Nacional - Política

El PRI cumple 90 años al borde de la extinción

2019-03-05

A tres meses de dejar el poder y a ocho de haber sufrido la derrota más humillante de su...

Por Marcos Romero

(ANSA) - CIUDAD DE MEXICO.- El Partido Revolucionario Institucional (PRI, centro), la hasta hace poco poderosa maquinaria electoral que gobernó por 77 años a México hasta el pasado 1 de diciembre, cumplió 90 años de fundación, celebrados sin mucha estridencia en medio de la peor crisis de su historia.
    
A tres meses de dejar el poder y a ocho de haber sufrido la derrota más humillante de su historia, ante el izquierdista Movimiento de Regeneración Nacional (Morena), del presidente Andrés López Obrador, el PRI intenta rescatar los restos del naufragio.
    
La organización busca en forma desesperada la manera de reinventarse e incluso se ha propuesto cambiarla de nombre, pero tras quedar relegada como tercera fuerza política nacional en los últimos comicios federales su destino está envuelto en la más completa incertidumbre.
    
No es la primera vez que el PRI es obligado a dejar el poder, pues en 2000 fue derrotado por el Partido Acción Nacional (PAN, derecha), que postuló a la presidencia al empresario Vicente Fox.
    
Sin embargo, en 2012 regresó por sus fueros perdidos de la mano de su candidato Enrique Peña, un joven ex gobernador de buena apariencia.
    
Sin embargo, al cabo de una desastrosa gestión de seis años allanó el camino para que el partido nuevamente saliera derrotado en las elecciones de julio pasado, ésta vez quizá en forma definitiva.
    
Al cumplir 90 años de vida, los engranes de lo que antes fue llamado "La Aplanadora", ahora crujen.
    
Las antiguas celebraciones multitudinarias y populares en espacios abiertos dieron lugar a una ceremonia de apenas 1,500 personas en el auditorio Plutarco Elías Calles de la sede nacional de la organización.
    
La presidenta del partido Claudia Ruiz, que se dispone a dejar las riendas de la organización, se mostró confiada, ante 386 consejeros y aspirantes a la dirigencia nacional, en que se fortalecerá la democracia interna y se recuperará la confianza ciudadana, además de hacer una autocrítica.
    
"Si bien impulsamos la democracia hacia afuera, no lo hicimos al interior del partido, lo que nos hizo alejarnos de la ciudadanía y de nuestra propia militancia", dijo Ruiz, sobrina del ex presidente Carlos Salinas (1988-1994).
    
Ruiz, cuyo padre fue asesinado el 28 de septiembre de 1994, en un año de gran turbulencia política, se mostró plenamente confiada en que "el partido que supo construir las instituciones que garantizan la democracia y la pluralidad en el México de hoy" podrá superar sus contradicciones y diferencias internas.
    
"Hacia el interior del partido, debemos ser congruentes con la conducción democrática que defendemos para México y profundizar la democratización de la vida partidista, dándole a la militancia la centralidad que debe tener en las decisiones del partido", afirmó.
    
Entre los principales aspirantes a reemplazar a Claudia Ruiz, ex canciller, figuran el ex ministro de Salud José Narro y los ex gobernadores de Oaxaca Ulises Ruiz, de Yucatán Ivonne Ortega y de Durango, Ismael Hernández.
    
Sin embargo, el que más posibilidades tiene es el gobernador del sureño estado de Campeche, Alejandro Moreno.
    
El PRI obtuvo en las elecciones de julio pasado apenas 8 millones de votos, contra 12,6 millones del PAN y sus aliados y 30 millones de Morena y sus socios, que postularon a López Obrador.
    
Además, sólo obtuvo la victoria en una de las gobernaciones en disputa, la del estado sureño de Yucatán, uno de sus más antiguos bastiones.
    
Sacudido por una rampante corrupción, con al menos una decena de ex gobernadores encarcelados por desfalco a las arcas públicas, el PRI no pudo postular un candidato a la presidencia que hiciera frente a la inmensa popularidad y el carisma de López Obrador.
    
Optó por elegir a Antonio Meade, un tecnócrata brillante pero que no pertenecía al partido -había trabajado para el opositor PAN en la gestión del ex presidente Felipe Calderón como ministro de Finanzas- y fue incapaz de resucitar al moribundo.
    
El resultado fue el previsible: un derrumbe absoluto en las elecciones que precipitó la crisis de la que los analistas dudan que salga airoso en el futuro próximo.



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