Internacional - Seguridad y Justicia

Nxivm utilizaba espionaje informático contra sus enemigos

2019-05-29

El martes, durante el juicio por extorsión y tráfico sexual contra el líder de...

Por Colin Moynihan | The New York Times


El multimillonario Edgar M. Bronfman Sr. le dijo en 2003 a la revista Forbes que Nxivm, el supuesto grupo de autoayuda y empoderamiento, era un culto. Poco después algunos de sus miembros idearon un plan para hackear su computadora y espiar sus correos electrónicos, según una de las personas involucradas en esa operación.

El martes, durante el juicio por extorsión y tráfico sexual contra el líder de Nxivm, Keith Raniere, una mujer llamada Daniela fue citada como testigo y describió los esfuerzos del grupo por mantenerse al tanto de las actividades de Bronfman, quien murió en 2013. La testigo dijo que también vigilaron a otras personas que consideraban como sus enemigos.

Como los correos electrónicos enviados a la cuenta de Bronfman, que contenían un software espía, no fueron abiertos, su hija Clare Bronfman, quien también tenía un alto rango en Nxivm, instaló el programa directamente en la computadora de su padre según declaró la testigo, a quien los fiscales solo identificaron por su nombre.

Daniela contó que así pudo averiguar la contraseña de la cuenta de AOL de Bronfman.

“Pude leer toda su correspondencia”, testificó Daniela. “Yo revisaba metódicamente cada uno de sus correos”.

También dijo que cortaba y pegaba los correos electrónicos en un archivo, los transfería a una unidad USB y luego se los entregaba a Raniere, quien parecía estar “satisfecho” con su trabajo.

Bronfman fue el expresidente de la Compañía Seagram, un importante filántropo y presidente del Congreso Judío Mundial. Sus hijas, Clare y Sara se unieron al grupo de Raniere, y según algunos miembros de Nxivm, Sara lo apoyaba financieramente.

En 2003, Bronfman le dijo a la revista Forbes que, aunque una vez tomó un curso de Nxivm, estaba preocupado por el tiempo, el dinero y la inversión emocional que sus hijas habían puesto en la organización. “Creo que es un culto”, dijo en ese momento.

Anteriormente en el juicio, Stephen Herbits, un antiguo asociado de Bronfman, dijo que creía que el multimillonario había buscado la asesoría del experto en cultos Rick Ross con el fin de “proteger” a sus hijas. Recordó una comunicación “bastante hostil” entre Clare Bronfman y su padre, en la que este último negó haber financiado a Ross.

Daniela declaró que su monitoreo de los correos electrónicos de Bronfman se prolongó durante un largo período. “No fueron días, semanas o meses”, dijo. “Fue un tiempo bastante largo”.

Raniere, de 58 años, fue uno de los fundadores de Nxivm en la década de 1990, una organización que supuestamente era de autoayuda y cuya sede estaba cerca de Albany. Ahora está siendo enjuiciado por cargos de conspiración de extorsión, robo de identidad, extorsión, trabajo forzado, lavado de dinero, fraude electrónico y tráfico sexual.

Sus seguidoras consideran a Raniere como el hombre más sabio y más ético del mundo, pero los testigos y los fiscales dijeron que explotó a esas adeptas, algunos de las cuales fueron marcadas con sus iniciales y asignadas para tener relaciones sexuales con él.

En su segundo día de testimonio, Daniela dijo que entre 2004 y 2006 pasó gran parte de su tiempo con Raniere y observó sus esfuerzos para obtener la información personal y los registros bancarios de las personas que formaban parte de una “lista de enemigos” que él creía que iban a destruir a Nxivm.

Entre ellos estaban el experto en cultos Rick Ross y un hombre llamado Joe O’Hara, quien participó en procesos legales con miembros de Nxivm.

Su principal colaboradora en esas operaciones, según Daniela, era Kristin Keeffe, una miembro de Nxivm que estaba a cargo del departamento legal del grupo y que era conocida por su intensa lealtad a Raniere.

“Una vez me dijo que estaba dispuesta a recibir una bala por Keith”, dijo Daniela. “Ella era la que caería si algo pasaba”.

Keeffe y Raniere sabían que “algo de lo que estaban haciendo, al menos, no era kosher”, dijo Daniela y agregó que le quedó claro que Raniere, conocido como “Vanguardia”, era el que tomaba las decisiones.

En un momento dado, según la testigo, Raniere decidió investigar el caso de una estudiante de Nxivm llamada Kristin Snyder, quien presuntamente fue dada por muerta después de desaparecer y dejar una nota en la que mencionaba al grupo. Raniere pagó 24,000 dólares para obtener la contraseña de correo electrónico de Snyder, contó Daniela, y tenía la intención de demostrar que estaba viva y que la noticia de su muerte formaba parte de una conspiración.

“Keith creía que era un complot para crear publicidad negativa”, dijo.

Raniere se dirigió a ella para que lo ayudara a espiar a O’Hara y le preguntó si tenía algún contacto con habilidades de hackeo.

Daniela dijo que cuando cuestionaba cómo se podía reconciliar la piratería con los valores éticos que Nxivm pretendía promover, Raniere le contestó que el grupo estaba siendo amenazado por malhechores y por eso no podía limitar las armas que usaba.

Ella cuenta que Raniere le dijo: “Vamos a hacer cosas no éticas de una manera ética”, y agregó que ese argumento la convenció.

Daniela dijo que primero consultó a un hacker para obtener ayuda con el fin de obtener acceso a la computadora de O’Hara, pero fue rechazada. Así que aprendió tácticas de piratería, aprendió a enviar correos electrónicos con el software espía “keylogger” que registraba las pulsaciones de teclado y las capturas de pantalla y las enviaba en secreto a un servidor que había configurado.

Más tarde, Raniere y otros le pidieron que pirateara las cuentas de computadora de su hermana, Marianna, también miembro de Nxivm, de quien Raniere sospechaba que estaba en contacto con un exnovio.

Daniela dijo que colaboró en esa estrategia de espionaje pero que no leía los mensajes privados de su hermana.

“Sé que lo que hice estuvo mal”, dijo. “Me siento mal por haber contribuido a la manipulación y el abuso de mi propia hermana”.



Jamileth
Utilidades Para Usted de El Periódico de México