Historias

Soldado de origen mexicano admite abandonó de su unidad en juicio por deserción

2007-03-06

El caso de Aguayo ha provocado incluso la intervención de las autoridades mexicanas, cuyo...

Berlín, (EFE).- El soldado estadounidense de origen mexicano Agustín Aguayo admitió hoy haber abandonado sin permiso su unidad ante el traslado de ésta a Irak, en el juicio por deserción iniciado ante un tribunal estadounidense en Würzburg (sur de Alemania).

Según su declaración, el soldado saltó por la ventana de su vivienda en la base estadounidense de Schweinfurt, a principios de septiembre de 2006, para escapar.

Con esta confesión del acusado se abrió el proceso por presunta deserción contra Aguayo, objetor de conciencia que puede ser condenado a hasta 7 años de cárcel.

Aguayo, soldado sanitario de 35 años, está encarcelado en la prisión militar estadounidense de Mannheim, desde el pasado octubre por huir un mes antes a ser trasladado de nuevo a Irak con su unidad, la Primera División de Infantería, con sede en Schweinfurt.

Un superior del soldado calificó el servicio prestado por éste como sanitario de "bueno", aunque precisó que para realizarlo correctamente debía estar dispuesto a tomar las armas, a lo que éste se niega.

El soldado, que tiene doble nacionalidad y también pasaporte mexicano, ingresó en el ejército en el año 2003 y estuvo a partir de 2004 un año en Irak, aunque no portaba armas.

Ante el traslado de su unidad de nuevo a Irak en septiembre de 2006, Aguayo huyó a Estados Unidos y tres semanas después se entregó a sus autoridades, que dictaminaron su ingresó en la prisión militar de Mannheim.

Aguayo trata desde hace tres años, tras haber cumplido ya uno de servicio en Irak, de ser reconocido por el Ejército estadounidense como objetor de conciencia, aunque su solicitud ha sido rechazada sin argumentación, rechazo contra el que planteó recurso.

Las ONG que siguen el caso en Alemania señalaron con motivo del comienzo del proceso que el recurso de Aguayo fue rechazado por un tribunal militar hace un mes.

Ello supone un reconocimiento indirecto de que los militares son competentes a la hora de decidir sobre solicitudes de objeción de conciencia.

Eso atenta contra la resolución de la comisión de DDHH de la ONU que atribuye esa competencia únicamente a gremios imparciales e independientes, según denunciaron ONG como el Military Counseling Network (MCN).

En su recurso, Aguayo recordaba su año de servicios como sanitario en una unidad militar estadounidense destinada en la localidad iraquí de Tikrit, donde, como soldado no combatiente, participó incluso en patrullas que "podían ser mortales tanto para americanos de EEUU como para iraquíes".

"Lamento mi participación porque en el fondo fue una aportación a la guerra. Me declaro objetor de toda guerra sobre la base de mi educación religiosa y de mi fe. Debo defender mis principios y valores morales y dejarme conducir por mi conciencia. Por eso no pienso acudir esta vez al traslado de mi unidad", afirmó el soldado en su solicitud.

El caso de Aguayo ha provocado incluso la intervención de las autoridades mexicanas, cuyo Gobierno anunció el pasado 21 de febrero que condena el proceso contra el soldado sanitario.

"Es un preso de conciencia y una nueva víctima del afán militar del presidente George W. Bush", afirmó entonces el senador del Partido de la Revolución Democrática mexicano Silvano Aureoles.



AAG

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