Internacional - Política

Líderes tratan comercio y clima en G20 dominado por tensión

2018-11-30

Como anfitrión, el mandatario argentino, Mauricio Macri, será árbitro en ese...

Por ALMUDENA CALATRAVA y ANGELA CHARLTON, AP

BUENOS AIRES (AP) — Las conversaciones entre Estados Unidos y otros países del G20 para consensuar un documento final giraban el viernes en torno a los delicados asuntos del comercio y la sustentabilidad climática, mientras varios conflictos bilaterales acaparaban la atención en la cita internacional.

Argentina, país anfitrión de la cumbre del viernes y sábado que reúne a los presidentes de potencias como Estados Unidos, Gran Bretaña, Rusia y China y varias naciones en vías de desarrollo busca alcanzar un consenso sobre el mercado de trabajo, la infraestructura para el desarrollo, un futuro alimentario sostenible y la lucha contra el cambio climático.

Sin embargo, la que promete ser la cumbre del G20 más ríspida de los últimos años transcurrirá en su mayor parte en reuniones bilaterales y multilaterales en las que se abordarán los puntos más calientes de la agenda global como la creciente tensión entre Rusia y Ucrania, el asesinato del periodista saudita Jamal Khashoggi y la guerra comercial entre Estados Unidos y China.

Como anfitrión, el mandatario argentino, Mauricio Macri, será árbitro en ese complejo escenario que transcurre en medio de protestas de organizaciones de izquierda.

“Con la parte del documento final estamos avanzando. Hay muy buen avance en un tema delicado que es el comercio y se sigue trabajando en la redacción de lo que tiene relación con el clima”, dijo a periodistas el canciller argentino Jorge Faurie.

El presidente estadounidense Donald Trump retiró a su país del acuerdo de París sobre cambio climático y mantiene una posición proteccionista en el ámbito comercial.

Faurie dijo que aunque todos los temas que se han tratado a lo largo de la cumbre “son de igual relevancia” los vinculados con las relaciones comerciales y la lucha contra el cambio climático se debaten más “porque son donde estamos tratando de llegar al cierre y consenso de todos los participantes”.

Al abrir la cita, Macri reconoció la existencia de cuestionamientos a los mecanismos multilaterales y “tensiones entre países”. “Espero que estos días pongamos las bases para los consensos de los próximos 10 años”, urgió.

Según Faurie, el documento que saldría del G20 no requiere la firma de los presidentes. “Los países adoptan criterios que son reflejados por consenso y aquellos que no coincidan pueden decir algo a posteriori”, explicó.

Diplomáticos discutían el tenor de la declaración final con profundas divisiones sobre qué tono utilizar sobre el acuerdo de París y la Organización Mundial de Comercio (OMC) - que rige las relaciones comerciales entre países y es rechazada por Trump-, según dos funcionarios europeos involucrados en las negociaciones que no se identificaron por no estar autorizados a hablar sobre las conversaciones que se llevan a cabo a puertas cerradas.

Frente a la perspectiva de una cumbre sin declaraciones, las delegaciones europeas intentaban crear un frente común y presentarían su propia declaración por separado si no pueden incluir a Estados Unidos u otros países. Otro de los puntos en el que buscan aunar posiciones es el crimen de Khashoggi.

Las miradas están puestas en el príncipe saudí Mohammed bin Salman, señalado como autor intelectual del asesinato en octubre del columnista del Washington Post en el consulado saudí en Estambul.

Algunos líderes procuraron no acercarse al príncipe, que en la foto de familia quedó alejado del resto en el extremo superior derecho de la tarima. La nota la dio el ruso Vladimir Putin que chocó sus manos al saludarlo poco antes de que se iniciara el encuentro mientras ambos se reían. Durante el plenario se los vio conversar animadamente.

Por su parte, Trump -quien antes de la cumbre había decidido no marginar al hombre fuerte del gobierno saudita en nombre de los intereses económicos que unen a ambos países- no se acercó al heredero saudí.

El príncipe participa de la reunión en medio de denuncias de la organización Human Rights Watch y mientras la justicia argentina dilucida si abre una causa en su contra por su presunta responsabilidad en el asesinato del periodista y crímenes de guerra en Yemen.

El presidente del Consejo Europeo, Donald Tusk, instó a discutir las “guerras comerciales” y la trágica situación en ese país, donde los sauditas encabezan una coalición que libra una guerra en la que han muerto miles de civiles. 

En cuanto al conflicto ruso ucraniano, Tusk dijo que espera que la Unión Europea extienda las sanciones a Moscú por su incautación “totalmente inaceptable” de barcos ucranianos y sus tripulaciones cerca de Crimea. “Europa está unida en su apoyo a la soberanía y la integridad territorial de Ucrania”, dijo el funcionario, que consideró que el tema causa una “gran preocupación”.

El presidente ucraniano Petro Poroschenko pidió recientemente a la OTAN el despliegue de buques en el Mar de Azov después de que guardias costeros rusos capturaran tres buques de bandera ucraniana. El episodio forma parte de un prolongado conflicto entre los dos países vecinos. Rusia se anexó la península de Crimea en 2014 y apoyó a los separatistas en el este de Ucrania.

Trump canceló una cita acordada con Putin debido a que las embarcaciones y los tripulantes no han sido liberados, lo que fue considerado por el ministro de Relaciones Exteriores ruso Sergey Lavrov como la pérdida de una “oportunidad” para discutir temas globales clave.

En lo que se refiere al conflicto comercial, una las citas que más interés genera es la que Trump y su colega chino Xi Jinping mantendrán el sábado tras la mutua imposición de millonarios aranceles a las importaciones que han comenzado a afectar a la economía mundial.

Un paso adelante en el ámbito comercial fue la firma el viernes de un nuevo tratado de libre comercio entre Trump, el presidente saliente de México, Enrique Peña Nieto, y el primer ministro de Canadá, Justin Trudeau.

El nuevo convenio estuvo rodeado de discrepancias y fue aceptado a último momento por Trudeau pero aún debe ser ratificado por los legisladores de cada país, una tarea que podría ser difícil en Estados Unidos ya que los demócratas controlarán la Cámara de Representantes en enero.

Durante la firma, Trump señaló que llegar a este acuerdo “ha sido una batalla”, aunque esas luchas a veces hacen “grandes amistades”.



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