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"Asediados": miedo y desafío marcan la vida de la minoría hazara de Pakistán

2019-07-05

“Estamos viviendo asediados desde hace más de una década y media por los...

Por Gul Yousufzai | Reuters

HAZARA TOWN, Pakistán (Reuters) - Los altos muros que rodean los barrios de la asediada comunidad hazara en la ciudad de Quetta, en el suroeste de Pakistán, están diseñados para protegerlos de los extremistas, pero también sirven como un recordatorio constante de la amenaza que enfrentan.

Soldados y puestos de control reciben a los visitantes en Hazara Town, uno de los dos grandes vecindarios vigilados de la capital de Baluchistán, una provincia donde los grupos religiosos y sectarios a menudo atacan a los hazaras -en su mayoría chiíes- con bombas y armas.

Pese a la mejora de la seguridad en los últimos años, en parte porque la mayoría de los hazaras se trasladó a los enclaves custodiados, los militantes suníes de línea dura continúan con los ataques, como una explosión en abril que mató a 24 personas, entre ellas ocho hazaras.

“Estamos viviendo asediados desde hace más de una década y media por los ataques sectarios”, dijo Sardar Sahil, un abogado hazara y activista por los derechos humanos.

“Aunque todos estos puestos de control fueron establecidos para nuestra seguridad, creemos que nosotros quedamos aislados también de otras comunidades”, agregó.

Sahil lleva una pistola cada vez que sale de casa y confía en su fe como una segunda capa de seguridad.

“Beso la mano de mi madre y ella también me besa y me despide con sus oraciones y buenos deseos”, dijo Sahil a Reuters en su casa.

Los hazaras, que se dice descienden de los mongoles, que gobernaron todo Asia Central durante siglos, son fácilmente distinguibles en Pakistán por sus rasgos faciales.

Eso los ha hecho vulnerables a los ataques de grupos como Lashkar-e-Jhangvi (LeJ) y Estado Islámico tanto en Pakistán como en el vecino Afganistán, que también alberga a muchos hazaras.

Muchos negocios comunitarios que florecieron en los bulliciosos mercados mayoristas de Quetta han cerrado y se han mudado a Hazara Town o a Mari Abad, otra barriada hazara.

Pero la comunidad es desafiante. Algunos todavía se aventuran en Quetta en busca de trabajo, mientras que otros mantienen sus empresas funcionando.

La comunidad de Quetta celebró su primer Día de la Cultura Hazara esta semana para celebrar y mostrar su historia, música y tradiciones.

La comunidad se esfuerza por mantener sus protestas pacíficas pese a los intentos de los militantes de enfrentar a personas de diferentes sectas entre sí, dijo Abdul Khaliq Hazara, presidente del Partido Democrático Hazara (HDP, por sus siglas en inglés), que tiene dos representantes de la asamblea provincial.

Los medios locales suelen representar a los hazaras como objetivos de ataques sectarios o protagonizando sentadas para exigir más protección, pero la comunidad se está desarrollando y creciendo, dijo el especialista en artes marciales Nargis Hazara.

“Cada uno de nosotros tiene un sueño, un objetivo y una meta en nuestro corazón, que es cambiar la imagen de los hazaras en el mundo y, especialmente, en Pakistán”, agregó el joven de 20 años, que se convirtió el año pasado en el primer ganador de una medalla en karate en los Juegos de Asia.



regina

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