Vuelta al Mundo

Rusia desembarca en Venezuela

2019-04-10

En diciembre aterrizaron en Maiquetía dos bombarderos estratégicos Tu-160 que...

Política Exterior

El envío ruso de dos aviones de transporte militar IL-62 y AN-124 con 100 militares comandados por el general Vasili Tonkoshkurov, jefe del Estado Mayor, que se quedarán en Venezuela, según Moscú, “el tiempo que sea necesario”, ha dejado claro que Rusia está decidida a mantener a Nicolás Maduro en el poder. Y no es el único. China, Turquía, Irán y Cuba, entre otros países, tampoco quieren que gobiernos aliados o clientes sean derribados por nuevas “revoluciones de colores”.

Estados Unidos ha advertido de que ese despliegue es una amenaza inadmisible a sus intereses en la región, poniendo de manifiesto, por otra parte, que lo que suceda en adelante en el país caribeño dependerá fundamentalmente de lo que decidan Donald Trump y Vladímir Putin.

Ante un conflicto que ha pasado a ser esencialmente geopolítico, los demás actores –el Grupo de Lima, la UE, México y Uruguay– tendrán que resignarse a papeles secundarios o convertirse en meros espectadores. Es explicable. Ninguno de esos países está dispuesto a asumir riesgos militares. Aunque insiste en lo contrario, lo cierto es que Washington tampoco contempla opciones militares, aunque teme que el mensaje de Putin sea que las armas rusas han llegado a la región para quedarse.

Una carta enviada por el embajador ruso en Bogotá, Sergei Koshkin, a Alejandro Chacón, presidente de la Cámara de Representantes del Congreso colombiano, en la que advierte que cualquier acción contra Venezuela será interpretada por Moscú como una “amenaza a la paz y la seguridad internacional”, ha reforzado esa impresión.

En diciembre aterrizaron en Maiquetía dos bombarderos estratégicos Tu-160 que confirmaron que la proyección del poder militar ruso es hoy tan global como en los tiempos soviéticos. Fuentes del Pentágono señalan que la misión militar rusa busca poner a punto el sistema defensa antiaéreo S-300 instalado en una base en el estado de Guárico, cercana a Caracas.

En 2009, Hugo Chávez, que visitó Rusia en 11 ocasiones, logró que Moscú le concediera un crédito de 2,200 millones de dólares para comprar el S-300 y 92 tanques T-72, que Rusia ha utilizado con devastadora eficacia en Siria.

Todo ese arsenal requiere mantenimiento y asesoría militar constantes, lo que no deja dudas sobre las intenciones de Putin de extender la esfera de influencia rusa al propio patio trasero de la superpotencia.

Quizá su intención última sea usar a Maduro como una ficha de negociación con Trump. Alexandr Kubishkin, profesor de la Universidad de San Petersburgo, anticipa un eventual quid pro quo si EU deja de intervenir en Ucrania. Esa estrategia autodefensiva es hasta cierto punto lógica en una gran potencia militar pero que solo supone el 2% del PIB global.

La pica clavada en Venezuela sería, por ello, un complemento más a la anexión de Crimea y a la intervención militar para salvar el régimen de Damasco. Desde el año 2000 Venezuela ha comprado armamento ruso, incluidos 24 cazas Su-30MK2, por 4,000 millones de dólares. Rusia ha prestado además a Caracas unos 17,000 millones, solo por detrás de China.

Rosneft, responsable del 41% de la producción petrolera rusa y un instrumento clave de la política exterior del Kremlin, está ayudando al país caribeño a burlar las sanciones de EU. Su director ejecutivo, Igor Sechin, asiduo visitante de Caracas, ha prometido que Rosneft “nunca abandonará Venezuela”.

En los últimos días han atracado en el puerto de Jose, el principal muelle petrolero venezolano, cargueros con bandera de Malta y Liberia pero bajo contrato con Rosneft transportando diluyentes para que la estatal PDVSA siga refinando y exportando crudo. Rosneft tiene además participaciones en yacimientos de oro, diamantes, coltán y torio, que Caracas se está viendo forzado a vender a precios de saldo para conseguir liquidez.

El problema para Rusia es que el derrumbe económico de Venezuela está desestabilizando toda la región. Y Brasil es su socio con China, India y Suráfrica (BRICS). Moscú se benefició del aura heroica que tuvo la Cuba castrista, pero según los sondeos de Latinobarómetro esta vez la opinión pública regional percibe el régimen de Maduro como una plutocracia corrupta.

Las mínimas reservas internacionales venezolanas están congeladas. La producción petrolera ha caído dos tercios en los últimos cinco años. Debido a las sanciones de Trump, según estimaciones de diversas consultoras del sector, las exportaciones han pasado de 1,5 millones de barriles en enero a 650,000 en la primera mitad de marzo, un 43% menos.

Si se mantiene la tendencia, el país pronto carecerá de divisas para importar alimentos y medicinas, el 75% de los que consume. Y es casi imposible que Rusia o Cruz Roja cierren esa brecha. Por otra parte, a diferencia de Siria, Venezuela está muy lejos de Rusia. Otra pregunta sin respuesta es ¿cómo se hace para producir petróleo si no hay energía eléctrica? ?



regina