Internacional - Política

Cincuenta días para el Brexit: la cuenta atrás de Henrietta

2019-02-07

Para rematar la faena, Henrietta ha desplegado en el primer piso una pancarta, "Theresa Kick...

 Carlos Fresneda | El Mundo

Londres.- Faltaban menos de 100 días para el Brexit cuando Henrietta Nasmyth tuvo la idea de iniciar su peculiar cuenta atrás. Los números aparecen puntulamente en los vanos de las dos ventanas en el segundo piso, en su casa de Grove Terrace en Londres. El marcador estaba en 52 cuando fuimos a verla, y tal día como hoy bajará al fatídico 50. Ya queda menos...

Para rematar la faena, Henrietta ha desplegado en el primer piso una pancarta, "Theresa Kick Ass", incitando a la 'premier' a que aproveche su viaje a Bruselas para dar "una patada en el culo a los funcionarios y burócratas de esa cortina de humo llamada Unión Europea".

"Debes ser la única en Londres que está a favor del Brexit", le dice su madre a Henrietta, que reconoce su cualidad de "rara avis" en el distrito londinense de Camden, donde el 71% de la gente votó a favor de la permanencia. Los vecinos la miran mal. Los hay que despliegan la bandera europea en su ventana, en señal de protesta. Alguien le ha escrito a lápiz la palabra "Cunt" ("Coño") en la puerta.

"A mí me parece bien que la gente se exprese, mientras sirva para generar debate", reconoce Henrietta, que prefiere posar de espaldas para no exponerse aún más. "Pero te voy a decir una cosa, pese a haber votado a favor. Ahora que la fecha se acerca, dudo que el Brexit pueda conseguirse. Hay demasiadas fuerzas geopolíticas en contra".

De las Alpujarras a una casa de tres millones de euros

Henrietta tiene 55 años y pasó 18 en España, donde crió a su hijo (James) y tuvo una hija (Katherine Soledad). Se instaló en Ugíjar, en plenas Alpujarras, donde le llamaban "María" y pasó unos años "muy felices". Aprendió español y se familiarizó con la vida en el campo, con el Mulhacén a sus espaldas. En nuestras tierras, y pese a la libertad de movimientos, fue donde empezó a gestarse su euroescepticismo...

"Primero me topé con la PAC (Política Agraria Comunitaria), que ha convertido a los campesinos en funcionarios. Después me tocó la conversión al euro, cuando mucha gente aprovechó para cometer un robo masivo. Y finalmente, en plena crisis financiera, me pilló el escándalo del famoso "jamonero de Trevélez", que se quedó con los ahorros de todo el pueblo".

No debió irle del todo mal a Henrietta cuando pudo pagarse una casa valorada en más de tres millones de euros a su regreso al norte de Londres, en Darmouth Park. "Soy millonaria, y libre eres de investigar de donde viene mi dinero, como hacían los periodistas a la antigua usanza", dice con sorna y con gracia granadina (su padre, Jan Nasmyth, fue el fundador de Argus Media, la agencia y consultora de los precios de la energía extendida por 140 países).

Henrietta sabe pues de lo que habla cuando advierte que "la City de Londres quiere parar el Brexit" y que, pase lo que pase, será China quien tenga la sartén por el mango ("pues ellos son los que compraron la deuda europea y los que están llenando toda la ciudad de grúas"). Aun así, y en plena cuenta atrás, prefiere dejar una ventana abierta al suspense: "Nadie sabe exactamente lo que va a pasar".

"Pacifista y posconsumista"

Hace tres años, Henrietta ya se ganó la animosidad del vecindario cuando exhibió una pancarta de apoyo a Jeremy Corbyn, frente al "establishment" del Partido Laborista. Ahora dice que ella va más allá de las divisiones entre derecha e izquierda, que se considera ante todo "pacifista y posconsumista", pero que admira "el valor que le ha echado Theresa May". "Es una mujer testaruda y que tiene lo que hay que tener, independientemente de sus ideas políticas", asegura, a la hora de justificar la pancarta negra, la de la "patada en el culo", que cuelga de las ventanas del primer piso y que ha sido criticada por los vecinos de "provocativa e irrespetuosa".

"En Londres, toda la gente se mira el ombligo", sostiene. "El día de la votación del Brexit llovió a última hora, y eso hizo que muchos londinenses se quedaran en casa y que pasara lo que pasó. Hasta ahora, lo que quería Londres era lo que quería el país. Lo bueno del referéndum es que dio voz a toda la gente que no se puede permitir vivir en Londres".

Henrietta juega a despistar, con su pose "antiestablishment" pese a tener las espaldas cubiertas, y da crédito a las teorías de que el asesino de Jo Cox, Thomas Mair, pudo haber sido utilizado "en un intento desesperado de dar la vuelta a las encuestas". Le preguntamos finalmente por el destino del más de medio millón de expatriados británicos en tierras españolas, si culmina el Brexit, y se encoge de hombros: "¡Que se vuelvan! Hay mucho por hacer aquí. Un país es como un jardín, no puedes dejarlo sin cuidar mucho tiempo".



Jamileth