Internacional - Política

La Unión Europea condiciona una prórroga corta a la aprobación del acuerdo del Brexit por Westminster

2019-03-20

Hasta ocho ministros o secretarios de Estado tomaron la palabra en el Consejo de Asuntos Generales....

Por PABLO R. SUANZES, El Mundo

"A la luz de las consultas que he tenido en los últimos días, creo que una prorroga corta es posible, pero condicionada a un voto positivo sobre el Acuerdo de Salida en la Cámara de los Comunes". Pocas horas después de recibir su ansiada carta, y en una corta conversación telefónica, el presidente del Consejo Europeo,Donald Tusk, le dejó hoy por la tarde muy claro a la primera ministra británica, Theresa May, cómo están las cosas. Si quiere una prórroga para que dentro de poco más de una semana el país no salga a las bravas de la UE, la tendrá, pero no gratis. Todo pasa, como le han dicho una y otra vez, por Londres, por Westminster. Tiene que lograr, sea como sea, una mayoría suficiente. Y tiene que hacerlo en menos de una semana.

Este jueves se reúnen en Bruselas los jefes de Estado y de Gobierno de los 28 y el primer punto en la agenda es, una vez más, Brexit. Tras una docena de votaciones de todo tipo en la Cámara de los Comunes, May ha terminado haciendo lo que parecía inevitable, solicitar una prórroga hasta el 30 de junio para evitar el abismo. Los 27 entienden perfectamente sus problemas, pero ya no pueden más. Creen que hagan lo que hagan nunca va a ser suficiente, porque la crisis es interna en Reino Unido. Y por tanto, para salir del bloqueo, son ellos los que tienen que encontrar un camino. Y es hora de que alguien, de una vez, anteponga el país y el interés nacional al partido.

En su carta oficial, remitida a Tusk este miércoles al mediodía, la primera ministra no sólo pidió un plazo adicional hasta finales de junio, sino otro favor. Quiere que los líderes comunitarios den respaldo político al pacto que alcanzó hace dos semanas en Estrasburgo con Jean-Claude Juncker. No es un capricho, sino necesidad para sortear las reticencias del 'speaker' del Parlamento, John Bercow, que se niega a permitir un tercer voto sobre el Acuerdo de Salida si no hay alguna novedad de calado, pues la ley no permitir repetir algo hasta lograr la aprobación porque sí. "Sobre el acuerdo de Estrasburgo, creo que es posible y bajo mi punto de vista, no crea riesgos, especialmente si el proceso de ratificación en Reino Unido está en marcha", indicó Tusk. Pero la decisión está por encima de su nivel.

En las filas comunitarias se percibe frustración y a ratos desesperación. Embajadores, ministros y altos funcionarios comentan perplejos que según se charle con un miembro del Gobierno británico u otro, la historia que les llega es diferente. Y además, cambia cada pocas horas. El martes, David Livington, en la práctica el número dos de May en el Gobierno, llegó a Bruselas y explicó a sus colegas que la primera idea de Downing Street, que incluía una carta vaga, ambigua, que contemplaba una prórroga corta pero también una larga, de hasta 21 meses, y que dejaba la decisión en manos de Bruselas, fue rechazada en el último momento por los ministros, lo que obligó a un nuevo giro de 180 grados en el último minutos. Y a Michel Barnier a salir corriendo de la sala para llamar por teléfono y entender qué diablos estaba pasando.

Hasta ocho ministros o secretarios de Estado tomaron la palabra en el Consejo de Asuntos Generales. Francia, España, Grecia, Chipre, algún Bálticos, todos expresaron sus dudas, sus reticencias. Y sobre todo avisaron de que no van a permitir una prórroga "ciega" que va totalmente en contra de los intereses de la UE. Macron, en este puesto, es el más duro.

NERVIOS EN EUROPA

Hay cierto mal ambiente. Los nervios habituales en Europa cuando se acerca el plazo final, la inquina hacia unos interlocutores disfuncionales y la creciente sensación de que, por el bien de la Unión y su futuro, es mejor cortar de raíz. Una voladura controlada provocaría daños notables, pero muchos empiezan a pensar que eso es mejor que dos años de total incertidumbre. "El coste de una salida lo podemos cuantificar, el de la incertidumbre, no", explica una fuente europea sin gota de cinismo ni de aprecio por el peligro.

Tusk, en su declaración, admitió que la duración de la prórroga está en el aire. Si se aprueba el Acuerdo de Salida nadie pondrá problemas, aunque hay cierto debate. "La propuesta de May del 30 de junio, que tiene sus ventajas, genera algunas dudas de naturaleza legal y política. Los líderes lo discutirán mañana", avisó el polaco. Pero es un problema profundo que va más allá de legalismos, de las elecciones, de logística. Nadie se puede fiar de Reino Unido a medio o largo plazo. Si se concede una prórroga de meses, o de años, no habría forma de predecir su comportamiento. Puede ser constructivo, puede ser el de siempre o podría bloquear completamente el funcionamiento de la Unión para forzar un cambio en el Acuerdo de Salida, por poner un escenario negativo. El riesgo de chantaje no hay forma de despejarlo del todo, y menos si hubiera elecciones y surgieran nuevos interlocutores.

"A pesar de la fatiga, que aumenta visiblemente y de forma justificada, no podemos rendirnos. Hay que pelear hasta el último momento buscando una solución positiva. Hemos reaccionado con paciencia y buena voluntad a muchos acontecimiento y estoy convencido en que tampoco nos faltará la paciencia y la buena voluntad en el momento más crítico", quiso relajar Tusk en su declaración este miércoles.

Entre los primeros ministros hay ciertos resquemores también con el polaco, que siempre va un paso más allá de donde debería. Pero al otro lado de la calle, en la Comisión, el malestar era tan denso que se podía cortar. "El presidente Juncker advirtió formalmente a Theresa May sobre el incluir una fecha para la prolongación más allá de las elecciones europeas", recalcó el portavoz del presidente, Margaritis Schinas. "La salida tiene que ser antes del 23 de mayo, de otra forma nos veríamos ante dificultades institucionales e incertidumbre legal. Tienen que participar en las elecciones si la prórroga va más allá", añadió. Fuentes de la institución aseguran que la gran mayoría de los Estados Miembros se oponen a ir más allá del 23 de mayo. Será eso o una muy larga, pero también condicionada a un proceso político diferente, lo que supone elecciones o dimisiones. "Hay imponderables que son políticos. Si hay crisis profunda en Reino Unido, las prórrogas se tendrán que adaptar", reconoce una fuente diplomática.

La coreografía que se dibuja es que May explicará el jueves cómo ve las cosas y los 27, después, redactarán sus condiciones. Aprobarían dar respaldo al llamado Acuerdo de Estrasburgo, que creó tres documentos nuevos que ofrecen más garantías e interpretaciones a las condiciones del Acuerdo de Salida y el mecanismo de salvaguarda para Irlanda del Norte. Pero vincularán inexorablemente cualquier alargamiento del plazo al voto de los diputados británicos. "Quizás es hora de que su Parlamento escuche un poco por una vez", apuntaba hoy una fuente diplomática en Bruselas.

Lo que venga después, está por ver. "En este momento no preveo un Consejo Europeo extraordinario. Si los líderes aprueban mis recomendaciones y hay voto positivo en la Cámara de los Comunes, podemos finalizar y formalizar la decisión por procedimiento escrito. Sin embargo, si hubiera necesidad no dudaría en invitar a los líderes a un encuentro la semana que viene en Bruselas", digo el polaco. Un escenario que, conociendo los precedentes en la Unión, parece ya altamente probable.



regina

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