Internacional - Política

PSOE gana elecciones pese al auge de extrema derecha

2019-04-29

Con cerca del 100% de los votos contados, el partido del presidente del gobierno, Pedro...

Por TERESA MEDRANO y ARITZ PARRA

MADRID (AP) — El Partido Socialista ganó el domingo las elecciones generales en España, pero necesitará pactos para renovar su gobierno, mientras que el otrora dominante Partido Popular perdió más de la mitad de sus diputados ante la irrupción de la extrema derecha en la cámara baja por primera vez en cuatro décadas.

Con cerca del 100% de los votos contados, el partido del presidente del gobierno, Pedro Sánchez, tenía 123 escaños, el equivalente al 28,6% de las boletas, pero se quedó lejos de los 176 que otorgan la mayoría parlamentaria. Al otro lado del espectro político, Vox, que hasta hace unos meses era una formación residual, entró con fuerza al Parlamento: la extrema derecha tendrá 24 representantes por primera vez desde la década de 1980.

En su discurso ante sus simpatizantes, Sánchez dijo que abrirá un proceso de diálogo con otras formaciones políticas para intentar forjar la que podría ser la primera coalición de la democracia española.

“No vamos a poner cordones sanitarios. La única condición es respetar la Constitución, avanzar hacia la justicia social, la convivencia y la limpieza política”, declaró desde un podio instalado en el exterior de la sede del partido, en el centro de Madrid.

Sánchez, que estuvo acompañado por varias responsables del partido y por su esposa, escuchó cómo la militancia coreó en varias ocasiones “¡Con (Albert) Rivera no!”, en referencia a un posible pacto con el partido de centroderecha Ciudadanos, que fue uno de los grandes vencedores de la noche y se coronó como tercera fuerza política con 57 parlamentarios.

Su socio de gobierno más probable seria el partido antiausteridad Unidas Podemos, que junto a su afiliado catalán ECP-Guanyem, y pese a recibir menos apoyos que hace tres años, sacó 42 representantes. Como ya hizo en campaña, durante la noche electoral su líder, Pablo Iglesias, se mostró abierto a negociar con el PSOE.

“Las fuerzas progresistas en su conjunto tienen más peso parlamentario que la derecha y la extrema derecha”, apuntó.

Los españoles acudieron a votar en masa en una soleada y calurosa jornada en la que la participación alcanzó el 75,75%, o 26,3 millones de electores, según el Ministerio del Interior, frente al 66,48% de las últimas elecciones generales de 2016, que fue la más baja en democracia.

Frente al auge de la extrema derecha en otras naciones de todo el mundo, en la victoria de la izquierda jugó un papel importante el rechazo a la propuesta de Vox, señaló Cristina Ares, experta en política de la Universidad de Santiago de Compostela.

“El rechazo tiene que ver también con el modelo territorial, porque los distintos partidos que no son de ámbito estatal suben”, señaló Ares. “Es una movilización contra ese discurso centralizador, a favor del estado de las autonomías y también para evitar un gobierno tan a la derecha con capacidad de influencia de Vox”.

El descontento entre los votantes españoles aumentó a medida que el país enfrentó una recesión, recortes por la austeridad, escándalos de corrupción, divisivas demandas de independencia desde Cataluña y un auge del nacionalismo de derechas que no se veía desde el final de la dictadura del general Francisco Franco a finales de la década de 1970.

La entrada de Vox en el Parlamento redefinió el reparto de fuerzas en la derecha española. El conservador Partido Popular, que fue el más votado en 2016, sufrió una contundente pérdida de respaldos y pasa a apenas 66 representantes desde los 137 de la última legislatura.

“Nos va a tocar luchar mucho todavía. Esto es sólo el principio. Podemos decir con toda claridad a toda España que Vox ha venido para quedarse”, declaró el presidente y candidato de esa formación, Santiago Abascal, a sus simpatizantes.

Vox, que se fundó a finales de 2013 e hizo campaña en base a una defensa de España contra el separatismo, la inmigración musulmana, el feminismo y los progresistas, se llevó gran parte de los votos del Partido Popular.

El candidato del PP, Pablo Casado, reconoció que el resultado de su partido era “muy malo” y lamentó la fragmentación de la derecha que, según dijo, “sólo ha favorecido un gobierno de Pedro Sánchez”.

Aunque las encuestas preveían una caída en la formación conservadora, “no se esperaba de esta dimensión. Es fruto en buena parte de su error estratégico, queriendo competir tanto en políticas y temas con Vox, como de su propio estilo (...) que no se corresponde con un perfil institucional de un partido como el PP”, apuntó Ares.

Pese al importante crecimiento de Ciudadanos, su presidente Albert Rivera parecía abocado el domingo a ocupar la bancada de la oposición.

“Vamos a hacer una oposición leal a la Constitución, una oposición leal a la economía de mercado, a Europa, a la sociedad de bienestar, a los valores constitucionales. A los que gobiernan los vamos a seguir muy de cerca”, manifestó Rivera.

Los partidos independentistas de Cataluña, una región del noreste cuyo intento fallido de secesión a finales de 2018 provocó una aguda crisis de la democracia española, registraron también un importante impulso. Esquerra Republicana de Cataluña tendrá 15 representantes, frente a los nueve de la anterior legislatura, y la formación del expresidente Carles Puigdemont, Junts per Catalunya, logró siete representantes.

Los resultados consolidan la fragmentación de la política española, que comenzó en las europeas de 2014 con el surgimiento de Ciudadanos y Podemos, que acabaron con décadas de bipartidismo entre el PP y el PSOE.

Sánchez convocó a las elecciones tras ver rechazado su presupuesto en el Congreso de los Diputados ante la oposición conservadora de centroderecha y los separatistas catalanes.

Además de los 350 diputados que ocuparán el Congreso de los Diputados, que son los encargados de elegir al nuevo presidente del gobierno, en los comicios se elegían también 208 escaños en el Senado, clave para la aprobación de leyes.

Con más del 95% del conteo completado, el control de la cámara alta dio un giro radical. Los socialistas sacarían 122 representantes frente a los 55 de los “populares”, revirtiendo la mayoría de 130-43 obtenida por los conservadores en los últimos comicios. Vox, que tenía un senador por asignación regional tras su buen desempeño en las autonómicas de Andalucía, no obtendría más representación.

Por primera vez desde la transición democrática de la década de 1970, más de 100,000 personas con minusvalías psíquicas pudieron votar en unas elecciones generales.



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