Internacional - Población

El racionamiento eléctrico profundiza el caos venezolano

2019-04-01

El colapso eléctrico repercute directamente en el servicio del agua, que funciona por bombeo...

Por DANIEL LOZANO, El Mundo

"Sigamos acompañando este plan de administración de carga para recuperar nuestro país en paz. Y los movimientos sociales, los colectivos, las UBCH (Unidades de Batalla Bolívar Chávez), junto a los milicianos, vamos a defender la paz en cada barrio". Nicolás Maduro reapareció en las televisiones en la noche del domingo, precisamente cuando buena parte del país seguía a oscuras tras el penúltimo apagón, que continúa hoy en buena parte del país.

El 'hijo de Chávez' anunció la puesta en marcha del racionamiento eléctrico (administración de carga) por 30 días, aunque el temor general es que, como tantas otras veces, las promesas se incumplan y los apagones perduren durante meses. O para siempre. El mandatario se comprometió a llevar él mismo, de forma personal, la gestión eléctrica, tal y como hiciera en enero con la estatal petrolera: dos meses después, la producción de 'oro negro' ha caído a mínimos históricos, por debajo del millón de barriles.

El colapso eléctrico repercute directamente en el servicio del agua, que funciona por bombeo en las ciudades, aumentando el volumen de la tragedia diaria. Los venezolanos sienten algo parecido a una caída por un precipicio que nunca termina, donde se golpean con piedras cada vez más duras y afiladas y lo van haciendo a mayor velocidad y con más dolor.

En su mensaje, el jefe revolucionario realizó un nuevo llamado a los "colectivos", como denominan a los paramilitares chavistas, sólo horas después de que dispararan contra manifestaciones pacíficas en distintas zonas populares de Caracas y del país. Varios de los pistoleros fueron identificados a través de las redes sociales, gracias a las fotografías y vídeos difundidos, confirmando sus señas de identidad: militantes de grupos radicales, funcionarios actuales o antiguos y con vínculos con organismos de seguridad.

Desde que las protestas brotaran de nuevo este fin de semana, al menos una persona ha muerto durante las operaciones paramilitares. Una mujer de 70 años falleció tras ser alcanzada en el barrio de San Francisco, en Maracaibo, cuando los paramilitares intentaron disolver una protesta, ha confirmado el dirigente opositor Juan Pablo Guanipa. En el estado de Aragua, en el centro del país, otras dos personas resultaron heridas, al igual que en las inmediaciones del Palacio presidencial de Miraflores este domingo.

"Grupos armados pro Maduro atacando con armas de fuego a manifestantes en varias zonas de Venezuela. Nicolás Maduro debe frenar estas acciones de inmediato o será responsable por los delitos que se cometan", ha advertido Erika Guevara-Rosas, directora para América de Amnistía Internacional.

"Ya no hay más excusas, señores de los cuerpos de seguridad. Llegó el momento de proteger al pueblo. Tienen la oportunidad de devolver el sentimiento venezolano a cada uno de sus organismos y que su familia esté orgullosa de ustedes", ha clamado hoy el presidente encargado Juan Guaidó desde la Universidad Católica Andrés Bello, donde recibió el apoyo del Frente Amplio Venezuela Libre, conformado por la Unidad Democrática, la Iglesia católica, movimiento estudiantil, chavismo disidente, sindicatos y colectivos sociales.

La realidad, de momento, es al revés. Agentes de las Fuerzas Especiales de la Policía Nacional Bolivariana (FAES) atacaron protestas a mansalva, incluso persiguiendo a manifestantes hasta sus edificios y entrando a la fuerza a los inmuebles. Los FAES son acusados por la ONU y por Amnistía Internacional de encabezar la represión salvaje contra los barrios populares en enero, que provocaron 40 muertos, cinco de ellos al menos en ejecuciones extrajudiciales.

"Ya no te queremos más, Nicolás. El cerro (favelas populares) ha bajado, ¡vete!", gritaban durante la madrugada del lunes los ciudadanos que protestaban en el Valle, la parroquia donde creció el líder bolivariano. Activistas sociales han denunciado hoy que las FAES allanaban viviendas a la búsqueda de los que protestaban.

"El Gobierno de facto conduce al país de la emergencia humanitaria a una catástrofe nacional ante graves crisis de agua, colapso eléctrico y agudización de la escasez. Es una actitud cruel responder con represión al desespero de la población exigiendo derechos", denuncia Provea, prestigiosa ONG de derechos humanos.

Las protestas han continuado este lunes, mientras los ciudadanos intentaban cumplir la media jornada laboral, sin colegios, ordenada por el Gobierno. Todo ello sin Metro y con el transporte también bajo mínimos, mientras cada uno intentaba conseguir agua, que una vez más se ha convertido en su principal quebradero de cabeza.

"Maduro convierte las fallas de energía en tortura psicológica colectiva infligida a millones de venezolanos. Una mezcla de castigo y placer sádico que busca quebrar la moral de lucha", ha resumido el politólogo Alberto Ray.



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