Internacional - Política

Ayuda humanitaria en Brasil: un gesto que busca un gran impacto político

2019-02-23

La carga de ambos camiones supone una parte mínima de las 200 toneladas almacenadas en una...

Naiara Galarraga Gortázar, El País

La operación organizada desde Brasil para introducir ayuda humanitaria por el único puesto fronterizo que comparte con Venezuela se ha materializado este sábado en dos pequeños camiones cargados de kits sanitarios, arroz, frijoles y leche en polvo. Los vehículos han estado horas parados en tierra de nadie, sin franquear el cordón de militares que cortaba la carretera que se adentra en territorio venezolano, mientras refugiados venezolanos coreaban consignas contra Nicolás Maduro y el chavismo.

Un activista proGuaidó que no quiere ver su nombre publicado intentaba que no decayera el entusiasmo bajo el sol inclemente de mediodía. "Cuando llegue el segundo camión, esperamos a que baje el pueblo pemón (un grupo indígena venezolano que domina el terreno fronterizo). Y si al caer la noche no han llegado, si tenemos que pernoctar aquí, se pernocta", exclamaba a voces junto al camión. Insistía a la multitud en que eran "los custodios de la esperanza de venezuela" y les instruía en eslóganes como "Soldado, ¡no reprima! Llevamos medicina!". El activista aseguraba que varios miles de esos indígenas, contra los que los soldados venezolanos abrieron fuego la víspera, iban a sumarse a la movilización.

Justo en ese instante Juan Guaidó, reconocido por decenas de países como presidente interino de Venezuela, tuiteaba lo que parecía un logro: “YA ENTRÓ el primer cargamento de ayuda humanitaria por nuestra frontera con Brasil”. No era así. En ese momento la carga estaba en tierra de nadie tras franquear el puesto brasileño pero sin avanzar hacia la barrera de uniformados de Venezuela.

La carga de ambos camiones supone una parte mínima de las 200 toneladas almacenadas en una base aérea del Ejército brasileño en respuesta a la petición de Juan Guaidó, reconocido por decenas de países como presidente interino de Venezuela. El resto de los alimentos no pudieron ser trasladados porque sus seguidores en Brasil no han logrado cumplir el requisito clave del Gobierno de Jair Bolsonaro: que todos los vehículos y conductores fueran venezolanos. Las autoridades brasileñas, muy activas en el apoyo retórico a Guaidó, han sido más discretas con los hechos. Han aportado una pequeña parte de los insumos que parten de su territorio. La inmensa mayoría ha sido aportado por Estados Unidos.

Pero este operativo no trata solo de ayuda, ni de cantidades. El ministro de Exteriores del Gobierno ultraderechista, Ernesto Araujo, ha recalcado a la prensa en Pacaraima que es "el inicio de un proceso". El canciller ha sido muy claro al explicar, en Pacaraima, que esta ayuda además de lo que suponga de alivio para quienes -eventualmente- lo reciban en una población extremadamente necesitada de casi todo tiene "el significado político y simbólico de reconocer al Gobierno legítimo (de Guaidó) como única autoridad en Venezuela". Todo con un fin bien concreto: aprovechar que se cumple un mes desde la proclamación de Guaidó para "reforzar la posición del presidente interino para el ejercicio efectivo del poder, como le compete".

Ninguno de los organismos multilaterales que suelen organizar entregas de ayuda humanitaria se ha implicado en el operativo venezolana. El director de operaciones del Comité Internacional de la Cruz Roja Dominik Stillhart, recalcó hace unos días al ser preguntado por el asunto que "esto no es una agencia de implementación para cualquier donante, y especialmente no implementamos cosas que tiene un tono político".

La embajadora en Brasília designada por Guaidó, María Teresa Belandria, ha explicado junto al canciller y a un representante de Embajada de Estados Unidos que ha sido imposible encontrar más camiones y conductores venezolanos dispuestos a llevar el cargamento. "Tuvimos enormes dificultades para conseguir transporte, el régimen ha amenazado a las empresas con quitarles las licencias, los camiones y llevar los presos" si participaban, ha dicho Belandria.

A la espera de la decisión del momento idóneo para arrancar los camiones y avanzar, marcha atrás "para dejar claro que solo llevamos ayuda", ya estaba decidido quién conduciría los vehículos hasta la veintena de militares que cerraban el paso. Un asesor del alcalde y el jefe de comunicación de la vecina ciudad venezolana de Santa Elena. Ellos serán los protagonistas del momento clave.

El decreto presidencial en el que Guaidó ordenó la apertura de la frontera con Brasil no ha tenido ningún efecto sobre el terreno. Todo el tránsito bilateral está suspendido desde hace dos días. De todos modos, el goteo de venezolanos que dejaban atrás su patria con una maleta ha seguido como si nada. La única diferencia es que cruzaban por senderos. Luis Castro, ingeniero de 38 años, se va a quedar dos años en Brasil con una beca. Inocencio Perdomo, reportero gráfico de 74 años, y su nieta, Gabriela Aular, secretaria de 18 años, venían de Caracas rumbo a Argentina. Cada uno con su maleta.



JMRS
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