Nacional - Política

Indígenas mexicanos a López Obrador: "Es una farsa, el primero que nos tiene que pedir perdón es él"

2019-03-27

Betina se refiere a los grandes proyectos de infraestructuras que López Obrador va a...

Por PABLO SÁNCHEZ OLMOS, El Mundo

La relación entre el presidente mexicano y las comunidades originarias ha estado marcada, desde hace tiempo, por el desencuentro entre lo prometido en campaña y lo implementado durante su mandato. La carta enviada por Andrés Manuel López Obrador a Felipe VI y el Papa Francisco ha sido el último ejemplo de esta falta de coordinación ya que, según confiesa a El Mundo Óscar Shibayama, coordinador de la comisión política del Parlamento Nacional Indígena: "Nunca se nos consultó, ni se contó con nosotros para el envío de estas cartas". Ahora que la polémica está servida con este asunto, los movimientos indígenas tratan de escapar de un debate que consideran "infructuoso" y reclaman a López Obrador que cumpla los compromisos que adquirió durante la campaña con las comunidades originarias.

El lema que acompañó a López Obrador hasta las elecciones fue Primero los pobres, y si alguien sabe de pobreza y exclusión en México, esos son los indígenas. En el país azteca no todos los pobres son indígenas, pero prácticamente todos los indígenas son pobres según se desprende un informe del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI), que señala que en México hay más de siete millones de indígenas, de los cuales, siete de cada 10 viven en situación de pobreza. Otro informe publicado en el 2016 por el Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social (Coneval), ahonda más en esta gran brecha social que padecen las comunidades originarias y apunta a que "el 77,6% de los indígenas no tienen acceso a la seguridad social y el 56,3% no tiene acceso a servicios básicos como agua, luz o alcantarillado". Los datos son contundentes y las acciones para remendar esta situación hasta la fecha, más bien escasas.

Las presidenciales del pasado año fueron las primeras elecciones en las que se abría la puerta a nuevas formaciones políticas y un movimiento que quiso aprovechar esa oportunidad fue el Consejo Nacional Indígena, brazo político el Ejército Zapatista de Liberación Nacional. Finalmente, su representante, Marichuy, no logró reunir las firmas necesarias para validar su candidatura. Junto a ella estuvo durante meses Betina Cruz, activista indígena, defensora de los derechos humanos y figura seguida y respetada por el indigenismo mexicano, quien confiesa a El Mundo que, desde el movimiento, no se sienten decepcionados: "Hicimos el trabajo que teníamos que hacer y demostramos que existe un sistema corrupto que protege los intereses económicos y no deja entrar a nadie más".

Las diferencias entre López Obrador y los indígenas zapatistas se remonta a varios meses antes de las elecciones cuando el hoy presidente mantuvo una discusión con el líder militar de esta formación, el subcomandante Marcos, el cual llegó a asegurar: "Podrán cambiar el capataz, los mayordomos y caporales, pero el finquero sigue siendo el mismo", en referencia al líder de Morena. Incluso Marichuy rechazó formalmente la invitación que le hicieron para integrarse a la campaña de López Obrador, alegando que forma parte de "el mismo sistema capitalista". Una visión que también comparte Betina: "Durante la campaña planteaba una cosa que ahora estamos viendo que no era real. Todas sus acciones van dirigidas a seguir con la explotación, el despojo y a no respetar a los pueblos indígenas".

Betina se refiere a los grandes proyectos de infraestructuras que López Obrador va a desarrollar en el sur del país, entre ellos, varios trenes y estaciones hidroeléctricas. Para ello, el presidente mexicano ha refrendado su construcción con la celebración de consultas populares que, aunque ha ganado en líneas generales, han sido reprobadas por las poblaciones que se verán afectadas por su construcción. La contaminación del medio ambiente y la expropiación de tierras es algo que, lógicamente, temen en esta parte del país, de donde Betina es originaria: "Esos trenes sólo servirán para saquear nuestros bienes naturales y dividir a nuestra población", argumenta. Óscar Shibayama valora esta situación de una manera más positiva, ya que cree que las obras traerán "prosperidad y puestos de trabajo a la región". Además, según adelanta a El Mundo, en las próximas semanas anunciarán un gran acuerdo con López Obrador para lograr "que una parte importante de los beneficios económicos de estos proyectos vayan a parar directamente a los bolsillos de las comunidades originarias".

Cuestionado sobre el asunto que ha copado la actualidad informativa en los últimos días, Shibayama confiesa que, en el Parlamento Nacional Indígena que representa, "hemos platicado mucho de este asunto y el sentir general es que no era necesario entrar en un conflicto con España a estas alturas. No se puede exigir un perdón actual por acciones que en su momento fueron realizadas. Hay otras formas de que se nos empareje socialmente y ésta, yo creo que responde a una estrategia mediática por parte del presidente".

Betina Cruz va un poco más allá y confiesa que, cuando conoció la noticia, "me dió risa". Para ella, sí serían pertinentes unas disculpas de la Corona española pero no entiende que sea precisamente López Obrador quien lo demande: "Es una farsa, el primero que nos tiene que pedir perdón es él a nosotros y cambiar ese estado de exclusión en el que hemos vivido los indígenas en México durante los últimos 500 años".

El indigenismo mexicano se encuentra dividido por la actitud de un presidente que prometió acabar con la desigualdad y que, en la práctica, parece más interesado en seguir fomentando su política de gestos. El perdón reclamado a España no va a solucionar ninguno de los graves problemas a los que se enfrentan las comunidades originarias hoy en día, tal y como sostienen en el Parlamento Nacional Indígena, quienes más bien, reclaman a López Obrador políticas reales y efectivas que les ayuden a salir adelante: "Necesitamos que se mejoren los accesos a nuestra región, si tenemos que atravesar caminos de tierra seguiremos lejos del desarrollo. También queremos que se nos incluya en el desarrollo educativo y que se nos facilite el acceso a las telecomunicaciones", asegura Shibayama, antes de finalizar una llamada telefónica marcada por la sorpresa, la indignación y la incertidumbre a la que les tiene acostumbrado el nuevo presidente mexicano.



regina