Calamidades

La tormenta que se avecina

2019-05-28

A principios de año se anunció que las compras consolidadas de medicamentos...

Por José Romero | Revista Siempre

Desde marzo del 2019, los diferentes actores que integran el Sistema Nacional de Salud (SNS) han estado al filo de sus asientos. El poder de facto de la Oficial Mayor de la Secretaría de Hacienda y Crédito Público (SHCP), la Maestra Raquel Buenrostro, quien concentra mayor autoridad que su jefe, el titular de la SHCP, Carlos Urzúa, ya tiene saldo negativo: el desabasto de medicamentos y la renuncia de Germán Martínez al Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS). El presidente Andrés Manuel López Obrador se justifica y no escatima esfuerzo en culpar al llamado neoliberalismo.

Los admirables ideales de la administración han sido muy claros: primero, acabar con la corrupción en todos los niveles del Sistema Nacional de Salud (SNS), aunque haya contrariedades como el caso del delegado en Jalisco, Carlos Lomelí, quien fue denunciado por la organización Mexicanos Contra la Corrupción. Segundo, aumentar el ahorro en la compra de medicamentos, aunque esto pueda representar un grave desbasto. Tercero, crear un sistema de salud con medicamentos gratuitos para todos los mexicanos.

Los pasos que se han tomado para llegar a estas metas son, por decir lo menos, cuestionables; especialmente cuando los problemas que se buscaba atacar no han cambiado en absoluto y por la falta de conocimiento se agravan los problemas y se dista del propósito final.

Complejas compras consolidadas

A principios de año se anunció que las compras consolidadas de medicamentos serían diferentes en la actual administración. Esta es la decisión más polémica y con la que ha estallado la crisis en el sistema de salud.

En esta ocasión ya no será el IMSS quien dirigirá la compra consolidada; sino que el gobierno federal, a través de la Secretaría de Salud y con el acompañamiento de la SHCP, convocó a las entidades a este primer ejercicio bajo el modelo de entrega en especie. Además abastecerá al propio IMSS, ISSSTE, PEMEX, SEDENA y SEMAR con medicamentos e insumos para la salud.

Los fundamentos utilizados para esto tuvieron que crearse y publicarse al Diario Oficial de la Federación (DOF), además de generar documentos inter-secretariales para coordinar la compra y distribución, aunque en la práctica lleva un retraso y Hacienda muestre desconocimiento en la logística y distribución de los fármacos violando diversas disposiciones como es la NOM-059-SSA1-2015 de buenas prácticas de fabricación de medicamentos, misma que garantiza la calidad durante todas las etapas de la cadena de suministro, desde el sitio de fabricación hasta la farmacia.

En ese contexto, para el Jefe del Ejecutivo los responsables de la corrupción en el sector son las empresas distribuidoras; y como parte de sus acciones, optó por vetar a las 3 empresas más grandes de país. El mal necesario, pero justificable por el conocimiento y la infraestructura. Al “eliminar” a los distribuidores más capaces y ejecutando el modelo centralizado, se reduciría la frecuentemente citada corrupción en el sector salud.

Desde la publicación del veto a estas distribuidoras, un gran número de contenido noticioso ha cubierto la falta de sustento legal para ejercer el veto y las consecuencias de dejar fuera a las tres empresas más importantes del sector.

Primera consecuencia del nuevo modelo

El pasado 17 de mayo, la SHCP emitió un oficio con el número 700.2019 dirigido al Director de Administración del Instituto Mexicano del Seguro Social, el Dr. Flavio Cienfuegos Valencia.

En este documento, la Oficial Mayor de la SHCP, Mtra. Raquel Buenrostro, solicita el apoyo del IMSS para: “(…) coordinar al grupo de trabajo integrado por las unidades administrativas de las dependencias y entidades involucradas en el proceso de compra consolidada (…) con objeto de realizar una propuesta de estrategia, planeación, programación y diseño de los procesos resultantes de la compra mencionada, que incluya el análisis de la red institucional de distribución, las capacidades técnicas, financieras y humanas (…) así como los procesos normativos (…)”.

En resumen, significa que Hacienda será quien efectúe la compra del medicamento; esto con el propósito de garantizar el pago a los ganadores de la licitación. El IMSS será el responsable de invertir recursos y tiempo en el diseño de un plan de distribución, almacenamiento y conservación de los medicamentos a nivel nacional.

Esta solicitud transforma al Instituto en un gran almacén y la nueva distribuidora de medicamentos, sin importar que las mismas clínicas del IMSS no cuentan con suficiente infraestructura y recursos para esta labor, además de que se violan normas como la NOM-036-SSA2-2002 para prevención y control de enfermedades y la NOM-073-SSA-2015 relacionada con la estabilidad de fármacos y medicamentos.

