Religión

Mons. Rogelio Cabrera, nuevo Presidente de la Conferencia Episcopal Mexicana

2018-12-11

El Arzobispo de Monterrey fue elegido Presidente de la Conferencia Episcopal Mexicana (CEM) el...

(ZENIT).- Como Iglesia, “queremos participar, por una parte, de la esperanza que abrigan millones de mexicanos ante el cambio de gobierno. Pero lo haremos desde nuestra posición de pastores que quieren velar por sus fieles, defendiendo en primera instancia a los más pobres”, anuncia Mons. Cabrera López. “No seremos muro de contención ni oposición irracional. Trataremos de colaborar con la nueva administración en aquellos asuntos que nos son comunes”.

El Arzobispo de Monterrey fue elegido Presidente de la Conferencia Episcopal Mexicana (CEM) el pasado 14 de noviembre de 2018, para el próximo Trienio (2019-2021), durante la CVI Asamblea Episcopal de los Obispos.

Impulso del proceso de evangelización

De manera paralela, Andrés Manuel López Obrador, de 65 años, fue investido Presidente de México, el 1 de diciembre de 2018, tras imponerse en las elecciones presidenciales del pasado 1 de julio más del 53% de los votos.

En este momento, el nuevo Presidente de la CEM se enfrenta a grandes retos ante el complejo contexto social de corrupción, violencia, el desafío de la migración y el problema de los abusos sexuales en la Iglesia. Frente a todo ello, Mons. Rogelio Cabrera habla en esta entrevista a Zenit sobre el nuevo impulso de un “proceso de evangelización que tenga como marco referencial los 500 años del Evento Guadalupano y los 2,000 años de la Redención, que se cumplen respectivamente en el año 2031 y 2033”. Se trata del ‘Proyecto Global de Pastoral’ (PGP 31-33).

Obispo de Tacámbaro, Tuxtla Gutiérrez y Monterrey

Mons. Cabrera López ha sido Obispo de Tacámbaro, Arzobispo de Tuxtla Gutiérrez, y Representante de la Provincia Eclesiástica de Chiapas. En la Conferencia Episcopal Mexicana, ejerció de Vice-Presidente para el trienio 2009-2012, y fue Segundo Vocal del Consejo de Presidencia para el trienio 2007-2009.

El 3 de octubre del 2012, el Santo Padre Benedicto XVI lo nombra XII Arzobispo de Monterrey. Participó en el Sínodo de los Obispos, celebrado en Roma, en noviembre del 2012.

ENTREVISTA:

¿Cuáles son sus retos para los próximos años como máximo representante de los obispos católicos de México?

Al interior de nuestra Iglesia Católica, los obispos mexicanos queremos impulsar un proceso de evangelización que tenga como marco referencial los 500 años del Evento Guadalupano y los 2,000 años de la Redención, que se cumplen respectivamente en el año 2031 y 2033. Para ello hemos elaborado un Proyecto Global de Pastoral (PGP 31-33) que, además de ser una expresión de la colegialidad entre nosotros los obispos, responde al llamado que el Papa Francisco nos hiciera en la Catedral de México, el 13 de febrero del 2016: impulsar un serio y cualificado proyecto pastoral, que vaya más allá de coyunturas y criterios circunstanciales.

Hacia fuera de nuestra Iglesia Católica, queremos participar, por una parte, de la esperanza que abrigan millones de mexicanos ante el cambio de gobierno. Pero lo haremos desde nuestra posición de pastores que quieren velar por sus fieles, defendiendo en primera instancia a los más pobres. No seremos muro de contención ni oposición irracional. Trataremos de colaborar con la nueva administración en aquellos asuntos que nos son comunes, pero sin perder nuestro sentido crítico contra lo que consideremos pueda afectar a nuestro pueblo.

¿Cómo se instalará el Equipo Nacional para la Protección de Menores en términos físicos y funcionales en las Diócesis de México?

En la asamblea del mes de noviembre de este año fue aprobada la integración de un equipo para asesorar a los Obispos de las diversas diócesis. Dicho equipo será formado por expertos en derecho civil y canónico. Serán parte de él hombres y mujeres. En el mes de enero del 2019 ya quedará listo para entrar en funciones.

¿Cómo está siendo la línea de actuación de los obispos mexicanos con los inmigrantes de los países hermanos de El Salvador y Guatemala?

A través de nuestra Comisión Episcopal de Pastoral Social, y de la Dimensión Episcopal de Pastoral de la Movilidad Humana, tenemos programas de atención permanente a los migrantes, especialmente en las diócesis fronterizas por donde ellos pasan. Los obispos hemos insistido en que, no obstante que algunos de esos migrantes puedan ser manipulados o, inclusive, ser delincuentes, son nuestros hermanos que deben ser acogidos siguiendo el ejemplo de Jesús misericordioso.

En unos días celebraremos la festividad de la Madre de Guadalupe: ¿cómo se percibe en el día a día la figura de Nuestra Señora de Guadalupe en los obispos y fieles mexicanos?

La fe en la Guadalupana no sólo no decrece, sino que aumenta año con año. Es por ello que, como ya lo mencioné, los obispos decidimos elaborar el PGP 31-33, en donde afirmamos: “Los obispos mexicanos queremos refrendar el compromiso de seguir construyendo una casita sagrada porque representa un elemento común de identidad de este pueblo, un signo de unidad, un espíritu de familiaridad” (#152).

El pasado 1 de diciembre, Andrés Manuel López Obrador inició oficialmente su mandato presidencial. Usted, como Presidente de la CEM: ¿qué frutos espera de este gobierno?

Como con todos los nuevos gobiernos: esperamos que cumpla con sus promesas de campaña. Sin embargo, sabemos que enfrentará un contexto difícil, con muchas presiones internas y externas. Nosotros seguiremos invitando a los fieles a seguir participando en política, no sólo en tiempos electorales, sino durante toda la vida, en aquellas cosas que les corresponden, entendiendo que la fe tiene una profunda dimensión social.

En los últimos seis años, han sido asesinados en México más de 25 sacerdotes: ¿de dónde procede tanto odio?

Bueno. No todos han sido crímenes de odio. Según los informes de las autoridades encargadas, estamos ante situaciones de robos -en su mayoría-, confusiones, venganzas por conflictos con familiares de los sacerdotes, etc. Sin embargo, es evidente que estamos ante una pérdida de respeto hacia lo sagrado -presente en todas las sociedades contemporáneas-, que permite a los delincuentes no detenerse para llevar a cabo sus prácticas violentas.

En México está habiendo un incremento de creyentes evangélicos. Los pentecostales representan una fuerza potencial. ¿Cómo podemos interpretar esté fenómeno?

Creo que hay una doble fuente de este incremento. Por una parte, ha crecido la oferta de movimientos religiosos -no sólo pentecostales- de todo tipo. Se cree que la espiritualidad puede fortalecerse sin una estructura religiosa, y se apuesta más bien por contactos individuales, que no siempre personales, con Dios. En esta dinámica, el mantenerse en la Iglesia Católica pareciera una pérdida de tiempo.

Por otra parte, y reconociendo con humildad nuestras limitaciones, debemos reconocer que de alguna manera hemos favorecido ese incremento, al descuidar la atención personalizada a nuestros fieles, el énfasis en la evangelización, un estilo de vida más acorde al evangelio, la atención a las verdaderas preocupaciones de la comunidad, algunos escándalos vinculados al abuso de poder y al clericalismo, etc.



Jamileth