Internacional - Política

Los populares cierran filas ante la ofensiva de Macron para arrebatarles la presidencia de la Comisión Europea

2019-06-20

El francés, en nombre de los liberales, y Pedro Sánchez, al frente de los...

Por BERNARDO DE MIGUEL, El País

Bruselas 20 JUN 2019 - 14:46    CDT Las negociaciones a tres bandas entre conservadores, socialistas y liberales para repartirse los cargos europeos pendientes de renovación se han retomado en Bruselas a primera hora de este jueves, en un desesperado y fallido intento por desbloquear los nombramientos antes del Consejo Europeo que se prolongará hasta el viernes.

El Partido Popular Europeo ha cerrado filas para defender su derecho a presidir la Comisión Europea tras haber ganado las elecciones europeas del pasado 26 de mayo. Y se niega a prescindir de su candidato oficial, el alemán Manfred Weber, y sustituirlo por otro conservador como han llegado a sugerirle desde el bando de socialistas y liberales.

Las posiciones se anuncian tan alejadas que la canciller alemana, Angela Merkel, no descarta que la cumbre de jueves y viernes no logre ningún acuerdo sobre la cúpula comunitaria. "A la vista de las dificultades que hay, es posible que no podamos plantearle todavía una propuesta al Parlamento sobre la presidencia de la Comisión", advirtió Merkel a su llegada a la cumbre.

Berlín se conforma con llegar a un acuerdo antes del 2 de julio (primera sesión del Parlamento). Y otros países, entre ellos Holanda, ni siquiera contemplan ese plazo y consideran posible que el nuevo presidente se elija dentro de unas semanas o meses, lo que obligaría al actual presidente, Jean-Claude Juncker, a prolongar un mandato que expira el próximo 31 de octubre.

Los ánimos, a solo unos minutos de que arrancase la cumbre europea en Bruselas (a las tres de la tarde), se percibían encendidos, y entre los conservadores se aprecia una cierta indignación ante una escalada del enfrentamiento de la que culpan al presidente francés, Emmanuel Macron.

El francés, en nombre de los liberales, y Pedro Sánchez, al frente de los socialistas, exigen un cambio en la cúpula de la Comisión tras 15 años de presidencias conservadoras. Pero no disponen de mayoría suficiente, ni en el Consejo ni en el Parlamento Europeo, para forzar la alternativa.

Los socialistas parecen haber suavizado sus reclamaciones y se mostrarían dispuestos a aceptar un presidente conservador, siempre y cuando no fuera Weber. Entre los posibles recambios figuran desde el francés Michel Barnier y la danesa Margrethe Vestager hasta el croata Andrej Plenkovic o la mismísima Angela Merkel.

La carambola podría dar a los socialistas varios de los otros puestos, incluido el de Alto Representante de Política Exterior, con España como favorita para hacerse con el cargo. Pero Macron mantiene el pulso y fuentes comunitarias creen que puede "provocar un choque que desencadene una crisis institucional durante todo el verano".

La insistencia de Macron ha enconado los ánimos del PPE, cuyos principales dirigentes celebraron una cena de trabajo en Bruselas en la noche del miércoles. La consigna pactada durante el encuentro, según fuentes conservadoras, fue la de "cerrar filas frente a Macron". Y las mismas fuentes aseguran que la unidad del partido se mantendrá inquebrantable tanto en el Consejo Europeo, donde cuentan con siete presidencias de Gobiernos, incluida la canciller alemana Angela Merkel, como en el Parlamento, donde ocuparán 182 escaños (frente a 153 de los socialistas y 108 de los liberales).

Reparto de poder
"Macron disfraza de interés europeo una ofensiva que solo responde a intereses nacionales y en la cumbre europea los líderes del PPE le van a dejar claro que ya basta", aseguran fuentes conservadoras.

A pesar de todo, el presidente del Consejo Europeo, Donald Tusk, mantiene la esperanza de que entre hoy y mañana se pueda despejar los cinco grandes nombramientos en juego: las presidencias de la Comisión, del Banco Central Europeo, del Consejo Europeo y del Parlamento Europeo, y el Alto Representante de Política Exterior de la UE.

El reparto de los cinco puestos aspira a lograr un cierto equilibrio político, geográfico y de género. Pero la pieza más polémica y preciada, la presidencia de la Comisión, parece muy difícil de encajar y algunas fuentes comunitarias no descartan aplazar la decisión hasta la semana que viene o, incluso, hasta el verano.

Entre las vías para esquivar una grave crisis institucional se apunta la de eliminar a los dos máximos aspirantes sobre la mesa, Weber y el socialista Frans Timmermans. Pero esa decisión supondría ignorar al proceso de selección conocido con el término alemán de spitzenkandidat, un sistema impulsado en 2014 por el Parlamento Europeo que reserva la presidencia de la Comisión a los candidatos elegidos por los diferentes partidos políticos.

Fuentes comunitarias subrayan, sin embargo, que "a diferencia de hace cinco años, el Parlamento Europeo está muy dividido sobre el sistema del spitzenkandidat". Esa fractura, mucho más evidente entre los socialistas que entre los populares, podría abrir el camino para sortear un sistema que ha sido rechazado abiertamente por Macron y sus aliados liberales.

Los conservadores se resisten a dar ese paso y advierten que, si llega a producirse, serán Macron y Sánchez los que tengan que explicar por qué se aniquila un sistema que, por primera vez en la historia, vinculaba la elección del presidente de la Comisión a un proceso abierto y democrático.

División interna
Los dos bandos han intentado acercar posiciones, pero por ahora sin éxito.  La reunión a las ocho de la mañana entre los presidentes de gobierno de España y Portugal (por los socialistas), Croacia y Letonia (por el Partido Popular Europeo) y Holanda y Bélgica (por los liberales) solo ha confirmado la resistencia de los conservadores a ceder la presidencia de la Comisión Europea y su disposición a afrontar el choque con Macron.

Las reuniones posteriores de cada grupo han cavado aún más las trincheras. Macron, Sánchez y el primer ministro portugués, el socialista António Costa, han buscado mantener la alianza de socialistas y liberales de cara a la primera noche de cuchillos largos que se espera este jueves.

Los conservadores, por su parte, insistieron en su numantina defensa de la presidencia de la Comisión, que ocupan desde 2004. El líder de los populares españoles, Pablo Casado, incluso reclamó también la presidencia del Parlamento Europeo para su formación "porque es una institución importante para España y algunos de los partidos de los que se habla [para presidirlo] no han tenido una posición tan firme con el independentismo". Casado parece aludir a la fórmula barajada que podría dividir la presidencia del Parlamento en dos mandatos (de dos años y medio cada uno) y conceder uno de ellos a un representante de los Verdes.



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