El poder de facto de la Oficial Mayor, Raquel Buenrostro es grave y es cómo se justifica la razón por la que Germán Martínez Cázares renunció a la dirección del IMSS.

Consecuencia más urgente del nuevo modelo

La renuncia de Martínez Cázares no es la consecuencia más grave, aunque su carta hace una fuerte crítica a algunos partícipes del modelo conocido como la “Cuarta Transformación”.

El 22 de mayo, se reportó que 24 estados tienen un severo desabasto de diversos medicamentos, así como una grave ausencia de médicos y personal de enfermería que proporcionan servicio.

El desabasto tiene raíz en dos decisiones: la primera fue la cancelación de contratos con distribuidoras. Estos contratos fueron celebrados en agosto del 2018 y buscaban mantener el abasto hasta la próxima compra consolidada, que se efectuará hasta principios de julio.

La segunda, es que la Secretaría de Hacienda ha congelado más de 790 millones de pesos destinados al sector salud a nivel federal. Entre los servicios previstos en este presupuesto, se encuentran servicios personales, gastos operativos y programas de prevención.

La razón por la que Hacienda ha congelado este presupuesto, es nuevamente el combate a la corrupción bajo la política de austeridad de la administración. Mientras tanto, pacientes viven enfermos; pero no saben de qué y no tienen manera de curarse.

Métodos controversiales

Como parte de la estrategia de reducción de precios en el modelo centralizado de las compras consolidadas, la Secretaría de Salud publicó dos acuerdos en el DOF; ambos conectados a la regulación de medicamentos foráneos.

En el primero, se establece que las evaluaciones de agencias reguladoras extranjeras pueden ser equivalentes a las que hace la Comisión Federal para la Protección contra Riesgos Sanitarios (Cofepris).

En el segundo, se abre la posibilidad de registro ante la Cofepris únicamente con la presencia de un medicamento en la Lista de Medicamentos Precalificados de la Organización Mundial de la Salud.

Esto es un movimiento poco meditado por parte del gobierno, explican expertos de la industria; simplemente porque es una estrategia enfocada en reducción de precios, pero no en asegurar la calidad y eficacia terapéutica del producto farmacéutico terminado.

Preocupación de la industria

La publicación de las pre-bases de la convocatoria a la compra consolidada generó alarma a la industria farmacéutica mexicana. Entre sus preocupaciones se encuentran temas de organización, legales, de seguridad, incertidumbres sociales y efectos negativos a la economía mexicana.

En la organización de la compra, la industria objeta en que únicamente podrán participar los titulares o representantes legales con un registro de medicamento. Con esto, quedan fuera todas las distribuidoras, dejando únicamente a laboratorios farmacéuticos sin capacidad de mover el medicamento a quien lo necesita.

En los temas legales, expresan que la Ley de Adquisiciones, Arrendamientos y Servicios del Sector Público (LAASSP), obliga a que una licitación internacional respete los tratados de libre comercio y a que antes de efectuar la compra se publique el estudio de mercado internacional.

En temas de seguridad, preocupa la falta de infraestructura del gobierno y de las farmacéuticas para distribuir; así como la presencia de laboratorios foráneos sin estudios adecuados.

En temas sociales, inquieta que a causa de la falta de garantía de seguridad, se exacerbe la actual crisis de desabasto y existan aún más personas sin medicamento.

Por último, en temas de la economía mexicana, la industria tiene la preocupación generalizada que la dilución de la contratación genere un déficit y retraso en los pagos, obligando a las farmacéuticas a subir el precio en la siguiente licitación para cubrir los costos de fianza al gobierno.

Cielo nublado en salud

Los preparativos para abastecer al país de medicamentos gratuitos han sido demasiado turbulentos. Y esto sólo fue el despegue de la estrategia lopezobradorista para avanzar un sistema integral de salud.

Si en el camino ya hay pérdidas sustanciales a la integridad de institutos, individuos, profesionales médicos, pacientes e iniciativa privada ¿qué será cuando un proveedor no pueda cumplir? ¿O cuándo la distribución estatal lleve medicamentos en transportes no adecuados y causen daños a la salud?

Podemos llamar a este texto de diversas maneras: la punta del iceberg o la calma antes de la tormenta, pero estas son sólo metáforas para un horror que se avecina con ímpetu. Cuidemos nuestra salud, México, no tendremos el lujo de enfermarnos en unos meses.



Jamileth