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Estados Unidos y Corea del Norte, preocupante estancamiento

2018-08-29

Ello respondió a un informe en la radio surcoreana de que las fuerzas estadounidenses en...

Por Martha Andrés Román | Prensa Latina

Las preocupaciones por el estancamiento del diálogo entre estadounidenses y norcoreanos son elevadas tras cancelarse un viaje del secretario norteamericano de Estado, Mike Pompeo, y ante las denuncias de Pyongyang sobre la postura de Washington.

El jefe de la diplomacia estuvo en la nación oriental a principios de julio para dar continuidad al camino abierto por el encuentro que sostuvieron el 12 de junio en Singapur el presidente de Estados Unidos, Donald Trump; y el máximo líder de la República Popular Democrática de Corea (RPDC), Kim Jong-un.

Desde aquella visita se apreciaron las continuas diferencias entre las partes, pues si bien ambos gobiernos describieron las conversaciones como sinceras, profundas y productivas, la RPDC advirtió que la delegación estadounidense llegó solo con su demanda unilateral y de estilo gansteril para la desnuclearización.

A pesar de esas discrepancias, todo parecía listo para moverse hacia adelante cuando el pasado jueves Pompeo anunció que viajaría esta semana a Pyongyang junto a Stephen Biegun, a quien presentó como nuevo representante especial para la nación asiática.

Sin embargo, al día siguiente el jefe de la Casa Blanca anunció de forma sorpresiva la cancelación de esa visita, con el argumento de que no se está progresando lo suficiente con respecto a la desnuclearización de la península coreana.

El mandatario republicano achacó a China parte de la responsabilidad, al decir que el gigante asiático no está ayudando con el proceso como hizo antes, debido a 'nuestra postura comercial mucho más dura', en alusión a los aranceles impuestos por su administración contra Beijing.

Como parte del anuncio, realizado en su cuenta de Twitter, Trump evitó apelar a la retórica airada que muchas veces caracteriza sus mensajes y aseguró que Pompeo espera ir a Corea del Norte en un futuro cercano, 'muy probablemente después de que se resuelva nuestra relación comercial con China'.

Mientras tanto, me gustaría enviar mis más cordiales saludos y respeto al presidente Kim Jong-un. ÂíEspero verlo pronto!, agregó en una despedida que pareció algo desconectada con el resto de los tuits.

Un día después, el diario Rodong Sinmun, órgano oficial del Partido del Trabajo de Corea, acusó a Washington de 'incubar un complot criminal para desencadenar una guerra contra la RPDC' mientras 'mantenía un diálogo con una sonrisa'.

Ello respondió a un informe en la radio surcoreana de que las fuerzas estadounidenses en Japón realizaban ejercicios para 'infiltrarse en Pyongyang'.

Para el rotativo, estos 'pasos militares' son 'extremadamente provocativos y peligrosos', el tiempo que perjudican la atmósfera de diálogo lograda durante la cumbre bilateral de Singapur, en la que los mandatarios de ambos países firmaron una declaración conjunta.

En medio de este estado de cosas, la prensa norteamericana difundió que Trump decidió cancelar la visita de Pompeo a la RPDC a raíz de una carta que el diplomático había recibido del vicepresidente del Comité Central del Partido del Trabajo de Corea, Kim Yong-chol.

De acuerdo con la cadena CNN, la misiva indicó que las conversaciones sobre la desnuclearización de la península coreana 'están nuevamente en juego y pueden desmoronarse'.

El texto agregó que Washington 'todavía no está listo' para cumplir con las expectativas de Corea del Norte 'en cuanto a dar un paso adelante para firmar un tratado de paz', según tres fuentes citadas por la televisora.

Hasta ahora, Estados Unidos no ha estado dispuesto a reemplazar el acuerdo de armisticio que puso fin a la Guerra de Corea (1950-1953) con un tratado de paz permanente y jurídicamente vinculante, que requeriría la aprobación de dos tercios del Senado de este país.

En lugar de moverse en función de eso, la administración Trump emitió repetidas solicitudes de que Pyongyang renuncie primero a algunas de sus armas nucleares, pese a que el país asiático ha expresado su descontento por la cantidad de exigencias y la escasez de compromisos por parte del territorio norteamericano.

A mediados de mes el propio diario Rodong Sinmun estimó que no hay ninguna razón para ignorar el acuerdo para poner fin a la guerra, al considerarlo 'un proceso preliminar y esencial para la distensión y el establecimiento de la paz permanente en la península coreana'.

Sin embargo, el embajador estadounidense en Corea del Sur, Harry Harris, ratificó que Washington no apoya la propuesta de anunciar oficialmente el final de la contienda bélica, bajo el argumento de que 'todavía es demasiado prematuro' abordar esta cuestión.

Para complicar aún más las conversaciones bilaterales, que fueron saludadas a nivel internacional tras meses de tensiones y amenazas belicistas, el secretario norteamericano de Defensa, James Mattis, dio a conocer este 28 de agosto que no tienen intenciones de suspender más ejercicios conjuntos con Seúl.

Según el titular, el Pentágono dio el paso de cancelar algunas maniobras como una medida de buena voluntad tras la cumbre de Singapur, pero no tienen planes de hacerlo con ninguna otra, aun cuando Pyongyang considera esos ejercicios como una provocación y contrarios a los esfuerzos de paz.

Algunas fuentes consideran que este estado de cosas podría abrir el camino para que figuras de la administración Trump que desean una postura más hostil hacia la RPDC logren mayor influencia sobre el mandatario con esos propósitos.

De acuerdo con el portal Vox, la preocupación ahora es que el presidente estadounidense pronto considere nuevas medidas por encima de las conversaciones, como castigos económicos más duros o incluso una opción militar, en parte debido al consejo de personas como su asesor de Seguridad Nacional, John Bolton.

The Washington Post, a su vez, citó a un funcionario anónimo de la administración según el cual Bolton podría decirle a Trump que empiece a escalar las acciones contra ellos 'para obligarlos a cumplir sus compromisos'.

Además, Vox sostuvo que, de acuerdo con una fuente cercana a la Casa Blanca, el Gobierno podría considerar dos propuestas económicas: pedir al Consejo de Seguridad de la ONU la imposición de un embargo total de petróleo y gas a Corea del Norte; y aplicar sanciones a múltiples compañías chinas.

Tales reportes hacen recordar un texto publicado el 20 de agosto por Rodong Sinmun, en el cual el diario advirtió que el 'punto muerto actual entre la RPDC y Estados Unidos es claramente atribuible a la lucha política' en este último país.

Aquellos que se oponen al diálogo proporcionaron al equipo negociador una 'teoría de las instalaciones nucleares secretas de Corea del Norte', una ficción que los llevó a descarrilar el diálogo, consideró el periódico.

La publicación agregó en ese momento que las relaciones entre los dos territorios nunca pueden convertirse en una víctima de la lucha política en Estados Unidos.


 



regina

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