Nacional - Seguridad y Justicia

Justicia por propia mano a niveles extremos

2018-08-31

Los dramáticos episodios se registraron en dos comunidades rurales del "México...

 

(ANSA) - CIUDAD DE MEXICO, 31 AGO - La justicia por propia mano alcanzó en México niveles extremos luego que, con una diferencia de apenas 24 horas, multitudes enfurecidas quemaron vivas a cuatro personas sospechosas de dedicarse a robar niños.

Los dramáticos episodios se registraron en dos comunidades rurales del "México profundo", en los estados de Puebla e Hidalgo, centro-sur del país.

El caso encendió las alarmas en México, donde los casos al estilo "Fuenteovejuna" se multiplican por los cuatro puntos cardinales del país, sobre todo en zonas rurales, asoladas por bandas criminales.

Según informes oficiales, en el primer caso, ocurrido el miércoles, dos hombres que arribaron a una comunidad del municipio de Acatlán, Puebla, al oriente de la ciudad de México, a bordo de una furgoneta, fueron detenidos y llevados por la policía a una prisión local acusados de robarse niños.

Pero unas 150 personas irrumpieron por la fuerza en el lugar, los sacaron para llevarlos a una plaza pública, los golpearon brutalmente y luego les prendieron fuego, en medio de alaridos jubilosos de quienes clamaban por justicia.

El gobierno del Estado acusó a las autoridades municipales de no seguir el protocolo establecido para estas situaciones, pero éstas se defendieron diciendo que fueron rebasados por la turba.

Las autoridades del municipio dijeron que los presuntos secuestradores eran en realidad campesinos, identificados como Alberto Flores, de 43 años y su sobrino Ricardo, de 22, señalados de raptar a tres niños de una escuela en la comunidad de San Vicente Boquerón.

Un día después, pobladores de la comunidad de Santa Ana Ahuehuepan, estado de Hidalgo, al norte de la capital, prendieron fuego a dos personas, una mujer y un hombre acusados de plagiar niños, tras tomarlos como rehenes y darles una fuerte paliza.

El hombre murió en el lugar y la mujer fue llevada grave al hospital, donde después falleció mientras recibía las primeras asistencias.

La Procuraduría de Hidalgo alertó que en sus redes sociales circula un informe falso que advierte del ingreso de una banda de "robachicos" al país y que niños entre 4 y 14 años han sido plagiados para traficar con sus órganos en varios estados del sur del país.

En abril pasado, pobladores del municipio de San Simón Yehualtepec, municipio ubicado en la Sierra Negra, también en Puebla, lincharon a cinco supuestos ladrones que ellos mismos detuvieron cuando trataban de robar un camión de carga.

En 2017, en el mismo estado al menos 22 personas fueron asesinadas por turbas vecinales bajo el argumento de que las autoridades habían demostrado una completa ineptitud. Otras 110 se libraron de correr la misma suerte al ser rescatadas a tiempo de manos de sus captores.

Casos análogos se han registrado en los estados de Morelos, Oaxaca, Chiapas y Guerrero, en particular en la empobrecida franja sureste del país.

En 2015, hubo 78 asesinatos de este tipo en México, más del doble de los registrados en 2014, según Raúl Rodríguez Guillén, autor del libro "Linchamientos en México, 1988-2014".

Sólo en la última semana de febrero pasado, se registraron tres linchamientos, pero no pasa un mes sin que en México se conozca de al menos un caso similar.

Curiosamente, son raros los casos en los cuales miembros del crimen organizado han sufrido la misma suerte, por lo cual para los especialistas la autojusticia parece funcionar como válvula de escape ante la incapacidad para enfrentar a delincuentes más poderosos.

El fenómeno cunde justo cuando el índice de homicidios registró su nivel más alto en 20 años el año pasado y se espera que en 2018 rompa una nueva marca, en el marco de la llamada "guerra contra las drogas" lanzada por el gobierno en diciembre de 2006, que ha arrojado la escalofriante cifra de 215,000 muertos y unos 33,000 desaparecidos.

La ola de linchamientos está estrechamente ligada, según especialistas, a la impunidad, en un país en el cual sólo 1% de los delitos denunciados son resueltos y apenas 12 de cada 100 son motivo de queja ante las fiscalías.



Jamileth