Religión

El papa celebra la diversidad de Mauricio

2019-09-09

Miles de mauricianos ondearon palmas a la llegada de Francisco para oficiar una misa en memoria del...

Por NICOLE WINFIELD y HELENA ALVES

PORT LOUIS, Mauricio (AP) — El papa Francisco llegó el lunes a Isla Mauricio, una nación insular en el Océano Índico, para celebrar su diversidad, defender un desarrollo más ético y rendir homenaje a un misionero francés del siglo XIX que atendía a esclavos liberados.

Miles de mauricianos ondearon palmas a la llegada de Francisco para oficiar una misa en memoria del reverendo Jacques-Desire Laval. Aunque los católicos suponen menos de un tercio de los 1,3 millones de habitantes de la isla, Laval está considerado como una figura de unificación para todos sus habitantes, en su mayoría hindúes.

Francisco tenía previsto pasar apenas unas horas en la capital de Mauricio, Port Louis, y reunirse con líderes del gobierno local en el último día de su gira africana.

A la misa asistió una delegación de 50 personas de las Islas Chagos, un archipiélago en el índico que incluye la base aérea estadounidense Diego García.

Estaba previsto que en su encuentro con las autoridades, Francisco planteara sus preocupaciones sobre la corrupción y otros problemas asociados a la conversión de Mauricio en un núcleo financiero regional, considerado por algunos como un paraíso fiscal.

Transparencia Internacional ha dicho que si bien Mauricio dispone de una de las rentas per capita más altas de África, su crecimiento como centro financiero ha supuesto un coste que quedó reflejado en los “Papeles de Panamá” y y otras filtraciones de documentos sobre paraísos fiscales.

El gobierno ha rechazado las acusaciones de que sea un paraíso fiscal e insiste en que cumple todos los estándares internacionales sobre transparencia e información financiera compartida.

En su homilía, Francisco lamentó que los jóvenes mauricianos en particular no se hayan beneficiado del sólido crecimiento económico del país y vean su futuro envuelto en la incertidumbre desde los márgenes de la sociedad, donde la droga es un problema persistente.

“¡No dejemos que estos mercaderes de la muerte nos roben los primeros frutos de esta tierra!”, dijo Francisco en aparente referencia a los narcotraficantes.

El pontífice instó a los jóvenes a ver a Laval como un modelo de alguien que habló para dar voz a los que no la tenían. A Laval, que fue beatificado en 1979, la primera ceremonia de esa clase que presidió San Juan Pablo II, se le recuerda por haber atendido a esclavos africanos que habían sido liberados pero que recibían un trato como ciudadanos de segunda en Mauricio.

“A través de su labor misionera y su amor, el padre Laval dio a la Iglesia mauriciana una nueva juventud, una nueva vida que hoy se nos pide continuar”, dijo Francisco.



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