Migración

Cada vez más migrantes abandonados en frontera México-EU

2018-10-11

En total, más de 1,400 migrantes quedaron librados a su suerte tras ser abandonados por...

Por ANITA SNOW

PHOENIX (AP) — Los coyotes han estado abandonando en las últimas semanas grandes grupos de centroamericanos en el desierto de Arizona, del lado estadounidense de la frontera con México, poniendo en peligro a cientos de menores, según la Patrulla de Fronteras.

En total, más de 1,400 migrantes quedaron librados a su suerte tras ser abandonados por coyotes en el desierto ardiente --o, en al menos un caso, bajo una fuerte tempestad-- desde el 20 de agosto. Un grupo llegó a tener 275 personas.

“Hemos visto grupos grandes en el pasado, pero nunca nada como esto”, declaró al agente de la Patrulla de Fronteras Daniel Hernández. “Esto causa alarma porque se está comprometiendo su seguridad”.

Hernández dijo que el caso más reciente involucró a 61 personas rescatadas por agentes la semana pasada en medio de una tormenta que hacía crecer un río en una región aislada. “Pudo haber sido una situación mucho, mucho peor si la lluvia continuaba”, dijo el agente.

A diferencia de lo que ocurre en Texas, donde los migrantes se entregan tras cruzar el río Bravo, los coyotes de Arizona han estado abandonando a grupos de familias migrantes en un remoto camino de tierra cerca del Monumento Nacional Organ Pipe Cactus al oeste del paso fronterizo de Likeville. En verano las temperaturas llegan a los 49 grados centígrados (120 Fahrenheit).

A veces se les deja agua y comida a los migrantes, pero no siempre. Y en general requieren atención médica por lesiones en la espalda o los tobillos, y también por heridas.

A los coyotes “no les interesa la seguridad ni el bienestar de estas familias”, declaró el jefe del sector de Tucson de la Patrulla de Fronteras Rodolfo Karish la semana pasada.

También la semana pasada fueron encontrados dos grandes grupos de guatemaltecos y hondureños cerca de Yuma. Agentes de la Patrulla de Fronteras dijeron que 108 personas fueron detectadas poco antes de la medianoche del 2 de octubre a casi un kilómetro (media milla) al oeste del Puerto de San Luis y cinco horas más tarde dieron con 56 centroamericanos a un kilómetro y medio (una milla) al este del mismo cruce.

En el pasado, el grueso de las personas que cruzaban ilegalmente la frontera eran mexicanos varones. Pero ahora la norma son los centroamericanos que viajan en familia y menores no acompañados.

El Servicio de Inmigración y Control de Aduanas de Arizona empezó a liberar el domingo a cientos de detenidos que están a la espera de una vista judicial, diciendo que no estaba en condiciones de alojar “el volumen increíblemente alto” de familias de migrantes que son pilladas en la frontera.

El senador republicano Jon Kyl pidió el miércoles a la directora del Departamento de Seguridad Nacional y a otros funcionarios que investiguen formas de hacer frente a una ola de migrantes que desborda las capacidades de la oficina de Yuma y de otras partes del sur de Arizona. Hablando en una audiencia del Senado, dijo que temía por gente que está siendo amenazada “por una gran cantidad de personas que ingresan ilegalmente... algunas de las cuales podrían no estar pidiendo asilo”.

Nielsen dijo que no sabe cuántas personas pidieron asilo en el sur de Arizona, pero que lo averiguaría.

Bajo las leyes federales y los tratados internacionales, la gente puede conseguir asilo en Estados Unidos si tiene razones fundadas para temer ser perseguida en su país, pero el gobierno de Donald Trump dice que abunda las solicitudes de asilo fraudulentas y quiere que se apliquen parámetros más rígidos para aprobar esa solicitudes.

Aproximadamente ocho de cada diez personas que piden asilo pasan una entrevista inicial y son retenidas en centros de detención de inmigrantes o liberados tras pagar una fianza, a la espera de que sus casos sean procesados en los tribunales. Muchas solicitudes son rechazadas.

Hernández indicó que los coyotes les dicen a los migrantes que pidan asilo u otro status que les permita permanecer en Estados Unidos, pero que en las entrevistas queda claro que vienen para mejorar su situación económica y que algunos de los principales destinos son Charleston (Carolina del Sur), Oakland (California) y Homestead (Florida).

Ali Noorani, director ejecutivo de Foro Nacional sobre Inmigración, con sede en Washington, dijo que el gobierno no tiene los recursos para lidiar con la ola de migrantes y que “se debería usar parte de ese dinero para erradicar las causas de la pobreza y la violencia en Guatemala y para procesar los pedidos de asilo de forma justa”.

Los centroamericanos generalmente se quejan de la violencia en sus países al pedir asilo. Los migrantes detenidos en las últimas semanas venían de Honduras y El Salvador, donde, igual que en Guatemala, hay una gran presencia pandillas como la MS-13.

Entre el 1ro de octubre del 2017 y el 31 de agosto de este año se casi duplicó la cantidad de guatemaltecos y se más que duplicó la de salvadoreños comparado con el mismo período del año previo. Las estadísticas más recientes del Servicio de Protección de Aduanas y Fronteras señalan que hubo un aumento en la cantidad de familias y menores no acompañados apresados en la frontera.

De los más de 90,000 migrantes que viajaban en familia apresados durante esos 11 meses, casi la mitad eran de Guatemala. El resto de Honduras, El Salvador y México.



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