Nacional - Economía

Fracasa Cruzada contra el Hambre

2019-08-06

Según un estudio oficial recién difundido, la estrategia no fue capaz de cumplir su...

 

(ANSA) - CIUDAD DE MEXICO.- La Cruzada contra el Hambre, una de las apuestas más emblemáticas lanzadas por el gobierno del ex presidente Enrique Peña (2012-2018), resultó en un clamoroso fracaso.
    
Según un estudio oficial recién difundido, la estrategia no fue capaz de cumplir su principal cometido: llevar alimentos a la mesa de los más pobres de este país. El informe, elaborado por el gubernamental pero autónomo Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social (Coneval), señala que el programa no permitió que más de 25 millones de mexicanos (20% de la población total) cubriera sus más elementales necesidades de supervivencia.
    
Las personas pertenecientes a esa franja demográfica, en consecuencia, pasaron hambre a pesar de que el gobierno de Peña ofreció que trabajaría para satisfacer sus necesidades alimentarias básicas, indicó el reporte.
    
La cruzada fue lanzada en enero de 2013 bajo la promesa de acabar con el hambre en el país, pero seis años después la situación en que vive la parte más castigada de los 52,4 millones de personas en situación de pobreza contabilizados por Coneval sigue siendo precaria.
    
La reducción a cero del hambre en el país parecía un objetivo alcanzable al iniciar la gestión de Peña, en diciembre de 2012, y se enfocó en siete millones de personas que conforman el universo de personas en situación más crítica, calificados por los medios como "los pobres entre los pobres".
    
Sin embargo, ni siquiera este objetivo de llevar comida a las personas en condiciones de miseria extrema fue cumplido.
    
Solo un año después de entrar en operación la campaña, las personas con "carencia por acceso a la alimentación", como se conoce en el lenguaje especializado a este segmento ubicado en la parte más baja de la pirámide social, aumentaron de 27,4 a 28 millones, de acuerdo con el estudio.
    
Aunque en 2006 la cifra bajó a 24,6, dos años después se incrementó nuevamente a 25,5 millones, según las conclusiones del informe del Coneval.
    
En suma, en los dos últimos años del sexenio de Peña la cifra de los más pobres se incrementó en 900,000 personas, en términos absolutos.
    
A finalizar su gestión, y después de esta serie de altibajos, la cruzada logró que el grupo de carenciados se redujera en 1,9 millones de personas.
    
A ello se agrega el aumento en el costo de la canasta básica, que pasó de 824 a 1.113 en el ámbito rural (alrededor del 25%) y de 1.158 a 1.556 en el urbano (casi un 40%).
    
La única buena noticia de este documento revelador es que la población debajo de la línea de pobreza, a la que no le alcanza para adquirir una canasta básica, aunque destine para ello todos sus ingresos, bajó en los seis años de gobierno de Peña de 23,5 a 21 millones.
    
En cambio, la porción de personas con ingresos por debajo de la línea de pobreza, que puede adquirir la canasta básica alimentaria pero no satisfacer otras necesidades aumentó de 60,6 a 61,1 millones.
    
El informe también abarca otro aspecto central de las políticas asistenciales, el del acceso a los servicios médicos.
    
De acuerdo con el Coneval, en los dos últimos años de la administración Peña, la franja de personas sin posibilidades de gozar de atención gubernamental a sus necesidades de salud aumentó en un millón de personas. Mientras en 20016 ese grupo ascendía a 19,1 millones, para 2018 aumentó a 20,2 millones, lo que rompe con una tendencia a la reducción que se había venido presentando desde 2008, cuando comenzó a medirse la pobreza con instrumentos confiables conforme a pautas recomendadas por organismos internacionales.
    
La falta de acceso a un médico, una clínica o a medicamentos gratuitos por parte de algún ente de la seguridad social del gobierno afectó más a hombres (600,000) que a mujeres (500,000).
    
Lo más inquietante fue que en 14 estados (casi la mitad de los 32) aumentó el porcentaje de población con esta carencia, sobre todo del empobrecido sureste (Chiapas, Oaxaca y Guerrero).
    
Otras regiones del país como los estados del occidente (Jalisco), centro (Estado de México, Morelos y Guanajuato) e incluso del próspero norte (Coahuila y Sinaloa), tampoco salieron bien librados de estas deficiencias en la atención médica a los más pobres.



Jamileth