Religión

Audiencia general sobre el sexto mandamiento

2018-10-31

"¿Quién es el adúltero, el lujurioso, el infiel? Es una persona inmadura,...

 

(ANSA) - CIUDAD DEL VATICANO, 31 OCT - El papa Francisco reflexionó hoy en la audiencia general de los miércoles, ante unos 15,000 peregrinos de todo el mundo reunidos en la plaza San Pedro, sobre el sexto mandamiento, "no cometer adulterio".

"¿Quién es el adúltero, el lujurioso, el infiel? Es una persona inmadura, que guarda su vida para sí e interpreta las situaciones en base a su propio bienestar y satisfacción", dijo Francisco. "Por lo tanto, para casarse no basta con celebrar el matrimonio: hay que hacer un camino del 'yo' al 'nosotros', de pensar por sí solo a caminar de a dos, de vivir solo a vivir de a dos. Es un buen camino, un camino bello", agregó el pontífice.

"Nuestra dimensión afectiva es una llamada al amor, que se manifiesta en la fidelidad, en la acogida y en la misericordia", observó Francisco.

"Sin embargo, no hay que olvidar que este mandamiento se refiere explícitamente a la fidelidad matrimonial, y por lo tanto está bien reflexionar más a fondo sobre su significado esponsal", agregó, subrayando que este tramo de la Epístola de San Pablo a los Efesios es revolucionario.

"Pensar, con la antropología de aquella época, decir que el marido debe amar a la mujer como Dios ama a la Iglesia, es una cosa revolucionaria, es lo más revolucionario dicho en aquel tiempo", afirmó el papa.

"Podemos preguntarnos -agregó- este mandamiento de fidelidad, ¿a quién está destinado? ¿Solo a los esposos? En realidad, este mandamiento es para todos, es una palabra paterna de Dios dirigida a todo hombre y mujer".

"Recordemos -exhortó el papa- que el camino de la maduración humana es el recorrido mismo del amor, que va del recibir cuidado a la capacidad de ofrecer cuidado, del recibir la vida a la capacidad de dar vida".

"Convertirse en hombres y mujeres adultos -agregó- quiere decir llevar a vivir la actitud esponsal y paternal que se manifiesta en las diversas situaciones de la vida como la capacidad de tomar sobre sí el peso de algún otro y amarlo sin ambigüedades. Es por lo tanto una actitud global de la persona que sabe asumir la realidad y sabe entrar en una relación profunda con los demás".

"Toda vocación cristiana es esponsal. El sacerdocio lo es porque es la llamada, en Cristo y en la Iglesia, a servir a la comunidad con todo el afecto, el cuidado concreto y la sabiduría que da el Señor", dijo Francisco en la audiencia general.

"A la Iglesia no le hacen falta aspirantes al 'papel' de curas -no, no sirven, mejor que se queden en casa- sino hombres a los cuales el Espíritu Salto toca el corazón con un amor sin reservas por la Esposa de Cristo. En el sacerdocio se ama al pueblo de Dios con toda la paternidad, la ternura y la fuerza de un esposo y de un padre. Así también la virginidad consagrada en Cristo se vive con fidelidad y alegría como relación esponsal y fecunda de maternidad y paternidad".

"Repito -explicó Francisco-, toda vocación cristiana es esponsal, porque es fruto del vínculo de amor en que todos nos regeneramos, el vínculo de amor con Cristo".

"Por lo tanto, la palabra 'no cometer adulterio', aunque en forma negativa, nos orienta a nuestra llamada originaria, es decir el amor esponsal pleno y fiel, que Jesucristo nos reveló y donó", concluyó el pontífice.
(ANSA).



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