Religión

El Papa Francisco en el país de las iglesias sin campanarios

2019-02-04

Emiratos ha enmarcado la visita del Papa en una conferencia internacional que bajo el eslogan...

Francisco Carrión | El Mundo

Abu Dabi.- El Papa Francisco aterriza a última hora de este domingo en Abu Dabi, en la primera visita de un pontífice a la península arábiga. La capital de Emiratos Árabes Unidos, una federación de siete emiratos ungidos por la dicha del petróleo, y su príncipe heredero Mohamed bin Zayed buscan convertir su visita de día y medio en una suerte de evento de relaciones públicas que inaugura el "año de la tolerancia" en un país donde no se acepta la oposición política, el islam es religión de Estado y la constitución consagra una limitada libertad de culto.

"Un país que se esfuerza por ser modelo de convivencia y fraternidad humana, punto de encuentro de diferentes civilizaciones y culturas. Un lugar donde las personas encuentran un lugar seguro para trabajar, vivir libremente y donde se respetan las diferencias", declaró Bergoglio en un mensaje de vídeo difundido días antes de embarcarse en un periplo que suscita especial expectación en el alrededor de millón de fieles católicos, en su mayoría trabajadores de Filipinas e India sometidos, a menudo, a duras condiciones de vida.

"Cuando hace 10 años llegué aquí como sacerdote, los filipinos eran pocos. Se han multiplicado desde entonces y son un problema. Vienen de visita y luego tratan de buscar empleo y caen en manos de redes, asumiendo labores muy difíciles", relata a EL MUNDO el padre Troy de los Santos, un sacerdote filipino formado en Pamplona que oficia una vez al mes la única misa en español de Abu Dabi. En los últimos días cientos de feligreses han desfilado por la catedral de San José, construida en 1962, en busca de una entrada para asistir a la misa que el Pontífice presidirá la mañana del próximo martes en el estadio de la ciudad deportiva Zayed, acto final de su visita al que se espera que acudan 135,000 personas. "Nos sentimos bendecidos. Vivimos en un país musulmán que no es el nuestro. Es una oportunidad para comunicarnos entre musulmanes y cristianos", comentó Regel Mluran, una filipina de 37 años mientras engrosaba la fila de solicitantes que atravesaba la tarde del sábado el patio de un complejo amurallado, símbolo también del singular modo de vivir el cristianismo en un país de 9,5 millones de almas donde poco más de un millón es población autóctona.

"Tenemos libertad para expresar nuestra fe dentro de los confines de la iglesia. Fuera no se puede", confirma De los Santos. El cristianismo afronta no pocas restricciones. La constitución garantiza la libertad de religión con la condición de que no vulnere la moral pública, un concepto que -como señala un informe del departamento de Estado estadounidense- "restringe en la práctica la libertad de culto". Además, el proselitismo de credos diferentes al musulmán es ilegal y la conversión desde el islam a otras religiones está prohibida a pesar de que en las páginas web gubernamentales están disponibles formularios para abrazar oficialmente la fe de Mahoma. La blasfemia y la apostasía son castigadas con la pena capital. Tampoco se permiten los campanarios ni las cruces en el exterior de los templos mientras altos minaretes despuntan por las mezquitas y sus altavoces llaman a la oración. La construcción de iglesias está sujeta al plácet previo de las familias reales que gobiernan el país. "El Gobierno nos otorga el terreno donde construir. Hay dos emiratos en los que aún no existen iglesias porque no hay permisos", admite el cura filipino. Los visados de residencia de los religiosos son dispensados a cuentagotas por el ministerio del Interior.

Emiratos ha enmarcado la visita del Papa en una conferencia internacional que bajo el eslogan "Fraternidad Humana" se celebra en el Emirates Palace, uno de los hoteles más lujosos del planeta, organizada por el Consejo de Ancianos Musulmanes. Preguntado este domingo acerca de las limitaciones que afrontan los no musulmanes, el secretario general de la institución, Sultan al Remeithi, evitó contestar. "Solo respondo a las cuestiones de la conferencia y para esto les remito a las autoridades competentes", esbozó antes de dar por concluida la rueda de prensa. Está previsto que este lunes el Papa se reúna en palacio con el príncipe heredero y presida un acto en el memorial del fundador de Emiratos junto al egipcio Ahmed el Tayeb, gran imán de Al Azhar, la institución más prestigiosa del islam suní. Una agenda en la que las organizaciones internacionales le suplican que incluya la situación de los derechos humanos. "El Papa debería usar su visita para tratar ese asunto con sus líderes", indica a este diario Hiba Zayadin, de Human Rights Watch (HRW). "El Papa calificó de 'tierra de coexistencia' a uno de los estados más autoritarios de la región. Los hombres y mujeres entre rejas contradicen su afirmación. Emiratos ha llevado a cabo un intenso asalto a la libertad de expresión desde 2011. Aplica tolerancia cero con cualquier tipo de crítica contra sus políticas y sus gobernantes", concluye.



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