Internacional - Política

Contador, y fiel ladero, de Trump en el candelero

2019-03-07

Un modesto contador que siempre se contentó con trabajar desde las sombras, sin mostrar el...

Por BERNARD CONDON, AP

NUEVA YORK (AP) — Allen Weisselberg es probablemente todo lo que su jefe, Donald Trump, no es.

Un modesto contador que siempre se contentó con trabajar desde las sombras, sin mostrar el menor interés en llamar la atención, fanfarronear o gastar ostentosamente.

Vive desde hace décadas en la misma casa de un suburbio neoyorquino, con la misma mujer; va todos los días a trabajar a la Trump Tower y almuerza casi siempre en el mismo lugar. Este jefe de contaduría de la Trump Organization pelado, de 71 años, tiene fama de ser un individuo leal, discreto... medio aburrido.

Su nombre, no obstante, aparece en todo tipo de cheques y documentos de la empresa, conoce sus declaraciones de impuestos, sus prestamistas, sus inversores. Se dice que está pendiente de todo centavo que entra y que sale. Y, dado todo lo que sabe, la perspectiva de que declare en investigaciones de los manejos de Trump podría plantear un serio peligro para el presidente, proveniente de una de los confidentes que más tiempo lleva a su lado.

“Es el viejo estereotipo de contador”, afirmó Gwenda Blair, quien entrevistó a Weisselberg para su libro “The Trumps: Three Generations of Builders and a President” (Los Trump: Tres generaciones de Constructores y un Presidente).

“No era colorido en lo más mínimo, mirando siempre las planillas y la calculadora... click, click, click”, expresó. “Es parte del círculo más íntimo, pero es tan descolorido que se confunde con los muebles. Ese es su trabajo, pasar inadvertido”.

Weisselberg, quien no respondió a pedidos de entrevista, tal vez no pueda seguir mucho tiempo más en un segundo plano.

Al menos una de las comisiones de la Cámara de Representantes, controlada ahora por los demócratas, que investigan las finanzas de Trump quiere interrogarlo después del explosivo testimonio del viejo abogado de Trump Michael Cohen, quien mencionó a Weisselberg unas 20 veces.

El contador habló con los fiscales federales el año pasado como parte de la investigación por la cual Cohen se declaró culpable de violar las leyes sobre financiación de campañas electorales por haber comprado el silencio de dos mujeres que dicen haber tenido relaciones con Trump, la actriz porno conocida como Stormy Daniels y la conejita de Playboy Karen McDougal.

Weisselberg no fue imputado en ese caso, pero Cohen dice que estuvo muy involucrado y que fue quien terminó decidiendo como devolverle a Cohen los 130,000 que puso de su bolsillo para pagarle a Daniels.

Weisselberg recibió una inmunidad limitada para su primera presentación a declarar en el caso de Cohen, lo que impediría que lo que diga pueda ser usado en su contra. Los fiscales federales de Nueva York no han dicho si están investigando a Weisselberg.

Empezó a trabajar para la familia Trump en Brooklyn en 1973, cuando Fred Trump, el padre del presidente, estaba en control, y estuvo presente en todos los logros y los fracasos de Donald.

Llevaba los libros de cuentas cuando Donald construyó la Trump Tower en la Quinta Avenida, compró varios casinos en Atlantic City y los llevó a la bancarrota. También estuvo a su lado cuando Trump volvió a cobrar prominencia como personaje de la reality TV y empezó a prestar su nombre a hoteles y residencias propiedad de otros. Fue durante esa época que Weisselberg hizo una de sus pocas presentaciones en público, como juez invitado en un episodio de “The Apprentice” del 2004.

Trump confía tanto en él que le encomendó que ayudase a sus hijos Eric y Don Jr. a crear un fideicomiso con todos sus bienes mientras ocupe la presidencia.

La familia de Weisselberg está muy involucrada con la empresa. Su hijo Barry administra el Trump Wollman Rink (una pista de patinaje sobre hielo) del Parque Central de Manhattan. Otro hijo, Jack, es director ejecutivo de Ladder Capital, el principal prestamista de la Trump Organization. Ladder le prestó más de 100 millones de dólares a la empresa de Trump el año pasado, según declaraciones de ingresos del presidente.

Igual que Trump, Weisselberg estuvo afiliado al partido Demócrata por años, de acuerdo con el servicio de investigaciones Nexics. Aportó a las campañas del senador Chuck Schumer y del gobernador de Nueva York Mario Cuomo antes de pasarse al Partido Republicano para las elecciones del 2016.

Ahí se acaban las similitudes con su jefe.

Weisselberg no tiene cuenta en Facebook.

Ha comprado varias propiedades a lo largo de los años además de su casa en Wantagh, Nueva York. Tiene una casa de vacaciones en Boynton Beach, Florida, que adquirió hace 17 años por 282,000 dólares. Y compró dos condominios en edificios que llevan el nombre de Trump en Manhattan, pero los vendió.

Weisselberg apenas es mencionado en las numerosas biografías que hay de Trump, ni siquiera en las que escribió el propio Trump. Por ejemplo, su nombre no figura una sola vez en “The Art of the Deal” (El arte de la negociación).

La hija de Trump Ivanka declaró a The Wall Street Journal en el 2016 que Weisselberg era una persona “muy entregada, ferozmente leal, que ha estado junto a mi padre y nuestra familia” por décadas.

Weisselberg estuvo vinculado con varias iniciativas de Trump marcadas por escándalos. Revisó las finanzas de la hoy difunta Universidad Trump, la escuela de bienes raíces acusada de fraude y que hizo que Trump pagase 25 millones de dólares para resolver el tema. Fue director de la Fundación Trump, que está siendo demandada por el procurador general de Nueva York bajo sospecha de haber usado donaciones caritativas con fines políticos y otros propósitos.

Cohen dijo asimismo en el Congreso que Weisselberg estaba al tanto de lo que describió como las declaraciones falsas que hizo Trump para embaucar a aseguradoras e inversionistas. Y sostuvo que fue Weisselberg quien decidió que se le devolviese el dinero de los pagos a Daniels en cuotas, a lo largo de 12 meses, para ocultar el motivo de los desembolsos.

Y es posible que Weisselberg conozca la respuesta al principal interrogante de todos: ¿A cuánto asciende el patrimonio de Trump?

Trump declaró en el 2007 que Weisselberg era la persona que calculaba el valor de sus propiedades y de otros bienes.



regina