Panorama Norteamericano

Biden, un favorito precario en la nueva fase de las primarias demócratas

2019-09-03

Biden ha resistido los feroces ataques de sus rivales y su propia tendencia a los comentarios...

Por James Oliphant

WASHINGTON (Reuters) - A medida que termina el verano y se acelera la carrera por la candidatura presidencial del Partido Demócrata de Estados Unidos para 2020, la precaria posición del ex vice presidente Joe Biden como favorito de la amplia lista de aspirantes se verá puesta a prueba bajo una presión aún mayor.

Biden, de 76 años, ha mantenido una cómoda ventaja sobre sus rivales. Pero su campaña ha estado plagada de dudas sobre su edad, su aptitud para el cargo y sobre si, como moderado, puede ser abanderado de un partido que se ha vuelto cada vez más progresista.

Es probable que estas cuestiones se amplifiquen en las próximas semanas.

El Día del Trabajo (que en EU se celebra en septiembre) sirve como tradicional indicador de la intensificación de la contienda por la Casa Blanca, a cinco meses del primer proceso de nominación —febrero en Iowa—. Durante las primarias habrá votaciones en todos los estados para elegir candidato del partido que desafiará al presidente del Partido Republicano, Donald Trump, en las elecciones de noviembre de 2020.

Los demócratas entran en la siguiente fase de la contienda sin un verdadero candidato de consenso, un aspirante que pueda unir a un partido fracturado por líneas ideológicas y generacionales.

Aunque Biden goza de un amplio reconocimiento de su nombre debido a sus ocho años como vicepresidente de Barack Obama y a su larga carrera en el Senado antes de dicho cargo, puede sufrir cuando los electores comiencen a fijarse en otros candidatos, según los analistas.

De esta manera, podrían aprovechar la oportunidad sus competidores más cercanos, los senadores estadounidenses Bernie Sanders y Elizabeth Warren, u otros rivales.

“Biden es el favorito más débil en una primaria disputada en mucho tiempo”, dijo el demócrata Joel Payne, que trabajó en la campaña de Hillary Clinton, candidata presidencial demócrata para 2016, y atribuyó el liderazgo de Biden en gran medida a la familiaridad de los votantes con él, más que a su trabajo de campaña.

La lista de candidatos demócratas se redujo un poco el mes pasado, y la senadora estadounidense Kirsten Gillibrand se retiró la semana pasada. Pero aún hay 20 aspirantes que siguen compitiendo por la nominación.

El 12 de septiembre se enfrentarán diez demócratas en un debate en Houston.

En este momento, según el estratega demócrata Delacey Skinner, “la mayoría de la gente ni siquiera sabe quiénes son la mayoría de los candidatos”.

Jeff Link, un estratega demócrata de Iowa, comparó las primarias con un partido de fútbol americano y dijo que el Día del Trabajo marca el comienzo de la segunda mitad.

“Lo único que importa es el último cuarto”, dijo Link.

Biden ha resistido los feroces ataques de sus rivales y su propia tendencia a los comentarios errados. Sin embargo, su serie de errores y episodios de mala memoria han despertado preocupación por su edad y su capacidad para luchar contra Trump el año que viene si es el candidato del partido.

Biden también es visto con escepticismo por algunos demócratas que lo tachan de moderado fuera de contacto con la realidad en un partido que se mueve hacia la izquierda. Aun así, “si Biden es capaz de minimizar sus debilidades, sigue dependiendo de él”, dijo Payne.

Más allá de Biden, la noticia de los primeros meses de la contienda fue el surgimiento de Warren, cuyo implacable calendario de campaña y formidable organización a nivel estatal la han convertido en una seria amenaza para ganar la nominación.

En concreto, ha emergido como seria rival de Biden en Iowa, un estado que Biden necesita ganar desesperadamente para reforzar su argumento de que es el candidato mejor equipado para derribar a Trump.

Pero persisten las preguntas sobre la ambiciosa agenda progresista de Warren, que aboga por un “gran cambio estructural”, y sobre si puede atraer a votantes moderados y negros, tal como Biden.

Skinner considera que Warren puede ampliar su atractivo aparte de captar los votantes liberales de Sanders y otros candidatos de la izquierda.

“De hecho, está empezando a atraer a los moderados. No se perciba como una Bernie (Sanders). No se percibe como si fuera a hacer estallar todo”, dijo Skinner. “La veo como una candidata que puede atraer partidarios de Bernie y de Biden.”

DEFICIENCIAS

Todos los contendientes de alto nivel se han enfrentado a la pregunta de si serán capaces de unir a un partido profundamente dividido y, en última instancia, derrotar a Trump.

Sanders es un autodenominado “socialista demócrata” que emplea una retórica de revolucionario y que ha sufrido un declive en sus apoyos en comparación con su candidatura presidencial de 2016, cuando le dio a Clinton una dura batalla por la nominación del partido.

La senadora estadounidense Kamala Harris experimentó un momento en apariencia decisivo en el primer debate demócrata en junio, pero desde entonces ha retrocedido en las encuestas. En ocasiones, le ha costado articular posturas políticas coherentes.

Pete Buttigieg, alcalde de South Bend, Indiana, atrajo la atención de la prensa al principio de su campaña, pero persisten las preocupaciones sobre su falta de experiencia nacional. A él también le ha costado conseguir el apoyo de los votantes afroestadounidenses en medio de las críticas por su gestión de las relaciones raciales y de la policía en su ciudad.

Joe Zepecki, un estratega demócrata en el estado de Wisconsin que triunfó por estrecho margen en las elecciones generales en 2016, dijo que los candidatos con deficiencias son la norma en esta etapa de la campaña y que, con el tiempo, el partido se unirá detrás de un nominado.

“Todos tienen defectos porque el proceso de postularse para presidente hace que esos defectos pasen a primer plano”, dijo Zepecki, que trabajó para la campaña de reelección de Obama en 2012. “Así es como lo hacemos”.

Aunque eso puede ser cierto, las persistentes cuestiones sobre la edad de Biden y su aptitud para el cargo pueden significar que los demócratas carezcan de la opción “segura” que han tenido en el pasado, ya sea con el ex vice presidente Al Gore en el año 2000, el exsenador estadounidense John Kerry en el año 2004, o Clinton, exsenadora y secretaria de Estado de Estados Unidos, en 2008 y 2016.

Link, de Iowa, cree que la carrera de 2020 sigue estando muy abierta, e incluso un competidor de nivel inferior como el senador Cory Booker o el exrrepresentante de Estados Unidos Beto O’Rourke podría abrirse paso.

El objetivo para los candidatos en este momento, según Link, es “organizar, organizar, organizar y pisar el acelerador al final”.



Jamileth