018-07-26

Rubén Pat ya había denunciado amenazas en su contra después de haber desnudado...

PABLO SÁNCHEZ OLMOS | El Mundo


La patrulla de bomberos de la delegación de Iztapalapa, en la Ciudad de México, acude a toda prisa a sofocar un incendio originado en una vivienda a plena luz del día, y que amenaza con extenderse por todo el barrio. Tras dos horas de trabajo consiguen extinguir las llamas y, al ingresar en la vivienda, los servicios de emergencia encuentran el cadáver de su inquilino completamente calcinado. Se trata del locutor de radio y director de la revista 'Encuesta de Hoy', Luis Pérez García, de 80 años. Los peritos creen que murió por asfixia al no poder escapar a tiempo del domicilio, pero los vecinos, reunidos en torno a los escombros, insisten con vehemencia en que esa no pudo ser la causa. Conocían perfectamente a Luis, era el anfitrión del Comité Vecinal que se reunía cada mes en su casa.

Tras un segundo examen del cuerpo, los forenses encuentran un fuerte golpe en la cabeza provocado por un objeto punzante que confirma la teoría de los vecinos: Luis fue asesinado. Lamentablemente los responsables no pagarán por lo ocurrido. Eso al menos invita a pensar la drástica estadística de la impunidad en México, donde el 99,6% de estos delitos nunca se esclarecen.

Horas después, en la joya turística del Caribe mexicano, Playa del Carmen, la policía del turno de noche está a punto de finalizar su jornada, cuando reciben una llamada alertando de un tiroteo en el centro turístico de la ciudad. Al llegar encuentran el cuerpo de un hombre con seis impactos de bala tirado a la salida de un conocido bar, regentado en su mayor parte por turistas. Se trata de Rubén Pat, director del diario digital 'Playa News', y los testigos aseguran que un solo homicida, ataviado con una gorra verde, perpetró el asesinato para más tarde escapar en un vehículo que le esperaba a escasos metros.

Rubén Pat ya había denunciado amenazas en su contra después de haber desnudado en un reportaje, los nexos entre funcionarios locales y el crimen organizado. Para Diego Armando Martínez, Abogado del Programa de Protección y Defensa de la organización Artículo 19, "existe una probable relación de su asesinato con su actividad periodística". Ya en junio del 2017, Pat se acercó a esta organización para denunciar que había sido detenido y torturado por fuerzas locales, las cuales le aseguraron que "esto es sólo el principio, si no le bajas a tus notas contra 'el jefe'".

Desde aquel entonces, Rubén Pat solicitó la defensa del Mecanismo de Protección a Periodistas y Defensores de los Derechos Humanos de la Secretaría de Gobernación pero, como recuerda Diego Armando Martínez, "aunque intentó que se implementaran medidas que salvaguardaran su integridad, estos acercamientos no generaron una garantía real que diera como resultado la seguridad del periodista". Cientos de comunicadores y defensores de los derechos humanos se han visto obligados a solicitar la protección de este programa, sin embargo, entre 2014 y 2018, ha visto reducido su presupuesto en más del 50%.

El golpe para el diario 'Playa News', que dirigía Rubén Pat, ha sido doble, ya que 26 días antes del asesinato de su director, uno de sus reporteros policíacos estrella, José Guadalupe Chan, fue asesinado en idénticas circunstancias: en plena noche y a la salida de un bar. El mismo día que fue asesinado publicó su última cobertura para 'Playa News', el asesinato de un funcionario local del PRI Daniel Dzib. Durante los últimos meses se había especializado en dar cobertura a la campaña electoral, que ha terminado convirtiéndose en la más sangrienta desde que se tienen registros, con más de 130 políticos asesinados. Según declaró entonces su hoy fallecido director, "José Guadalupe había sido víctima de amenazas y había pedido protección a las autoridades sin obtenerla".

La periodista mexicana Marta Durán de Huerta también tuvo que solicitar este tipo de protección hace unos años, tras recibir una amenaza de muerte en su contestador. Hoy el peligro ha pasado, pero siente como propias cada una de las muertes de colegas suyos que se van anunciando cada mes. Según confiesa Durán a EL MUNDO, "todos los periodistas que han sido asesinados a causa de su trabajo es porque encontraron el vínculo entre el poder y el crimen organizado. Lo denunciaron con nombres y apellidos y eso les costó la vida".

Esta falta de efectividad a la hora de proteger a la prensa, y de encontrar a los responsables de sus agresiones, ha convertido a México en un lugar donde ser periodista es una profesión de alto riesgo. Especialmente en aquellos estados como Tamaulipas y Veracruz, a los que se conoce popularmente como "zonas de silencio" porque, sencillamente, ningún periodista se atreve a trabajar. "Las zonas de silencio existen por miedo al crimen organizado o miedo a los poderes fácticos que te hacen desaparecer. El terror es el mecanismo de censura más efectivo y económico", asegura Durán.

Para Diego, de Artículo 19, esta situación se da porque "la ausencia de un Estado de Derecho en determinadas zonas es una realidad que pocos se atreven a retratar, pues el precio, en muchas ocasiones, como mínimo es sufrir agresiones, ya sea por los propios funcionarios públicos que no pretenden dar a conocer la situación, o por grupos delincuenciales molestos con determinada información".

A la hora de contabilizar las agresiones contra la prensa, las cifras siempre bailan, ya que, si se resuelven menos del 1% de los casos, se antoja aún más complicado determinar cuáles de esos periodistas han sido asesinados por su trabajo y no por otros motivos. Siendo así y desconociendo los motivos de las agresiones, 2017 terminó como el año más violento contra la prensa de toda la historia del país, con 13 periodistas asesinados. Ahora, en solo siete meses de 2018, ocho periodistas han sido asesinados marcando una peligrosa pauta que socava el delicado estado de salud de la libertad de expresión en México.

La futura administración de López Obrador ha dicho poco al respecto de este drama, aunque según Diego Armando Martínez, "seguiremos exigiendo que esta problemática ocupe uno de los lugares principales en la agenda pública, que se genere un diagnóstico de la problemática y las rutas posibles de solución". Para muchos, como Marta, la principal causa de estas agresiones es la impunidad: "La autoridad no investiga y, en muchos casos, encubren a los responsables, permiten que suceda. Y esa impunidad es una invitación a seguir matando periodistas. No hay consecuencias, matas a un periodista y no pasa nada". Y mientras no pase nada, cada día México estará un poco más lejos de ser una sociedad libre y bien informada.



regina