Religión

Vencer resistencias a mujeres en la Iglesia 

2019-01-02

"Bastan en efecto un poco de coraje y la capacidad profética de mirar al futuro con...


(ANSA) - CIUDAD DEL VATICANO, 2 ENE - "No es necesaria una revolución para dar a las mujeres el lugar que merecen en la Iglesia, no es indispensable concederles el sacerdocio, y ni siquiera el tan suspirado pero al mismo tiempo temido diaconado", escribió Lucetta Scaraffia en el editorial del nuevo "Mujeres Iglesia Mundo", suplemento femenino del Osservatore Romano.
    
"Bastan en efecto un poco de coraje y la capacidad profética de mirar al futuro con ojos positivos, aceptando cambios que a menudo ya están inscritos en el orden de las cosas", agregó Scaraffia.
    
Bajo el título "Reformas no revolución", se proponen "cambios que podrían ser realizados desde ahora, sin tocar dogmas ni códigos de derecho canónico. Siguiendo también las sugerencias trazadas en el Sínodo sobre los Jóvenes del cardenal Marx".
    
"El código de derecho canónico de 1983 abre a los laicos -y por lo tanto también a las mujeres- muchas posibilidades de participación institucional, aunque si es cierto que luego, ante la prueba de los hechos, es preciso vencer las resistencias de quienes, sin una razón ni apoyo jurídico, buscan excluirlas de los papeles más importantes", explicó Scaraffia. En este caso, "como en muchos otros, los impedimentos están solo en el rechazo de muchos a hacer real una paridad en teoría reconocida y aceptada, pero nunca realmente concretada".
    
Según la historiadora, "sin duda un obstáculo no menor para la práctica de esta paridad está en la disparidad de preparación cultural de las religiosas respecto de la reservada a los religiosos y sacerdotes".
    
"Quién diría hoy que a principios del siglo XX las religiosas fueron entre las primeras mujeres en graduarse en las universidades del Estado, para enseñar en sus escuelas, las primeras en abrir cursos para enfermeras y escuelas magistrales para las muchachas? De vanguardia, las religiosas se convirtieron en el furgón de cola". "Las mujeres -y en particular las religiosas- pueden ya ser invitadas a participar en muchos organismos, incluyendo el Consejo de Cardenales instituido por Francisco un mes exacto después de su elección, o a hablar en las congregaciones que preceden al cónclave", agrega el editorial.
    
Las organizaciones religiosas ya existentes, "que eligen a sus representantes, pueden convertirse en interlocutoras válidas de las instituciones eclesiásticas, ser consultadas en el momento de las decisiones y escuchadas en sus experiencias".
    
"Es preferible que la presencia femenina en la Iglesia sea la expresada libremente por las asociaciones, en lugar de la práctica ahora vigente de elegir figuras femeninas particulares de parte de la jerarquía".
    
"Se evitaría así -concluyó Scaraffia- una relación paternalista hacia las religiosas y una selección que corre el riesgo de premiar no a las más competentes sino a las más obedientes".


 



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