Internacional - Política

Un cómico, favorito para presidir Ucrania

2019-04-01

Zelensky es el candidato sorpresa en esta campaña en que alguien tenía que encarnar...

Por XAVIER COLÁS, El Mundo

La campaña electoral ucraniana empezó hace años en la pequeña pantalla sin que nadie lo imaginase. Ucrania celebra elecciones presidenciales este domingo 31 de marzo en un clima de enfrentamiento con Rusia y fatiga con el gobierno. El candidato que lidera los sondeos tiene cero experiencia en política, pero los ucranianos están acostumbrados a verlo dirigir el país. Tal paradoja es posible porque el presidenciable se llama Volodymyr Zelensky, un comediante que en el pasado encarnó a un improbable presidente de Ucrania en una serie de televisión: un maestro que acaba dirigiendo el país por una carambola del destino.

Zelensky es el candidato sorpresa en esta campaña en que alguien tenía que encarnar lo nuevo contra lo viejo. Ha dejado en un segundo plano a Yulia Timoshenko, icono de la oposición al anterior presidente, Victor Yanukovich, que en su andadura política ha conocido la cárcel y el despacho de la jefatura del gobierno. Parecía que por fin había llegado el momento de la llamada 'Dama del gas', que ha liderado las encuestas durante varias semanas, por delante del actual presidente, Petro Poroshenko.

En marzo el apoyo a Zelensky ha llegado al 25,7% según la encuestadora BDM. Timoshenko le sigue con un 18,8% y Poroshenko con un 12,7%.

UCRANIA SE SUBE AL CARRO DE LOS 'OUTSIDER'
La entrada de Zelensky muestra que Ucrania se ha subido al carro de los 'outsider', personajes ajenos a la política (como Donald Trump o el italiano Beppe Grillo) como alternativa a una clase dirigente decepcionante.

La economía se ha estabilizado pero las desigualdades y la corrupción siguen frustrando a la población y además muchos precios han subido. Zelensky es un pataleo del público ucraniano, dolido con Rusia pero desencantado con la revolución de Maidan de 2014, que enterró un régimen corrupto para sustituirlo por otro no mucho más limpio. Su campaña ha sido realizada principalmente a través de las redes sociales y mezclando deliberadamente su papel en la televisión y su rol en la realidad. Promete referéndums nacionales sobre temas clave y ha adelantado sus planes de levantar la inmunidad de la fiscalía para los diputados, los jueces y el presidente.

Otra de sus promesas es mantenerse sólo un mandato en el poder. Algo que en todo caso no ha sido muy difícil de cumplir hasta la fecha: la Ucrania independiente no conoce el caso de ningún presidente reelegido. Zelensky, que además de humorista es un productor de éxito, cabalga sin apenas una estructura política detrás. Pero le ha bastado con bautizar a su movimiento político con el mismo nombre que su serie: 'Servidor del pueblo'.

UNA CAMPAÑA REÑIDA POR LOS INDECISOS
El magnate ucraniano Igor Kolomoiski, dueño entre otras cosas del canal 1+1 que emite su show) y enemigo acérrimo de Poroshenko, es el principal patrocinador de Zelenski. Ha admitido que empujó a su patrocinado a meterse en política sólo para ridiculizar al presidente y mermar sus posibilidades electorales. Konstantin Skorkin, analista del Centro Carnegie, cree que no son justas las acusaciones que pintan a Zelensky como una marioneta de su oligarca. Su cooperación es coyuntural, "los dos quieren derribar a Poroshenko, que impide a Kolomoiski hacer negocios en Ucrania y ha nacionalizado uno de sus bancos, Privatbank", recuerda Skorkin. Por eso el oligarca, que también apoyó a Timoshenko, optó por la audacia de emitir el mensaje de Zelensky anunciando su candidatura mientras otras televisiones ofrecían el discurso de año nuevo de Poroshenko. En realidad le estaba copiando la idea al actual presidente, que en 2004, siendo ya un poderoso empresario emitió en su propio canal de televisión un discurso de 'su' candidato Viktor Yushchenko, que se enfrentaba al prorruso Viktor Yanukovich.

Zelensky proviene de Dnipró, una zona predominantemente rusohablante pero leal a Kiev. Ha sido criticado por los nacionalistas ucranianos por defender los derechos de los que hablan en ruso y por rechazar la ruptura de lazos culturales con Ucrania. También se ha mostrado dispuesto a negociar con Rusia la paz en Donbas y someter a referéndum el acuerdo. La irrupción del cómico ha complicado los planes al resto de los actores. Poroshenko y Timoshenko hubiesen preferido medirse con un prorruso de verdad al que pudiesen relacionar con la "mafia" del régimen anterior. Moscú queda descolocado, pues si gana Zelensky tendrá que reciclar su narrativa de que Kiev está en manos de una 'junta' que quiere depurar patrióticamente el país.

El resultado está demasiado apretado para hacer predicciones. El alto porcentaje de indecisos, alrededor del 20 % según los algunos sondeos, hacen vaticinar una campaña reñida y una más que probable segunda vuelta en abril. Allí Zelensky podría capitalizar el voto del este, pero tendrá dificultades para lograr apoyos en el oeste, donde no es visto como un presidente patriótico listo para la guerra con el invasor ruso. Si gana las elecciones, se encontrará con un parlamento donde no tiene ni un solo diputado hasta las legislativas de otoño. Su programa tiene tintes populistas, y en todo caso encontrará grandes obstáculos de los legisladores.

En la calle decían que la política ucraniana era un chiste. Ahora ha llegado un profesional del humor para mandar en ella.



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