Internacional - Seguridad y Justicia

Una carta hallada en el coche del detenido por el tiroteo de Utrecht mantiene la hipótesis terrorista

2019-03-19

Los conocidos de Tanis han declarado a la policía que cambió hace dos años,...

Por ISABEL FERRER, El País

La Haya 19 MAR 2019 - 23:45    CET Las banderas han ondeado a media asta este martes en Holanda, tras el ataque a tiros en un tranvía que el lunes costó la vida a tres personas e hirió a cinco, tres de las cuales siguen muy graves. Gökmen Tanis, de 37 años, nacido en Turquía y principal sospechoso de haber disparado contra los pasajeros, está siendo interrogado. El viernes comparecerá ante el juez de instrucción. La fiscalía informó a última hora del martes de la detención de un nuevo sospechoso (un hombre de 40 años vecino de Utrecht) y de la puesta en libertad de otros dos, que habían sido arrestados previamente. Las fuerzas de seguridad analizan además una carta hallada en el coche que usó para huir, “y que podría indicar un móvil terrorista”. En el Congreso, el Gobierno ha asegurado que asumirá las consecuencias de lo ocurrido, pero ha pedido que no se entorpezca la labor de policías y fiscales para esclarecer los hechos.

Tras el tiroteo, Tanis hizo una transferencia de dinero usando el teléfono de un amigo. Al no encontrarle por la ciudad, los agentes pidieron permiso a los jueces para seguir el movimiento de su cuenta bancaria. Vieron así que había hecho un pago con el teléfono de otra persona. Las fuerzas especiales localizaron la dirección del amigo y detuvieron al huido poco después. Según fuentes oficiales, los muertos son una joven de 19 años, un entrenador deportivo de 49 y otro varón, de 28 años. Los tres heridos más graves son dos mujeres de 20 y 21 años, y un hombre de 74.

A primera hora de la tarde, en el Congreso, el primer ministro, Mark Rutte, dijo que lo ocurrido en Utrecht “no es un mal sueño, sino la dura realidad, pero somos fuertes y resistiremos”. Tras el minuto de silencio guardado en recuerdo de las víctimas, la oposición preguntó al Gobierno de centroderecha por los antecedentes penales de Tanis.

Historial delictivo del atacante

Arrestado en agosto de 2017 por una supuesta violación, evitó la prisión provisional porque prometió colaborar con el Instituto de Psiquiatría Forense en un estudio sobre su personalidad. Los expertos apuntaban a un posible trastorno de disociación de la identidad, y le esperaban en julio. Este marzo, fue condenado a dos meses de cárcel por robo. Como podía apelar, no ingresó en prisión. Hace dos semanas, compareció de nuevo ante los jueces por robo de bicicleta y en una tienda de bicis, aparte de una de las vistas previas del caso de violación. También estuvo seis semanas encerrado por haber vulnerado las condiciones de su libertad condicional. “¿Cómo es posible que un personaje así estuviera en la calle?”, ha sonado en el Hemiciclo. Ferdinand Grapperhaus, ministro de Justicia, ha respondido que presentará un informe, “aunque tal vez las circunstancias de lo ocurrido podrían haberse evitado”.

Los conocidos de Tanis han declarado a la policía que cambió hace dos años, cuando se divorció. Tuvo entonces “etapas de gran fervor religioso, practicaba y se dejó crecer la barba; luego hacía lo contrario y bebía alcohol”. También ha hablado su padre, Mehmet, que reside en Turquía. "Si lo ha hecho, debe pagar por ello”, ha asegurado al grupo mediático Demirören tras señalar que es hijo de su primer matrimonio y no mantiene contacto con él desde 2008. La familia había emigrado a Holanda, pero después del divorcio de los padres, el progenitor regresó a su país. “No sé qué clase de problemas psíquicos tiene alguien que hace algo así. ¿Qué puedo hacer? Nadie tiene derecho a quitarle la vida a otro. Antes no era agresivo”, ha añadido.

La prensa holandesa relaciona a uno de los hermanos de Tanis con el Estado del Califato, un grupo islamista radical que estuvo activo en Alemania y Turquía. Fundado en los años ochenta por Cemaleddin Kaplan y mantenido por su hijo Metin “es de carácter antisemita, antiamericano y antidemocrático, y Kaplan padre se apartó antes del movimiento conservador turco Milli Görüs”, indica el diario Algemeen Dagblad. Es una de las pistas que explicaría el posible carácter de ataque terrorista investigado en estos momentos.

En Utrecht, las calles han recobrado lentamente la actividad habitual y los árboles y vallas que rodean el lugar del ataque se han llenando de flores. Rutte y Grapperhaus han depositado allí sendos ramos por la tarde, junto a los que habían dejado ya ciudadanos anónimos y muchos niños. El gimnasio del colegio donde entrenaba uno de los fallecidos, y al que asistían sus hijos, está muy cerca de la Plaza 24 de Octubre, lugar del tiroteo. Situada a un kilómetro de la estación central de ferrocarril, los pocos transeúntes que hablaban admitían que el lugar ya nunca les parecerá el mismo a partir de ahora.

El ataque del lunes interrumpió la campaña electoral para las elecciones regionales holandesas, que tendrán lugar este miércoles. De todos modos, la actividad política se ha reanudado con el acuerdo general de los partidos. Sijbrand Buma, líder de la democracia cristiana, indicó que se conducirían con "mesura y dignidad por lo ocurrido". Por su parte, la televisión ha decidido mantener el último debate nocturno antes de los comicios.



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