Editorial

La economía no se maneja con ideologías

2019-03-13

Explica que lo mismo pasó con el primer año de Peña Nieto, cuando los...

Por Emma Islas | Siempre

Aun cuando expertos y analistas han dejado claro que el  gobierno mexicano cuenta con tiempo suficiente para reaccionar y corregir ante las alertas que han prendido las agencias calificadoras, todo indica que el gobierno prefiere mantener los oídos sordos, la muestra es la respuesta que se ha dado cada vez que alguna calificadora lanza un llamada de atención al gobierno y le pide reconsiderar sus políticas públicas y financieras.

Luego de que Standard and Poor’s ajustó la perspectiva tanto de la calificación de México como la de Pemex, el presidente Andrés Manuel López Obrador aseveró que las calificadoras “castigan” al país por la política neoliberal que se aplicó en los últimos 36 años; a su vez el senador Ricardo Monreal expuso que los ejercicios de calificación de dichas agencias pueden ser útiles pero no infalibles pues también reportan márgenes de error.

Al referirse a los “errores” de las calificadoras, las diferencias en Morena afloraron. Mientras el senador Salomón Jara presentó una iniciativa a fin de  retirar los permisos de operación de las calificadoras —que posteriormente ni siquiera se presentaría—, su presidenta Yeidckol Polevnsky expuso su molestia por la propuesta y dijo que no sabía de dónde salió esa ocurrencia.

De acuerdo con Gabriel Pérez del Peral, investigador de la Escuela de Gobierno y Economía de la Universidad Panamericana, lo que es una realidad es que la economía no se puede manejar de manera ideológica como lo está  haciendo el presidente López Obrador, “este gobierno maneja tanto a Pemex como al país con un enfoque ideológico, asistencialista, clientelar que lo único que busca es conseguir lealtades”.

Un ejemplo, indica, es la beca que se les dará a los llamados “ninis”, la cual no es una estrategia para aumentar la productividad, sino simplemente una forma de conseguir lealtades entre ese grupo de la sociedad; es decir,  “en todos sus proyectos y políticas sociales se encuentra presente el enfoque ideológico”.

“Ese justamente es el tema que tiene que cambiar, el manejo político e ideológico en el manejo de la economía pues ese enfoque político es el que ha estado presente en la toma de decisiones, como fue la cancelación del aeropuerto de Texcoco, y eso es lo que las calificadoras están diciendo que se debe cambiar y corregir”.

Más cuando, afirma, el problema es que este gobierno no tiene acciones programáticas en las políticas públicas, no hay un programa de gobierno, un plan gubernamental o por lo menos no lo han dado a conocer, lo que generará que al estar todo interconectado, todo se vaya abajo, por eso la única solución es corregir, reconocer que hay errores a fin de que no se agudicen los problemas.

“Eso es lo que preocupa, la manera de actuar del gobierno que no reconoce sus errores, que demuestra que no tienen ni idea de lo que está pasando, el problema será cuando le estalle la crisis, no van a saber qué hacer y eso es lo que hay que evitar y no seguir simplemente descalificando a estos organismos como lo ha hecho el presidente y el senador Ricardo Monreal, o senadores de Morena”.

Recuerda que las calificadoras lo único que hacen son sumas y restas y si no cuadran pues lo dicen, “en ellas no hay una cuestión de opinión o de ideología, no es como el presidente dice que nos están castigando por las políticas neoliberales, pues al contrario lo que buscan es que haya más medidas pro mercado”.

Sin los cambios requeridos habrá desconfianza

Mas que calificarlas de amenazas, el investigador de la Escuela de Gobierno y Economía de la Universidad Panamericana dice que hasta el momento lo que han lanzado las calificadoras son advertencias al gobierno de México, por ejemplo en torno a algunos aspectos que no van acordes con la naturaleza de Pemex, que es la empresa más grande del país y el principal contribuyente del gobierno.

Dice que aun cuando S&P pasó de estable a negativa tanto la perspectiva para México como la de Pemex, esto no quiere decir que sea inminente que se nos baje la calificación y aun cuando así fuera esto también se puede revertir, como sucedió en 2017, cuando de venir de una perspectiva negativa, nos subieron a estable.

“Eso fue gracias a que el gobierno hizo los cambios necesarios, en ese momento José Antonio Meade estaba al frente de Hacienda y tuvo que hacer exactamente lo que le pidieron las calificadoras, con lo que México se convirtió en el único país que lo ha logrado”.

