Tras Bambalinas

El Brasil de la seguridad y la confianza

2019-03-07

El presidente Jair Bolsonaro recibió de los electores la misión de realizar los...

Onyx Lorenzoni | El Mundo

Cuando los ciudadanos eligen un gobierno, en realidad están contratando un equipo para que gestione su país y cuide el dinero con el que los contribuyentes financian al estado por medio de los impuestos. Fue exactamente eso lo que ocurrió el día 28 de octubre de 2018, cuando los brasileños optaron por más trabajo y menos corrupción. Esta es la esencia del cambio: establecer una relación de confianza entre el Estado, los ciudadanos y los actores económicos y políticos. El presidente Jair Bolsonaro recibió de los electores la misión de realizar los cambios que él mismo había propuesto durante su campaña electoral, y vamos a llevarlo a cabo con mucha humildad, pero también con mucho valor y determinación. Buscamos resultados concretos y los entregaremos.

Uno de los pilares de esta relación de confianza entre el poder público, los ciudadanos y los agentes económicos y políticos es la seguridad jurídica, la garantía de que aquello que se pactó va a respetarse. Lo consideramos un derecho y un deber. Una de las mayores agresiones cometidas por la izquierda fue precisamente no respetar estos principios fundamentales. En 2013, por ejemplo, modificaron la legislación del sector eléctrico, generando inseguridad y perjuicios para las generadoras y para los consumidores. Perdieron la confianza de inversores y empresarios a cambio de vender la ilusión típicamente populista de que la factura de la luz iba a bajar. Pero ocurrió exactamente lo contrario.

    Estamos otorgando prioridad al combate de la corrupción y cambiando procedimientos y controles para garantizar una buena gestión del dinero público.

El gobierno Bolsonaro no es mejor ni peor que otros: es diferente. Estamos realizando el trabajo de más peso, otorgando prioridad al combate de la corrupción y cambiando procedimientos y controles para garantizar una buena gestión del dinero público, porque sin eso no seremos capaces de generar un verdadero clima de confianza. Actuamos para hacer de Brasil un país cada vez más integrado en un mundo en que los gobiernos preocupados por preservar la confianza, la seguridad jurídica y la libre competencia castigan dentro y fuera de sus fronteras a empresas involucradas en sobornos y otras prácticas nefastas.

Nosotros no vamos a crear una ilusión de confianza, ni tampoco una ilusión de cambio, porque estamos poniendo en práctica un proyecto de país. En un pasado muy reciente, en nombre de un delirio megalómano de poder continental, Brasil financió inversiones de gobiernos amigos socios del Foro de São Paulo y recortó en salud, educación e infraestructura dentro de sus fronteras. Mientras el paro aumentaba día a día entre nosotros, se generaban empleos en Cuba, en Venezuela o en Ecuador, con miles de millones de dólares de los impuestos pagados por los brasileños. Resurgieron enfermedades de hace décadas que estaban controladas por vacunas, como el sarampión, la tuberculosis o la poliomielitis. Nuestro equipo tiene los pies en la tierra: en primer lugar está Brasil y nuestra gente. Queremos que las inversiones lleguen para generar empleos y prosperidad en una relación de confianza, seriedad y responsabilidad.

Los cambios que empezaremos a realizar junto con el Parlamento en los próximos días abrirán aún más los caminos para la consolidación de esta relación de confianza. La cuestión de una nueva Seguridad Social resulta urgente, porque el actual modelo brasileño es atrasado, anacrónico, con poca transparencia e injusto. El trabajador en Brasil no sabe qué pensión va a tener cuando se jubile, no hay un fondo de pensiones, y los beneficios los paga el Tesoro. Esta inestabilidad ha generado una pérdida de confianza entre el ciudadano y el Estado, llevando a muchos a abandonar la sanidad pública y buscar la privada. Por eso estamos presentando el proyecto de una nueva Seguridad Social, que arregla las dificultades del presente y, al mismo tiempo, crea un sistema seguro y digno para nuestros hijos y nietos. La nueva Previdencia contará con un régimen de capitalización, que ampliará el ahorro interno y, en el futuro, permitirá a Brasil autofinanciar su crecimiento.

Somos una nación con 200 millones de personas, 8 millones de kilómetros cuadrados, campeones mundiales en producción de alimentos, tenemos un parque industrial inmenso y complejo en el que se producen desde tornillos hasta ordenadores, aviones y satélites. Somos conocidos por el fútbol, la música y nuestra industria de entretenimiento. Queremos convertir Brasil en un lugar en donde se valore a quien trabaja, quiere progresar y criar a sus hijos. Queremos un país de oportunidades. El país de los oportunistas se ha acabado.



Jamileth
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