Internacional - Política

Caso Trump-Ucrania crea dilema para los demócratas

2019-09-24

 Si bien en el 2016 Trump demostró que los insultos personales y la expresión de...

Por JULIE PACE

WASHINGTON (AP) — En el 2016, Donald Trump presionó los límites de conducta de la presidencia estadounidense. En su campaña para la reelección, parece dispuesto a romperlos.

Y esta vez, tiene a su favor el poder del máximo cargo ejecutivo de la nación, con su inigualable influencia y recursos. Y su más reciente provocación — presionar a un líder extranjero para que investigue a un rival político — sugiere que Trump no ve problema alguno en usar los poderes de la presidencia para avanzar sus intereses particulares.

Su conducta presagia una agria campaña electoral, no importa quién será el candidato de los demócratas. Si bien en el 2016 Trump demostró que los insultos personales y la expresión de falsedades pueden llevar a la Oficina Oval, todo indica que habrá más de lo mismo en el 2020.

Para los demócratas, esta realidad presenta un dilema: Si bien están más conscientes que antes sobre la eficacia de las tácticas de Trump, no están decididos sobre cómo contrarrestarlas, ni sobre quién será su abanderado para la tarea. Si eligen darle batalla frontal, arriesgan hundirse a su nivel y legitimar sus ofensas. Si lo ignoran, corren el riesgo de que sus argumentos marquen la pauta, especialmente en los medios de comunicación de derecha.

Los demócratas admiten que Trump es muy hábil en fijar la agenda del debate político y en descarrilar a sus rivales.

“El gran talento político de Donald Trump es que te arrastra al fango y te obliga a estar todo el día, todos los días, respondiendo am su más reciente ofensa, defendiéndote de sus acusaciones absurdas e infundadas”, estimó Dan Pfeiffer, quien fue asesor de Barack Obama.

Es en ese lugar donde está ahora el ex vicepresidente Joe Biden, respondiendo preguntas sobre el trabajo que hizo su hijo Hunter para una compañía de gas de Ucrania en momentos en que su padre encabezaba los esfuerzos para apoyar diplomáticamente al frágil gobierno de ese país. No hay evidencia de ilegalidad alguna ni de Biden ni de su hijo, quien ya no trabaja en esa empresa. Sin embargo Joe Biden pasó todo el fin de semana en Iowa respondiendo preguntas sobre el tema y llamando a los reporteros a enfocarse en Trump.

“Pregunta usted las preguntas correctas”, le dijo Biden a un reportero que le preguntó cuántas veces había hablado con su hijo sobre sus negocios en Ucrania.

A decir verdad, el caso Ucrania-Biden bien podría crearle problemas políticos a Trump. El asunto es parte de una denuncia oficial que la Casa Blanca se ha negado a divulgar al Congreso citando privilegio ejecutivo. Los demócratas en el Congreso, cuyos pedidos de información han sido ignorados por la Casa Blanca en numerosas ocasiones, están encolerizados y muchos de ellos han pedido iniciar un proceso de juicio político al mandatario.

El representante Adam Schiff, presidente de la Comisión de Inteligencia de la cámara baja quien hasta ahora ha sido renuente a iniciar una impugnación, declaró que este caso “podría haber cruzado el Rubicón”.

Trump y su campaña llevan meses tratando de sembrar dudas sobre Biden y su hijo, a sabiendas de que el ex vicepresidente sería un potente candidato rival en las elecciones, dado el apoyo que Biden tiene entre los votantes de clase obrera que abandonaron a los demócratas y votaron por Trump en el 2016. Rudy Giuliani, el abogado personal de Trump, ha admitido públicamente que le pidió a dirigentes ucranianos investigar a la familia Biden.

La acusación ahora es que Trump deliberadamente presionó al presidente de Ucrania para que ayude en ese esfuerzo. El pedido se habría realizado en una llamada telefónica el 25 de julio, al día siguiente de que el testimonio del fiscal especial Robert Mueller en el Congreso efectivamente frustró las ambiciones demócratas de enjuiciar a Trump por la intromisión rusa en las elecciones del 2016.

A pesar de lo divulgado por la investigación de Mueller, evidentemente Trump no tenía reparo en pedir ayuda a un gobierno extranjero para sus fines electorales. Hace pocos meses en una entrevista con el canal ABC, Trump admitió que si un gobierno extranjero le diera información sobre un rival, no tenía problema alguno en aceptarla.

Los demócratas aseveran que las más reciente revelaciones sobre Trump revelan una conducta profundamente anti-democrática.

“no es cuestión de si me hace llorar o reír”, declaró Pete Buttigieg, alcalde de South Bend, Indiana y uno de los aspirantes a la candidatura presidencial demócrata. “Es una traición a Estados Unidos”.

Kamala Harris, senadora por California y otra precandidata demócrata, dijo a la AP que la conducta de Trump es “inexcusable, es un acto en contra del pueblo estadounidense”.



Jamileth
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