Disparates y Desfiguros

Caprichos inexplicables e insensatos

2018-11-05

Suspenderla, muy probablemente implicará violación de garantías, que solamente...

Por Alfredo Ríos Camarena, Siempre

En estas líneas no nos referiremos a las características que reúnen las mejores condiciones para realizar un nuevo aeropuerto internacional de México, ya que este tema ha sido ampliamente tratado por quienes conocen técnicamente el aspecto de la eficiencia y costo del proyecto que es, hasta ahora, el más importante de infraestructura que ha iniciado la actual administración.

Tampoco vamos a hacer mención al carácter de la supuesta consulta que acaba de realizarse al respecto, pues se trata de un ejercicio de sondeo de la opinión pública, diseñado y patrocinado por un partido político y avalado por el presidente electo; obviamente sin ninguna validez. ni trascendencia de carácter jurídico.

El acto autoritario lo define el maestro Ignacio Burgoa y la Suprema Corte de Justicia de la Nación como una decisión unilateral, imperativa y coercitiva, que realizan quienes tienen competencia y jurisdicción para ello, y que puede ser lesivo y violatorio a los llamados derechos humanos y garantías individuales. En tal sentido el presidente electo carece de competencia para ello; cuando inicie su gestión sí podrá realizar permanentemente los actos de autoridad que implica el Poder Ejecutivo federal.

En lo que se refiere a suspender una obra transexenal —en la cual ya se han invertido más de 60 mil millones de pesos, con una avance del 32 por ciento y con una contratación de 60 por ciento, que seguramente debió ser aprobada en el Plan Nacional de Desarrollo y por el Presupuesto de Egresos de la Federación, sancionado por el Congreso federal— existe un derecho adquirido de la nación y de los contratistas, sobre el desarrollo de esta magna obra.

Suspenderla, muy probablemente implicará violación de garantías, que solamente el Poder Judicial puede contener. En otras palabras, cuando formalmente inicie el próximo gobierno y decida cancelar el proyecto, enfrentará juicios de garantías y de responsabilidades, pues las obras contratadas y el dinero invertido no pueden utilizarse como patrimonio privado de nadie, en consecuencia, es probable que jurídicamente sea combatida la suspensión que se pretende realizar.

Por otra parte, se está cometiendo un grave error al dividir a la sociedad mexicana entre corruptos y no corruptos, entre pobres y ricos, pues el clima que produce esta decisión va a irritar, aún más, a un pueblo que, con justa razón, está iracundo por la pobreza, la desigualdad y la inseguridad. La política del nuevo gobierno no debe ser de confrontación sino de unidad nacional.

No pretendemos defender, de ninguna manera a los contratistas, banqueros y políticos que se han enriquecido en este modelo, que nos empuja —cada día con mayor fuerza— a la brecha de la desigualdad. Sin embargo, es necesario que el gobierno próximo, que desea realizar una cuarta transformación, establezca –con claridad— sus propuestas y sus proyectos, para que no sólo sea apoyado por 700 mil personas, como es el caso de la consulta, sino por los millones de mexicanos que lo llevaron al triunfo electoral.

Un país que no debe ser llevado a la polarización la cual surge de la demagogia y el populismo; tampoco debe ser explotado por las fuerzas económicas del neoliberalismo que lo mantienen en la plena desigualdad.

El próximo gobierno tiene que ser cuidadoso, inteligente, patriota y no fundamentar sus decisiones en caprichos inexplicables e insensatos.


 



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