Nacional - Política

Un cerco a la salud de presidente 

2019-04-02

Desde hace algunos días, en los portales oficiales aparece como "reservada" la...

Por Marcos Romero

(ANSA) - CIUDAD DE MEXICO, 1 ABR - La salud del presidente Andrés López Obrador, de 64 años, que según analistas políticos es algo precaria, se convirtió en un "asunto de Estado", tras hacerse inaccesible la divulgación de su expediente médico, generando fuertes críticas de la oposición.
    
Desde hace algunos días, en los portales oficiales aparece como "reservada" la información sobre el estado de salud del jefe de Estado, blanco de recurrentes comentarios de analistas críticos a su gestión.
    
El senador del ex gobernante Partido Revolucionario Institucional (PRI, centro), Carlos Ramírez, señaló que el propio mandatario había cuestionado, cuando no ostentaba todavía su actual cargo, que estuviera en reserva el dossier sobre el estado físico de su antecesor Enrique Peña Nieto. "Me parece que es una gran contradicción y un mal precedente, porque contradice la tesis de que el pueblo tiene derecho a saberlo todo", afirmó Ramírez, ex presidente de la Cámara de Diputados y ex miembro del gabinete de Peña Nieto.
    
La salud del presidente es un asunto "absolutamente público ya que fue electo para el desempeño de un cargo y por lo tanto todos los ciudadanos tienen el derecho de saber en qué condiciones lo está desempeñando", indicó Ramírez.
    
Otra exponente de la oposición, Martha Tagle, del Movimiento Ciudadano (MC, centro), fue más moderada y señaló que "es correcto reservar información por los riesgos que conlleva hacerlos públicos, inclusive por amenazas exteriores". Sin embargo, indicó que "no estaría de más" dar a conocer "una versión pública, en general", sobre su estado de salud.
    
El ex jefe de gobierno de la capital, Miguel Angel Mancera, senador del izquierdista Partido de la Revolución Democrática (PRD), afirmó que la información sobre qué problemas médicos padece el jefe de Estado "debería entregarse de manera obligatoria".
    
Tras el triunfo de López Obrador, por 53% de los votos, en las agitadas elecciones del 1 de julio pasado, se diseminaron algunos rumores sobre su mala salud y algunos analistas se preguntaron si estaba en condiciones de afrontar las fuertes presiones vinculadas a su alta encomienda.
    
En octubre pasado, se filtró una fotografía donde se observa a López Obrador saliendo del Instituto Nacional de Cardiología (INC), al que después se supo que había acudido a hacerse un chequeo médico de rutina.
    
El ahora primer mandatario de izquierda en la historia del país sufrió en diciembre de 2013 un infarto que lo dejó temporalmente inhabilitado. Tuvo que ser sometido a un cateterismo para colocarle un "stent", una suerte de cánula de malla metálica, a fin de desbloquearle las arterias cercanas al corazón.
    
Luego surgieron reportes a través de los medios impresos y digitales de que neurólogos de Miami lo visitaban con frecuencia para aplicarle un tratamiento novedoso y se habló también de que sufría de una enfermedad que ponía en riesgo "su movilidad".
    
Según fuentes cercanas a López Obrador, citadas por columnista Carlos Loret, de Televisa, antes de asumir su encargo "le tuvieron que quemar los nervios del cuello para esconder una grave dolencia en las cervicales, las vértebras que están en la base del cráneo y que envuelven para proteger a la médula espinal".
    
"Durante los últimos años el presidente López Obrador ha tenido mucho dolor de espalda y por eso en muchos de los mítines se le ha visto en una pésima postura, encorvado", afirmó Loret.
    
Hace casi un año, un video transmitido por redes sociales, mostró a López Obrador desvaneciéndose durante un acto de campaña, lo que ha generado reiterados cuestionamientos sobre su verdadero estado de salud, y si se habría agravado por las fuertes tensiones generadas por su maratónico régimen laboral.
    
López Obrador ha señalado que sufre hipertensión y debe tomar "un cóctel de píldoras diarias para que no me aumente la presión", pero ha rechazado firmemente que tenga una salud endeble.
    
"Primero dicen que me voy a quedar 14 años, que me voy a reelegir, y luego dicen que ya no voy aguantar. Ya no los entiendo. Voy a estar seis años sin ningún problema, trabajando", afirmó el gobernante. 



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