Migración

El verano llega con muerte de inmigrantes a los Estados Unidos 

2019-06-27

El lunes el salvadoreño Oscar Alberto Martínez Ramírez, de 25 años, y...

 

(ANSA) - TEXAS, 27 JUN - El verano tórrido e impiadoso llegó a la frontera entre México y Estados Unidos y las autoridades de ambos países temen el peor escenario de muerte para muchos centroamericanos, que huyen desesperados de sus tierras en busca de un futuro mejor tras las tragedias ocurridas en estos días.
    
Se presume que antes que el otoño atempere las temperaturas en la zona, muchas vidas desafortunadas quedarán en el camino como las del guatemaltecos y su pequeña hija, ahogados en el río Bravo y cuya foto impactó al mundo en las últimas horas, o la hondureña caída de un tren y arrollada por la formación.
    
Esas muertes adquieren resonancia pública, pero muchas otras no. Sin embargo, son vidas desperdiciadas, decesos que gestan la angustia y la desazón de vivir en condiciones de extrema pobreza, sin trabajo, sin futuro, y, muchas veces, bajo la violencia política y las persecuciones.
    
El estío se avecina peligroso y letal en la frontera mexicano-estadounidense, donde el año pasado se registraron 283 muertes de inmigrantes en los 3 mil 200 kilómetros de frontera, según datos de Oficina de Aduanas y Protección Fronteriza (CBP) de Estados Unidos. No se ha dado a conocer hasta el momento el número de decesos en lo que va del año, pero por el aumento del flujo migratorio, la dureza de Washington y lo que recientes tragedias insinúan, 2019 puede ser el peor de todos.
    
El lunes el salvadoreño Oscar Alberto Martínez Ramírez, de 25 años, y su hija Angie Valeria Martínez Ávalos, de 23 meses, murieron ahogados en las aguas turbulentas del río Bravo (o río Grande), que separa México y Estados Unidos.
    
Horas después, una mujer de 20 años, identificada como Waldina, que viajaba clandestinamente en el techo de un tren rumbo a Estados Unidos en Huichipan, el estado mexicano de Hidalgo, se quedó dormida y cayó a las ruedas de la formación.
    
Ayer, el cuerpo de otra mexicana fue hallado flotando en el canal Riverside, cerca de Herring Road, en Clint (Texas), de acuerdo con la Oficina del Alguacil del Condado de El Paso.
    
La mujer era Natividad Quinto Crisostomo, de 19 años, de Paracho, Michoacán (México), según informó el portal local de noticias KTSM.
    
Además, días atrás dos bebés, un niño y una mujer de origen guatemalteco fueron encontrados sin vida en el Valle del Río Grande, cerca de la frontera entre Estados Unidos y México bajo un calor abrasador.
    
Las cuatro víctimas perecieron a causa del calor después de vadear el río, comentó un funcionario policial mexicano. A principios de mayo, por otra parte, el cuerpo de un bebé de 10 meses fue recuperado de las aguas del Río Grande por el Departamento de Bomberos de Eagle Pass, Texas.
    
Según los bomberos, el gomón en la que viajaba un grupo de migrantes se volcó en medio del río, lanzando a todos los tripulantes al agua.
    
Además, el 13 de junio, la Patrulla Fronteriza Sector Tucson (Arizona) descubrió en el desierto el cuerpo sin vida de una niña de 7 años de edad originaria de la India.
    
El flujo de inmigrantes que han cruzado la frontera muestra números sin precedente en los últimos meses, alcanzando su punto más alto durante mayo, cuando fueron detenidos 84 mil adultos y niños que viajaban en grupos familiares. Desde el inicio del año, casi 500 mil inmigrantes fueron apresado en la frontera, dejando como resultado el hacinamiento en los centros de detención de Estados Unidos.
    
El número de migrantes es tan alto este año que eso ha vuelto los cruces todavía más peligrosos. El portavoz de la Patrulla Fronteriza estadounidense, Ramiro Cordero, comentó recientemente a medios de prensa de su país que en años anteriores se desplegaba a agentes cerca de las canaletas y se escuchaban los gritos de ayuda de los inmigrantes. Pero este año realizan otras tareas debido al gran número de personas que llegan a la frontera, algunas de ellas en mal estado de salud. "Desafortunadamente, debido a la llegada de tantos foráneos ilegales y la necesidad de enviar agentes a realizar otras labores, como traslado y escoltas hospitalarias, no hay muchos agentes que estén disponibles para escuchar los gritos de ayuda", dijo el funcionario.
    
Encima, la administración del presidente Donald Trump ha hostigado a los voluntarios que solían dejar agua en puntos críticos y asistencia médica, lo que muchas veces salvaba vidas de inmigrantes en medio del desierto y el calor abrasador.
    
El Departamento de Justicia procesó a un voluntario del grupo de ayuda No More Deaths (No más muertes) por cargos de conspiración por darles agua, alimentos y hospedaje a dos inmigrantes el año pasado, se exponía a 20 años de prisión pero el jurado no logró llegar a un veredicto.
    
El caso atemorizó a otros voluntarios y la ayuda es cada vez menos. Un bidón de agua en esa zonas es la línea que separa la vida de la muerte. 



regina