Vox Dei

"Les doy un mandamiento nuevo: que se amen los unos a los otros"

2019-05-19

Cuando Judas salió del cenáculo, Jesús dijo: “Ahora ha sido glorificado...

Evangelio, Juan 13, 31-33. 3435

«Ahora ha sido glorificado el Hijo del hombre y Dios ha sido glorificado en él”

Cuando Judas salió del cenáculo, Jesús dijo: “Ahora ha sido glorificado el Hijo del hombre y Dios ha sido glorificado en él. Si Dios ha sido glorificado en él, también Dios lo glorificará en sí mismo y pronto lo glorificará.

Hijitos, todavía estaré un poco con ustedes. Les doy un mandamiento nuevo: que se amen los unos a los otros, como yo los he amado; y por este amor reconocerán todos que ustedes son mis discípulos”.

Reflexión

S.S. Papa Francisco

«Si os amáis unos a otros”

En algunos parques de diversiones uno encuentra los letreros que dicen dónde están los juegos más importantes. Estos letreros, a diferencia de los letreros de tránsito que indican solo la dirección, tienen un dibujo más o menos cercano a lo que el juego representa.

En el Evangelio, Jesús nos pide que seamos como esos letreros, que no solo dicen que se aman, sino que realmente viven el amor, que se manifiesta en las imágenes, en los gestos, en las palabras y, sobre todo, en la escucha a los demás. Es muy triste ver cómo algunos son como letreros de tránsito, y peor aún, letreros de tránsito deficientes, que no indican el verdadero amor, pues dicen amar una cosa, pero realmente aman otra; deficientes porque están cubiertos por árboles que se ponen delante de ellos, árboles de egoísmo; deficientes porque están llenos de grafitis o etiquetas y no manifiestan el amor auténtico, sino que está sustituido por muchos otros objetos.

Seamos letreros que sepan indicar con claridad y con eficiencia ese amor al cual el Señor nos llama a comunicar y pidámosle la gracia de realmente ser capaces de amar.

«Creo que la preocupación surge cuando a nosotros, cristianos, nos abruma pensar que solo podemos ser significativos si somos la masa y si ocupamos todos los espacios. Vosotros sabéis bien que la vida se juega en la capacidad que tengamos de “ser fermento” allí donde nos encontremos y con quien nos encontremos, “aunque eso aparentemente no nos aporte beneficios tangibles e inmediatos”. Porque cristiano no es el que se adhiere a una doctrina, a un templo o a un grupo étnico. Ser cristiano es un encuentro, un encuentro con Jesucristo. Somos cristianos porque hemos sido amados y encontrados, y no gracias al proselitismo. Ser cristianos es reconocerse perdonados, reconocerse llamados a actuar del mismo modo que Dios ha obrado con nosotros, porque “en esto conocerán todos que sois discípulos míos: si os amáis unos a otros”.»



JMRS
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