Internacional - Política

Kim Jong-un amenaza a Estados Unidos con dinamitar la paz

2019-01-02

Para Harry J. Kazianis, del think-tank Centro para el Interés Nacional de Washington, las...

Por JAVIER ESPINOSA, El Mundo

El máximo líder de Corea del Norte, Kim Jong Un, advirtió en su discurso de Año Nuevo que su país podría cambiar la política conciliatoria que mantuvo en 2018 y "no tendría otra opción que buscar un nuevo camino para proteger nuestra soberanía", si se mantiene el marasmo en el que se han atascado las negociaciones entre Pyongyang y Washington.

La intervención de Kim Jong Un al concluir cada año siempre ha sido una cita crucial para anticipar las decisiones del régimen. En el mensaje de 2018 el mandatario adelantó el espectacular giro de su política al declarar que la nación había concluido el desarrollo de su programa nuclear -justificando así la interrupción de ensayos de misiles-, anunciar su disposición a participar en los Juegos Olímpicos de Invierno en Corea del Sur y mostrarse a favor de establecer "un clima favorable para la reconciliación" entre los dos estados de la Península, lo que abrió la vía para el clima de apaciguamiento que se impuso en el pasado año.

Esta vez el alegato del principal referente político norcoreano asumió la difícil coyuntura en la que se encuentra sumido el proceso de diálogo con EU y aunque dijo que está dispuesto a encontrarse de nuevo con Donald Trump "en cualquier momento" y mantiene su compromiso hacia la "desnuclearización completa" de la Península, exigió que Washington flexibilice las sanciones que ha promovido en Naciones Unidas.

Kim Jong Un recordó que Corea del Norte realizó varios gestos conciliadores en 2018 como la destrucción de su base de ensayos nucleares, el desmantelamiento parcial de otra instalación de pruebas de misiles de largo alcance o la misma ausencia de lanzamiento de cohetes, y pidió a cambio que "EU responda a nuestros esfuerzos activos con pasos fiables y un comportamiento equivalente", y deje de "buscar cómo forzar las cosas de forma unilateral y aferrarse a las sanciones y las presiones".

Maniobras conjuntas

El tercer miembro de la saga Kim que dirige Corea del Norte también requirió que se mantenga la suspensión de las maniobras conjuntas de EU y Corea del Sur. El ahora ex secretario de Estado de EU, Jim Mattis, declaró en noviembre que estos ejercicios iban a ser "reducidos" en 2019.

La alocución del mandatario norcoreano estuvo antecedida por un espectacular festival de Fin de Año en pleno centro de Pyongyang. Una gran tarima erigida en la Plaza de Kim Il Sung -la misma donde se suelen celebrar los desfiles del régimen- acogió a varias de las agrupaciones musicales más conocidas del país, mientras una flotilla de drones dibujaba en el cielo las letras "Feliz Año Nuevo". El espectáculo concluyó con fuegos artificiales que recrearon los números de la cuenta atrás que puso fin a 2018.

Para Harry J. Kazianis, del think-tank Centro para el Interés Nacional de Washington, las palabras de Kim Jong Un "sugieren que su paciencia con EU se está agotando".

"Corea del Norte parece decidida a conseguir en 2019 algún tipo de alivio en las sanciones. El desafío es si el equipo de trump estará dispuestos a abandonar su posición de no flexibilizar esas sanciones", añadió Kazianis en declaraciones a Reuters.

Durante su discurso, Kim Jong Un se mostró favorable a la reapertura "sin condiciones" de proyectos intercoreanos comunes como la zona industrial de Kaesong o el complejo turístico de Monte Kumgang -algo que resulta improbable bajo el sistema de restricciones impuestas por la comunidad internacional- manteniendo el tono cordial hacia Seúl.

Desnuclearización

El dirigente norcoreano se había pronunciado a favor de reactivar los encuentros al máximo nivel con su homólogo surcoreano por medio de una misiva que envió este último domingo a Moon Jae In, según confirmó un portavoz del jefe de estado surcoreano.

La carta recogía la "profunda decepción" del mandatario al no haber podido realizar la visita que tenía previsto hacer a Seúl durante 2018 -según había acordado con Moon cuando este visitó Corea del Norte en septiembre- pero dijo que continúa aferrado a "su profundo deseo" de viajar a la capital del país vecino "y resolver el problema de la desnuclearización de la Península de Corea".

Mientras que las relaciones entre las dos coreas han mantenido una dinámica positiva -el pasado día 26 protagonizaron una ceremonia para anunciar el inicio del proyecto conjunto para rehabilitar los trenes norcoreanos-, la distensión entre Corea del Norte y EU que propició la cumbre entre Kim Jong Un y Trump se ha deteriorado de forma acelerada en los últimos meses ante la divergencia absoluta que mantienen las dos administraciones sobre el pacto que alcanzaron los dos políticos.

Según informó el diario japonés Yomiuri Shimbun, Corea del Norte sigue progresando en el perfeccionamiento de su arsenal de misiles intercontinentales y realizó una prueba en diciembre de un sistema de telemetría para conectar con sus cohetes de largo alcance. Pyongyang realizó en noviembre de 2017 un ensayo de un misil ICBM capaz en teoría de alcanzar el territorio continental de EU.

El diario Rodong Sinmun, portavoz oficial del régimen norcoreano, opinó hace días en uno de sus editoriales que estas dificultades sólo eran un "fenómeno temporal que ocurre cuando las viejas cosas desaparecen y emergen nuevas cosas".

El desacuerdo entre las dos capitales amenaza con abrir una brecha incluso en la alianza entre Washington y Seúl, ya que Moon Jae In aboga por intensificar los contactos y la colaboración con Kim Jong Un, una estrategia que se está viendo refrenada por la oposición del gobierno que dirige Trump. 

Así, por ejemplo, el ejecutivo de Moon reconoció este lunes que ha tenido que desechar por segundo año consecutivo la entrega de un paquete de ayuda humanitaria a Corea del Norte de ocho millones de dólares ya que esta acción podría incumplir las sanciones internacionales que afronta el estado norteño.



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