Internacional - Economía

¿Es 'Petróleo por Alimentos' la solución para la crisis en Venezuela?

2019-09-17

Pero el principal defensor de un programa de este tipo es del economista Francisco...

 

MADRID, 17 Sep. (EUROPA PRESS) - La creación de un programa de 'Petróleo por Alimentos' como el que en su día estuvovigente para Irak bajo el régimen de Sadam Husein. Ese es uno de los puntos del acuerdo suscrito este 16 de septiembre entre el Gobierno de Nicolás Maduro y cuatro formaciones opositoras minoritarias en el marco de la Mesa de Diálogo para la Paz.

Lo cierto es que la idea se ha venido planteando desde hace meses y uno de sus principales promotores es Henri Falcón, antiguo dirigente 'chavista' que se pasó a la oposición y que en 2018 concurrió como candidato independiente a las elecciones presidenciales. Su partido, Avanzada Progresista, es uno de los cuatro firmantes junto con Movimiento Al Socialismo (MAS), Soluciones para Venezuela y Cambiemos.

Falcón desveló el pasado mes de julio que había escrito a la ONU y a la comisión de Exteriores de la Cámara de Representantes estadounidense solicitando una excepción en las sanciones impuestas al petróleo venezolano por Estados Unidos con el fin de que se puedan adquirir alimentos, pero también medicamentos dada la carestía imperante en el país, sumido en una grave crisis económica, además de política.

Pero el principal defensor de un programa de este tipo es del economista Francisco Rodríguez, quien trabajó como asesor para la campaña de Falcón en 2018. En un artículo publicado en el 'Finantial Times' el pasado mes de febrero ya defendía que había cuenta de que el petróleo es prácticamente el único bien de exportación para Venezuela y por tanto su principal fuente de divisas necesarias para la importación de alimentos y medicamentos, un programa similar al vigente para Irak entre 1996 y 2003 sería una buena solución.

Este programa "permitiría a Venezuela seguir exportando petróleo a Estados Unidos siempre y cuando los procedimientos sean depositados en cuentas de garantía bloqueada que se usen para pagar las importaciones de alimentos, medicinas y otros bienes esenciales", sostiene Rodríguez en dicho artículo.

Además, añade, habría que permitir también "las importaciones necesarias para mantener la infraestructura petrolera" con la condición de que "las ganancias del incremento de la producción sean puestos igualmente en cuentas similares".

EL USO DE LOS FONDOS DEBERÍA SER MONITORIZADO
El uso de los fondos, según el economista venezolano, debería estar sujeto al escrutinio de grupos de observación internacional mientras que serían las agencias humanitarias las que se encargarían de distribuir los bienes importados "para garantizar que no son usado para alimentar el corrupto sistema de patronaje del Gobierno".

En opinión de Rodríguez, la adopción de un programa de este tipo "crearía también incentivos para cierta cooperación entre las facciones políticas enfrentadas en Venezuela" y para ello propone, por ejemplo, que la Comisión de Supervisión de la Asamblea Nacional, controlada por la oposición, participe en la supervisión del programa.

El economista apuesta, llegado el caso, por aprender las lecciones tras la experiencia de Irak, donde la ejecución del programa estuvo marcada por la corrupción y la mala gestión, como expuso en su momento la investigación llevada a cabo por Paul Volcker.

Así, para evitar que el Gobierno venezolano haga como hizo el iraquí, que pedía a los compradores de petróleo pagos adicionales en cuentas no controladas a cambio de los contratos, "los compradores deberían ser elegidos por una junta independiente que incluya" a representantes de la oposición que lidera el autoproclamado presidente encargado, Juan Guaidó.

HACE FALTA QUE EU Y GUAIDÓ ESTÉN DE ACUERDO Tras el anuncio del acuerdo entre el Gobierno de Maduro y los cuatro partidos opositores, Rodríguez ha dejado claro que para llevar a cabo un programa de 'Petróleo por Alimentos' es necesario "el concurso del Gobierno estadounidense y de la administración de Juan Guaidó".

En el caso de Estados Unidos, es necesario que el presidente Donald Trump "apruebe una excepción humanitaria" que permita la compra del petróleo venezolano, mientras que en el caso de Guaidó es necesario que "autorice el uso de las cuentas de PDVSA en Estados Unidos", que actualmente controla por decisión de Washington. 

Así pues, ha sostenido que la aplicación de lo acordado entre Gobierno y parte de la oposición "no es factible sin ampliar la negociación a sectores que en este momento no están incluidos en ella", algo por lo que la oposición alineada en torno a Guaidó no parece dispuesta, según han dejado ver en sus reacciones al acuerdo. 

Sin embargo, desde el bloque mayoritario opositor no parecen respaldar una iniciativa de este tipo. El representante de Guaidó en España, Antonio Ecarri, ha considerado que la posibilidad de intercambiar petróleos por alimentos es "otra cosa que no tiene sentido" dentro del acuerdo anunciado, en la medida en que es precisamente el "régimen usurpador" de Maduro quien ha podido sacar partido en estos últimos años de la venta de crudo.

"¿Por qué no lo han cambiado hasta ahora por alimentos si precisamente la venta de petróleo es para sostener a la sociedad, para alimentar a la gente?", ha planteado Ecarri, en una entrevista a Europa Press en la que ha acusado al chavismo de "acabar con la industria petrolera" en las últimas dos décadas.

En este sentido, el enviado de Guaidó ha acusado al Gobierno de "quebrar" como negocio "la cosa más rentable de la Tierra". Venezuela, ha recordado Ecarri, producía en 1999 3,5 millones de barriles de petróleo al día y ahora "no llega a los 700,000".

LA EXPERIENCIA DE IRAK
El Consejo de Seguridad de la ONU aprobó en 1996 la creación de un programa de 'Petróleo por Alimentos' por el que se autorizaba a Irak a la venta de crudo para poder comprar alimentos y otros bienes esenciales para aliviar la situación de la población ante las duras sanciones impuestas contra el país tras la primera Guerra del Golfo.

Sin embargo, como quedó demostrado después, Sadam Husein consiguió ganar 1,700 millones de dólares mediante sobornos y sobrecostes y otros 10,900 millones mediante el contrabando de petróleo, de acuerdo a los resultados de una investigación de la CIA estadounidense publicados en 2004.

Además, la comisión de investigación independiente encabezada por Volcker expuso la mala gestión generalizada y la conducta poco ética de algunos de los responsables de la ONU a cargo del programa. Así, según el informe final publicado en 2005, casi la mitad de las 4,500 empresas que participaron en el mismo pagaron sobornos y sobrecostes ilegales con el fin de conseguir contratos.



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