Entre la Espada y la Pared

El 'annus horribilis' del presidente Emmanuel Macron

2018-12-31

Macron, con un índice de popularidad muy bajo, se ha enfrentado este año a la crisis...

Beatriz Juez | El Mundo

París.- Si alguien en Francia está deseando que acabe 2018 probablemente sea el presidente francés, Emmanuel Macron. 2018 ha sido su annus horribilis. Macron, con un índice de popularidad muy bajo, se ha enfrentado este año a la crisis de los chalecos amarillos, la renuncia de ministros clave, un atentado y al caso Benalla. Éstos fueron algunos de sus peores momentos.

UN PRESIDENTE MUY IMPOPULAR.

Macron fue elegido en mayo de 2017 presidente de Francia en la segunda vuelta con el 66,1% de los votos. Llegó al Elíseo con 39 años, convirtiéndose en el presidente más joven de la historia de Francia. Su victoria frente a la ultraderechista Marine Le Pen provocó una macronmanía, ya que muchos le veía como un freno al populismo, tras la victoria de Donald Trump en Estados Unidos y el referéndum del Brexit, la salida del Reino Unido de la UE. Macron ha visto como su popularidad caía en picado en 2018. Ha perdido 27 puntos. En enero de 2018, el 50% de los franceses tenía confianza en el jefe de Estado, según el barómetro de Le Journal du Dimanche. A final de año, sólo cuenta con el 23% de apoyos, un nivel comparable al que tenía el socialista François Hollande en el mismo momento de su mandato.

PROBLEMAS DE COMUNICACIÓN.

Macron quiso devolver a la figura presidencial el aura monárquica que quiso darle el general Charles De Gaulle. No quería ser un "presidente normal" como Hollande. Cuestionado ahora por su estilo y sus políticas, Macron ha tratado en vano de sacudirse la etiqueta de "presidente de los ricos" que le han puesto sus detractores. La oposición le acusa de ser arrogante, altanero, de falta de empatía, de no escuchar y de creerse un monarca absoluto y actuar como tal.

La icónica foto de Macron celebrando uno de los goles que le dio a Francia la victoria en el Mundial de fútbol y la conmemoración del final de la Primera Guerra Mundial rodeado de jefes de Estado y de Gobierno son dos momentos dulces en un año plagado de problemas de comunicación: el mal manejo de la crisis política que provocó el caso Benalla, la fotografía poco presidencial con un joven negro que hacía la peineta y sus desafortunadas declaraciones.

A Macron le llovieron las críticas cuando dijo que "las ayudas sociales nos cuestan una pasta gansa" y no ayudan a la gente a salir de la pobreza. Exigió a un joven, que le llamó Manu, que se dirigiera a él como "señor presidente o señor". También le criticaron cuando aconsejó a un parado que cruzara la calle para encontrar trabajo o cuando se refirió a sus conciudadanos como "galos refractarios al cambio".

TRABAS A LAS REFORMAS.

Macron, que llegó al poder con un ambicioso programa de reformas, tiene dificultades para llevarlas a cabo. Se anotó una victoria con la reforma de la SNCF tras una primavera marcada por las huelgas en el sector ferroviario. Pero en 2019 le esperan una serie de reformas, que pueden ser explosivas porque el ambiente está muy caldeado: la del subsidio de desempleo, de las pensiones y la constitucional.

'CASO BENALLA'.

Estalló en julio y provocó la primera gran crisis política de la Presidencia de Macron. Alexandre Benalla, el ex polémico colaborador de Macron, fue imputado por agredir a varios manifestantes durante las protestas del 1 de mayo en París. El vídeo se hizo viral y provocó una gran polémica en Francia. El Gobierno superó este verano dos mociones de censura presentadas por la oposición por la mala gestión de este caso.

El Benallagate todavía colea. Esta semana se ha sabido que Benalla sigue viajando con pasaporte diplomático, pese a no trabajar ya para el Elíseo. El ex colaborador viajó unas semanas antes que Macron a Chad, donde se reunió con el presidente Idris Déby.

MINISTROS ESTRELLA DIMITIDOS.

La dimisión a finales de agosto de Nicolas Hulot, el ministro de Transición Ecológica de Francia y uno de los más mediáticos, y en octubre de Gérard Collomb, ministro del Interior y hombre fuerte del macronismo, provocaron sendas crisis de Gobierno. Hulot anunció por sorpresa en la radio que dimitía sin avisar antes a Macron.

ATENTADO EN ESTRASBURGO.

Tres años después de los atentados terroristas más mortíferos de la historia de Francia (130 muertos en los atentados yihadistas de París y Saint-Denis en noviembre de 2015), el atentado del 11 de diciembre en Estrasburgo (cinco muertos y 11 heridos) demostró que la amenaza terrorista sigue siendo alta y que no hay que bajar la guardia.

'CHALECOS AMARILLOS'.

La crisis de los chalecos amarillos comenzó como un protesta, sobre todo en la Francia rural, contra el alza del precio de los carburantes. La prenda fluorescente que lucen los manifestantes se ha convertido en un símbolo del hartazgo de los franceses que luchan por llegar a fin de mes y reclaman una mejora del poder adquisitivo.

Los chalecos amarillos lograron reunir el 17 de noviembre a 282,000 manifestantes en todo el país contra las políticas de Macron. Protagonizaron escenas de violencia que dieron la vuelta al mundo. Y obligaron a Júpiter, como llaman a Macron en Francia, a bajar de las alturas y a hacer concesiones a regañadientes.

Desde entonces, el número de manifestantes ha bajado, pero el problema persiste. Muchos de ellos sueñan con una lista de chalecos amarillos en las elecciones europeas de mayo. Los partidos políticos franceses les cortejan para ver si pueden sacar tajada de la fiebre amarilla que ha contagiado el país.

¿REMONTADA EN 2019?.

Macron, que nunca ha sido alcalde ni diputado, ha vivido en carne propia las dificultades de gobernar. Pese a los reveses políticos que ha encajado este año, La República en Marcha sigue disfrutando de una hegemonía que pocos partidos han tenido en la Francia reciente: 309 diputados de 577 en la Asamblea Nacional. 2019 estará marcado por un gran debate nacional para dar respuesta a las preocupaciones expresadas por los franceses en la calle y por las elecciones europeas de mayo. El presidente, tocado pero no hundido, podría volver a movilizar a sus electores en los comicios europeos. Está por ver si 2019 será el año de la remontada de Macron.



Jamileth