“Por eso ahora es importante que, como piden las calificadoras, se fomente la inversión, se respete lo establecido en la reforma energética, que se dé la participación del sector privado, tanto nacional como internacional, en la generación de energía y que se articulen las políticas públicas para generar crecimiento económico. Eso es fundamental”.

Reitera que lo más importante es que el gobierno tenga un plan de negocio acorde con las necesidades de Pemex, que detone el crecimiento del país y en el camino que le dé viabilidad a la empresa; es decir, que haya rentabilidad de los proyectos que se generen y se solucione el problema financiero.

Pues por el contrario lo que el gobierno ha hecho es generar desconfianza sobre todo con la cancelación del aeropuerto, el desabasto de gasolina, los aspectos laborales en las maquiladoras del norte del país, los bloqueos a las vías de Michoacán, el huachicol, “eso sin decir que es necesario reconsiderar proyectos como el de la refinería de Dos Bocas, la cual no es rentable, o el tren Maya que no cuenta con estudios de prefactibilidad”.

Cara, la curva de aprendizaje

Pérez del Peral indica que aunque es cierto que en el primer año de cualquier gobierno normalmente hay subejercicios pues los nuevos funcionarios, mientras no conocen la normatividad a la que se deben de apegar, tratan de no firmar gastos pues se les puede fincar responsabilidades, en esta ocasión esto le va a pegar más al crecimiento de la economía de este año ante la presencia de una curva de aprendizaje más costosa.

Explica que lo mismo pasó con el primer año de Peña Nieto, cuando los subejercicios estaban por todos lados, el dinero estaba parado y por esta curva de aprendizaje no se movía. La diferencia es que con este gobierno la curva además de costosa se va a alargar mas de un año por el perfil que están mostrando algunos funcionarios.

Recuerda los perfiles de las ternas enviadas por el presidente Andrés Manuel López Obrador para elegir a los nuevos integrantes de la Comisión Reguladora de Energía (CRE), o el perfil que tienen los directivos de Pemex que en este momento ya se encuentran rebasados, empezando por su director general.

“Son perfiles que no sirven, eso es algo que los mercados ya dijeron que no puede ser que nombren a estos funcionarios en lugar de gente especializada y conocedora de cada una de las áreas”.

Bajo crecimiento e inversiones

Para el especialista en temas financieros, la consecuencia de que el Banco de México haya revisado a la baja las expectativas de crecimiento económico de la economía mexicana tiene impactos fiscales, laborales, de desarrollo y de inversiones, lo cual ha quedado demostrado con la decisión de los empresarios de no invertir en nuestro país.

Además asegura que es muy probable que haya una caída del PIB, en el primer trimestre del año, derivado del desabasto de gasolina, la obstrucción de las vías en Michoacán, los conflictos laborales, “lo que generará más incertidumbre y con lo que entonces sí se prenderán los focos amarillos”.

“Esta será una muestra más de que la economía no la puedes manejar por decreto, pues las consecuencias de medidas como las de aumentar el salario mínimo por decreto y que siga habiendo presiones salariales hacia los empresarios para que aumenten el salario, se ven reflejadas en las decisiones de las calificadoras que le advierten al gobierno que no se puede seguir manejando de esa manera”.

Considera que un paso previo a la caída del PIB será el incremento de la inflación, que aun cuando en la primera quincena de febrero bajó de 4.52 a 3.89 por ciento, ante los desordenes de principio de año, será de por lo menos de 4.3 por ciento, lo que ocasionará una mayor incertidumbre.

Sin inversión, salida de capitales

Al hablar sobre una posible salida de capitales, Pérez del Peral considera que se puede dar en cualquier momento, sobre todo si los inversionistas ven que no hay la actitud o la intención de hacer las correcciones debidas, pues “ellos con un solo telefonazo sacan su dinero y se lo llevan a Nueva York, Londres o Tokyo, o a Brasil”.

Señala que un síntoma de que puede haber una salida de capitales, y que justamente se está dando, es la no inversión de los empresarios que lo único que han hecho es ofrecer su apoyo al gobierno pero en los hechos no han invertido en el país.

Ante el panorama actual, Pérez del Peral asegura que lo que veremos en el corto plazo es una desaceleración de la economía mayor no solo en lo nacional, sino también a escala internacional, “una desaceleración impresionante en China, en Estados Unidos en dónde todo se está manejando con miras a las elecciones del año que entra, pero desafortunadamente esa cuestión política también nos va afectar.

A la vez dice que se verá un menor dinamismo económico que aun cuando también estará presente en el ámbito internacional, en el caso de México se puede agudizar si no se hacen las correcciones que están pidiendo las calificadoras pues se generará un mayor desempleo e inseguridad.



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