Internacional - Población

Filipinas promete aplastar a los responsables de las bombas que mataron a 27 personas en una Iglesia

2019-01-27

La primera explosión ocurrió dentro de la catedral en la isla de Jolo, en la...

Por Martin Petty y Enrico Dela Cruz

MANILA (Reuters) - El gobierno de Filipinas prometió acabar con los responsables de los atentados con bombas que mataron a 27 personas durante un servicio religioso el domingo en el sur del país, seis días después de que un referéndum sobre la autonomía para la región mayoritariamente musulmana se cerrase con un “sí” abrumador.

El ataque dejó también 77 heridos y fue uno de los más mortíferos de los últimos años en una región plagada de inestabilidad. Llegó en un momento de esperanza y entusiasmo por la ratificación de un plan de devolución que tiene como objetivo llevar el desarrollo, el empleo y la paz a uno de los lugares más pobres y frágiles de Asia.

La primera explosión ocurrió dentro de la catedral en la isla de Jolo, en la provincia de Sulu, y fue seguida por una segunda explosión en el exterior del recinto, detonada cuando las fuerzas de seguridad acudieron al lugar, dijeron las autoridades.

“Los enemigos del estado han desafiado la capacidad del gobierno para garantizar la seguridad de la ciudadanía en esa región”, dijo Salvador Panelo, portavoz del presidente filipino Rodrigo Duterte.

“Las fuerzas armadas de Filipinas aceptarán el desafío y aplastarán a estos criminales impíos”.

Aunque no hubo una reivindicación inmediata, la policía sospecha que los bombardeos fueron obra de Abu Sayyaf, un grupo militante que ha prometido lealtad al Estado Islámico y que es conocido por sus bombardeos y brutalidad.

“Quieren mostrar fuerza y sembrar caos”, dijo el jefe de la policía nacional, Oscar Albayalde, a la radio DZMM, sugiriendo que el grupo de Abu Sayyaf era el principal sospechoso.

Jolo es un bastión de Abu Sayyaf, que ejecuta una lucrativa operación de piratería y secuestro que los gobiernos sucesivos no han logrado disolver. El grupo, que opera en las aguas e islas del oeste de Mindanao, ha decapitado a numerosos rehenes extranjeros cuando no se cumplieron los pagos de rescate.

Las imágenes distribuidas por los militares del interior de la iglesia de Jolo mostraban varias filas de bancos de madera destruidos, con escombros esparcidos sobre un suelo ennegrecido.

El ataque siguió al anuncio del viernes de que la región, una parte principalmente musulmana de las Filipinas predominantemente católicas, había ratificado la creación de un área autónoma llamada Bangsamoro, con el apoyo del 85 por ciento de los votantes.

Aunque Sulu estaba entre unas pocas áreas que rechazaban la autonomía, será parte de la nueva región cuando esté completamente formada en 2022.

El secretario de Defensa, Delfin Lorenzana, calificó el ataque de “acto cobarde” e instó a la población local a cooperar y “negar al terrorismo cualquier victoria”.

Los civiles fueron los más afectados por el ataque, que también mató a siete soldados. Sesenta y un civiles se encontraban entre los heridos.



JMRS