Zapatistas contra el "Tren Maya" 

Por Marcos Romero

(ANSA) - CIUDAD DE MEXICO, 1 ENE - La guerrilla zapatista aprovechó la celebración del 25 aniversario de su levantamiento armado para confirmar su rechazo frontal al proyecto emblemático del flamante presidente izquierdista Andrés López Obrador, el llamado "Tren Maya" y otros planes semejantes.
    
"Aunque consulten a miles y millones, no nos vamos a rendir.
    
Aunque le pidan permiso a su chingada madre, no nos van a doblegar", señaló el llamado "Comité Clandestino Revolucionario Indígena", la dirigencia del Ejército Zapatista de Liberación Nacional (EZLN).
    
La postura oficial en contra de este icónico plan fue formulada por el EZLN en un manifiesto leído en La Realidad, el principal municipio autónomo que proclamó tras su levantamiento armando del 1 de enero de 1994, que reivindicó demandas como el respeto a los derechos de los pueblos indígenas.
    
En esta localidad de la Selva Lacandona, en la frontera con Guatemala, la organización lanzó un firme desafío contra López Obrador, que ganó abrumadoramente en las elecciones del 1 de julio pasado.
    
Ante unas 2,000 personas reunidas para festejar el acontecimiento, poco antes de concluir el 2018, y con la ausencia del llamado Subcomandante Galeano, antes autodenominado Marcos, las comandantas Berenice y Everilda leyeron el documento en el cual expusieron su resuelto repudio a la construcción del tren.
    
Berenice, integrante de la Junta del Buen Gobierno, el órgano ejecutivo del "Caracol" o alcaldía autónoma de La Realidad, aseguró que el EZLN ha logrado conquistar la libertad de sus pueblos "sin pedir permiso a nadie".
    
"Se ha hecho enfrentando los ataques del mal gobierno con la creación de programas que nos confunden para querer acabar con nosotros", expuso.
    
A su vez, la comandante Everilda, del comité clandestino indígena, aseguró que en los pueblos zapatistas "no caben las manipulaciones, engaños ni mentiras o consultas disfrazadas". "Por eso no permitiremos ningún proyecto que destruya la vida de la humanidad y la muerte de nuestra madre tierra, porque detrás de todo eso están los intereses de los grandes capitalistas nacionales y trasnacionales", afirmó.
    
López Obrador recibió el "Bastón de Mando" de los pueblos indígenas tras su asunción de la presidencia el pasado 1 de enero y el día 16 encabezó una ceremonia en la que pidió "permiso o Madre Tierra", conocida como "Pachamama" en lengua quechua, para construir el tren maya, que medirá unos 1,500 kilómetros.
    
Se trata de uno de los 25 proyectos prioritarios de infraestructura de su gestión que permitirá modernizar a una de las regiones más atrasadas de México en cinco estados del sureste.

Sin embargo los críticos de la estrategia que costaría entre 6,000 y 8,000 millones de dólares y tardaría 4 años en construirse, aseguran que no será rentable y sólo detonaría el desarrollo económico de los más opulentos destinos turísticos regionales como Cancún, Tulum, Calakmul, Palenque y Chichen Itzá.
 
"Es una obra muy importante porque se va a comunicar una de las regiones de más importancia cultural en el mundo. No hay en otras partes del mundo una región con tanta riqueza cultural como esta región de florecimiento de la gran cultura maya", ha dicho López Obrador en su defensa.
    
Los que se oponen al proyecto se preguntan "de dónde va a sacar los recursos" para financiarlo y si pesarán sobre los bolsillos de los contribuyentes.
    
Sin embargo, los zapatistas señalaron que "por más que intenten humillarnos con las fuerzas represivas (...) no descansaremos en defender nuestra madre tierra porque en ella nacimos, en ella vivimos y en ella moriremos". "No nos rendiremos, no nos venderemos y ni claudicaremos y mucho menos traicionaremos la sangre de nuestros compañeros caídos en la lucha", expusieron.
    
Otras obras de infraestructura que enfrentan el rechazo de las etnias es el llamado "Corredor Transísmico" en el Istmo de Tehuantepec, la franja más angosta del territorio mexicano, para unir el océano Pacífico con el Atlántico y la plantación de un millón de hectáreas con árboles frutales y maderables en el sur del país. 

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