Nacional - Política

Gestionan reanudación diálogo con el EZLN

2019-05-27

Al cabo de varias semanas de tensas conversaciones en la catedral de San Cristóbal de las...

Por Marcos Romero

(ANSA) - CIUDAD DE MEXICO, 27 MAY - Más de dos décadas después de interrumpido el diálogo entre el gobierno y la guerrilla alzada en armas en las montañas del sureste de México comenzaron a realizarse gestiones para una posible reanudación de las negociaciones entre las partes.
    
El 1 de enero de 1994, el Ejército Zapatista de Liberación Nacional (EZLN), integrado en su mayoría por indígenas, declaró la guerra al gobierno con demandas de libertad, justicia y libertad, en el estado de Chiapas, frontera con Guatemala.
    
Después de algunas escaramuzas en diversas ciudades de esa provincia, que duraron alrededor de 12 días, con saldo de más de 200 muertos, se declaró una tregua para dar lugar al diálogo de paz, encabezado por el entonces excanciller Manuel Camacho y el estratega zapatista conocido como subcomandante Marcos.
    
Al cabo de varias semanas de tensas conversaciones en la catedral de San Cristóbal de las Casas, con la mediación de la jerarquía católica y el entonces obispo Samuel Ruiz, se alcanzaron varios acuerdos.
    
En marzo de 1995, el Congreso aprobó la Ley de Derechos y Cultura resultado de estas conversaciones, pero a fines de 1996 el diálogo entre el gobierno federal y el EZLN se interrumpió indefinidamente.
    
La insurgencia argumentó la reticencia oficial de cumplir con los denominados Acuerdos de Paz de San Andrés y el impulso de grupos paramilitares y acciones de contrainsurgencia promovidos por los gobiernos federal y local.
    
En 1998 el gobierno del entonces presidente Ernesto Zedillo presentó una nueva propuesta que no fue aceptada por los rebeldes, principalmente porque no garantizaba el cumplimiento de las demandas zapatistas, y en el 2000 el nuevo mandatario Vicente Fox se comprometió a resolver el conflicto "en 15 minutos".
    
Sin embargo, tampoco se pudo avanzar y al final el diálogo entre las partes se mantuvo interrumpido hasta ahora.
    
Este fin de semana, la Comisión Bicameral de Concordia y Pacificación del Congreso, anunció sin embargo que pedirá a la ministra de Gobernación, Olga Sánchez, que dé a conocer la postura del gobierno ante las exigencias del EZLN con vistas a una posible reactivación del diálogo de paz.
    
El presidente de la Comisión, Eduardo Zarzosa, del opositor Partido Revolucionario Institucional (PRI, centro) indicó en un comunicado oficial que los legisladores integrantes consideran "que le vendría muy bien al país que se concretara una paz duradera en Chiapas" ante el clima de violencia que se vive.
    
El legislador señaló que "es primordial que el Congreso realice un diagnóstico de los últimos 25 años y un comparativo de las reformas en materia indígena" que se han realizado y apremió a la ministra a promover el diálogo, buscando "las condiciones para realizar un encuentro con el EZLN".
    
"No es un tema fácil, pero debemos impulsar acciones que den continuidad a las negociaciones entre el gobierno federal y los integrantes del EZLN y lograr la paz duradera de la región", señaló.
    
Zarzosa dijo que es obligación de la comisión que preside "coadyuvar en las bases para el diálogo y negociación y generar los escenarios que faciliten la suscripción de acuerdos entre ambas partes".
    
"Sería un gran paso si lográramos sentar a las partes y reanudar el diálogo, lo ideal sería concretar la paz; sin embargo, de lo deseable, hay que ver qué es lo posible", expuso.
    
Sin embargo, la guerrilla zapatista mantiene una actitud hostil hacia el presidente Andrés López Obrador, desde que asumió su cargo el 1 de diciembre pasado sobre todo por sus grandes obras de infraestructura como el llamado "Tren Maya" y una termoeléctrica en el estado sureño de Morelos.
    
Según el movimiento rebelde López Obrador "sigue el mismo camino de sus tres predecesoras, aunque con más brutalidad y cinismo si posible fuera". El mandatario fue acusado de "dar continuidad a las políticas macroeconómicas de los anteriores gobiernos, estableciendo una austeridad y restricciones fiscales que no se veían" en los últimos 40 años.



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