Ciudad polaca de Gdansk gana premio Princesa de Asturias como "símbolo" de libertades civiles

GDYNIA/MADRID (Reuters) - La Fundación Princesa de Asturias en España concedió el jueves al puerto de Gdansk, en norte de Polonia, el galardón Princesa de Asturias de la Concordia por considerarla un “símbolo histórico y actual de la lucha arriesgada por las libertades cívicas”.

El presidente del Consejo Europeo, el polaco Donald Tusk, y ganador del mismo premio a la Concordia en 2017, propuso la candidatura de la ciudad, entre otras figuras.

Gdansk ha tenido una historia moderna complicada. Fue la primera ciudad atacada por el ejército nazi cuando invadió Polonia durante la Segunda Guerra Mundial, lo que conllevó la destrucción del 90% de las edificaciones.

Posteriormente, sufrió la sumisión al sistema comunista por décadas y en sus astilleros está el origen del movimiento Solidaridad, que se erigió en protagonista del derrocamiento del régimen comunista en 1989 y cuyo líder, el Premio Nobel de la Paz Lech Walesa, fue en 1990 el primer presidente elegido democráticamente desde 1939.

“La historia y el presente de la ciudad de Gdansk son un ejemplo de sensibilidad ante el sufrimiento, de solidaridad, de defensa de las libertades y los derechos humanos y de extraordinaria generosidad”, reconoció el jurado al anunciar el galardón.

La ciudad, que conmemora en septiembre el 80º aniversario del inicio de la Segunda Guerra Mundial en Westerplatte, se vio sacudida en enero por el fallecimiento de su popular alcalde Paweł Adamowicz tras ser apuñalado por un enfermo mental durante un acto público.

Adamowicz estuvo en el cargo desde 1998 y promovió una serie de políticas sociales sobre la integración de la inmigración y la defensa del colectivo LGTB, pioneras en Polonia, que convirtieron a la ciudad en un referente de apertura y libertad en el país.

Con el nombramiento de Gdansk como ganadora del Princesa de Asturias de la Concordia ya se conocen por este año los ocho premiados de la trigésimo novena edición, que serán entregados en otoño boreal en Oviedo y que están dotados con una escultura de Joan Miró, un diploma, una insignia y la cantidad en metálico de 50,000 euros.

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